lunes, 21 de julio de 2008


La Letra


ALBERTO MARGAL
El cantor de las madres y las novias



No hables mal de las mujeres
Tango
1947
Música: Alberto Margal
Letra: Antonio Nápoli




No hables mal de las mujeres, que hasta tiembla Dios que escucha,
porque él sabe que tú caes en fatal murmuración;
no hables mal de las mujeres que sin ellas en la lucha
de la vida flaquearía sin cesar el corazón;
no hables mal de las mujeres que retemplan nuestros pechos
con caricias y ternuras y con magia celestial
y la vida nos adornan cual finísimos helechos;
no hables mal de las mujeres que no saben hacer mal.

No hables mal de las mujeres que su savia nos brindaron
y nos dieron de sus ansias lo más puro y lo sin par,
y por darnos la vida con la muerte se enfrentaron,
con la muerte que a sus almas ni siquiera hizo temblar.
No hables mal de las mujeres aunque el odio te taladre,
aunque rabies de despecho y te muerdas de rencor,
que una de ellas te dio vida y una de ellas fue tu madre
y una de ellas te hizo un hombre con trabajo y con amor.

Ellas aman porque saben que en amar está la vida,
ellas aman porque cumplen su misión de humanidad,
porque sueñan, porque sienten su alma noble enternecida;
pero sueñan, sienten y aman con suprema idealdad.
Son confiadas, pero el hombre las arranca de su plinto,
y en lugar de ser su guía, su guardián y su instructor,
les promete el sol eterno de un amor que nace extinto
porque es sólo simulacro de galán conquistador.

2 comentarios:

Rolando Revagliatti dijo...

Yo estaba completamente embargado cada vez que escuchaba el long play que mi padre había adquirido con los temas más resonantes de Alberto Margal. Debe haber tenido su cuarto de hora. No cantaba nada mal para mi gusto. Fue el desideratum del sentimentalismo y la idealización. Oid: "...que la vida nos adornan..."
"No hablen mal de las mujeres" da para que ensayistas urguen, relacionen, conceptualicen.
Con letra a la vista, Aníbal, cuando armes una reunión para escritores, acordémonos, yo la canto a voz en cuello. Y les doy una idea del tono, de esa inefabilidad sociológica epocal.

fabiana alonso dijo...
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