lunes, 5 de febrero de 2007

Un cuento de Sergio Francisci


E N C A P U C H A D O S

Por Sergio Francisci*
Que andar encapuchado no es como andar ciego. Que mucho ojo cerrado no asesina un sueño. Que andar encapuchado te deja algún color para estimar, por lo menos, si hay sol o no hay sol o si las estatuas ven llegar a Medusa. Que caminar encapuchado por estos pasillos no es lo mismo que andar encapuchado por el desierto. Que la realidad es la metáfora de los cuentos. Que primero se escriben los cuentos y que después se escribe la realidad. Que puedo ver cuando me decías "Los vivos no saben que están muriendo, los muertos no saben que están viviendo".Que cuando la capucha deja de dolerme me duele mucho el alma. Que la resurrección del monstruo implica la recreación del hacedor. Que encapuchado la pared tiene luz que te entra por los dedos despellejados donde la sangre es la intuición de la muerte. Que veo cuando me decías suavecito que "Para conocer a Dios hay que desnudarlo. No tenes que quitarle las ropas, tenes que quitarle los nudos". Que sí, que ya me muevo. Que encapuchado camino y no veo la escalera. Que me caigo y que me dice boludo. Que encapuchado no veo que me voy a caer. Que la capucha no me deja ver la puerta, que no sé si está abierta o cerrada. Que puedo ver cuando "Dios cierra los ojos y pide deseos: entonces en el Vaticano una vela se apaga, entonces una mujer se desnuda en las aguas del Mar Muerto, entonces se corta la cuerda de un violín en Melincué".Que no sé cuántos otros encapuchados hay. Que un rosario de encapuchados, pero que de encapuchado no sé si hay alguien mirando. Que aunque nos miren caminar con el ruido que meten esos motores no me doy cuenta. Que me doy cuenta de que Todas las cruces son crucificadas en Roma, que todos los caminos conducen a la cruz, que todas las cruces conducen a Roma". Que cuando la capucha me habla al oído me parece que sos vos la que llena mis orejas de caricias. Que me acuerdo encapuchado cuando metía tus pies helados entre mis piernas para calentarlos. Que la luz que se le escapa a la capucha parece la de la luna. "Que la cruz huye de mí, que María me regala una sonrisa cómplice". Que la puerta se cierra pero no se apaga el ruido de motores. Que de encapuchado me muevo, o no, porque en realidad estoy quieto, lo que se mueve debe ser el contenedor de encapuchados."Que me muevo de memoria en la barranca del río y en la playa aún perduran las huellas que dejamos al avanzar hacia el lecho de barros y los cangrejos marrones como el agua se refugian del viento en el hueco vacío de esos pasos". Que aunque encapuchado me doy cuenta de que el de la derecha es encapuchado y que la de la izquierda es encapuchada. Que de encapuchado con el pie toco más encapuchados aunque no los pueda ver. Que la realidad es la metáfora de los cuentos. Que primero se escriben los cuentos y que después se escribe la realidad. Que te veo cuando me contás que "Una mujer perdió la vida y él se la encontró y fue a buscarla pero no la encontró porque ella también se perdió". Que de encapuchado me acuerdo que me olvidé de decir que no me gusta ser encapuchado. Que vuelo, no, no vuelo, vuela el contenedor de encapuchados. Que me acuerdo que no me olvidé cuando me contaste que "Dos mujeres perdieron el amor y desnudan las fotos de los estantes y en la cama el corazón cierra su sexo sanguíneo y bajo la almohada queda el perfume fósil de un nombre". Que puede ser de noche porque lo único que se ve es el ruido de los motores. Que la capucha se me pega en la nariz porque alguien abrió una puerta o una ventana. Que de encapuchado me doy cuenta del viento que entra por ese agujero. Que me contás que 'Tres mujeres perdieron el tiempo, todo el tiempo y ni un segundo queda en sus bolsillos y los relojes se caen y sus agujas clavadas en el horizonte no dejan pasar al sol". Que a lo mejor me llevan para tapar el agujero para que pare el viento. Que digo pienso semejante estupidez porque sé, encapuchado y todo, sé. Sé quiénes son. Sé por qué, sé para qué y desde ahora y para siempre todos los cuentos son míos.Y veo que "Cuatro mujeres perdieron la vista y sus ojos esperan, húmedos de lluvia, en el umbral de la noche y los ciegos del templo huelen relámpagos y los ojos saltan el umbral de la noche y llueven". Que cuando cruzo la puerta el viento sigue y que ahora sí soy yo, encapuchado y todo, el que vuela. Que ahora sé que es de noche y que no sé para qué pienso eso. Que prefiero pensar en tus pies fríos, o mejor, en tus pies calientes y en tu espalda caliente y en la luz caliente entre tus piernas. "Que cinco mujeres perdieron el rumbo y giran locas las veletas y las raíces del bosque clavan sus dientes en las nubes y por los caminos del aire la brújula de una estrella naufraga".Que la realidad es la metáfora de los cuentos. Que vuelo encapuchado. Que el conocimiento es una construcción que delata la hipócrita ficción de la noche. Que la memoria es la luz de los ojos. Que mi vieja decía que no me ponga bolsas en la cabeza que me puedo ahogar. Que no es la bolsa lo que ahoga, vieja. Que es el agua. Que es el agua, allá abajo, la que ahoga encapuchados. Que el agua ahoga, vieja, pero no asesina. Que los asesinos no son de agua, vieja, pero el agua del río ha de inundarlos para siempre.

* Del volumen "Cuentistas rosarinos. V concurso de cuentos". UNR Editora.(Enviado por Rubén Vedovaldi - vedonet@netcoop.com.ar )

Poemas de Elisabet Cincotta


TE DELATAS

soy cúmulo de emociones
-que desbordan en palabras/
grito/ llanto/ melodía-
un manojo de ilusiones amorosas
en búsqueda del destinatario

indómito pasajero del paisaje
te percatas que te miro y no te veo
con ademán risueño te delatas
al rozar con mágica nostalgia
un rebelde mechón de mi cabello



TENGO

tengo mis manos frías
cuerpo congelado
caminos agrestes
pedregoso silencio

tengo soledad en la espuma
llanto cohibido de azahares
frontera en tu mirada
cielo que nunca más será

tengo oscuridad por compañía
pecho -lágrima profunda-
tengo mis manos vacías
y la palabra colmada de brincos

qué absurdas
pretenden recordarte




QUIÉN PROBÓ

quien probó sus manos entre cantos
y olió los rojos de su aliento
quien sinuó sus curvas y sus roces
-perfil/ cabello al viento-
quien transitó sus madrugadas
y contempló sus ojos -embeleso-
amaneció perdido entre su cuerpo
-fragancias a jacintos en su cetro-

quien navegó remando por su sábana
y auscultó la vibración de su pecho
no podrá dejar de recordarla
aunque el tiempo haya vencido su tersura
su pasión sigue existiendo
quien probó mendigar por sus llanuras
no podrá olvidar ningún encuentro

...y ella lo sabe



Elisabet Cincotta
Derechos de autor reservados
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Aníbal Jorge Sciorra (anisci): El espejo

El espejo

No puede ser mi rostro plantado ahí/ sin una sonrisa/ sin un gesto/ pálido, chorreante de tristeza/
No puede ser mi rostro/ el que me mira de reojo, avergonzado, de haber sido lo que ya no soy/
No puede ser mi rostro/ que ya se ha ido de este vidrio sucio que es la vida/
y ahora lo busco desesperado/
pero ya es tarde: se ha hecho pedazos.


Aníbal Jorge Sciorra (anisci)
anisci2003@yahoo.com.ar

Un poema breve de Fanny Garbini Téllez


DOS PALABRAS CANSADAS

Te inscribo en el paraje ilegal
De un espejismo
A través del altanero sol
De este primer domingo de febrero.
Te asiento en esta mía ingenuidad
De mujer clara,
De eterna enamorada sin respuestas,
Sin reservas de lágrimas
Para llorarte aún, amor,
Después de tu partida.
Nueve años pasaron desde aquella mañana.
Tú ya eres ceniza.
Yo repito "te amo", dos plabras cansadas.


Fanny Garbini Téllez
Febrero 2007
fannyte@ciudad.com.ar

Poesía de Mirta Liliana Urdiroz

A Usted

quiero contarle todo


lo que por mi ser


ocurre


cuando a su dicha


la recuesta en mi angustia


Venero lo que hace


dios mujer hombre poesía


porque esa dicha


hace de mi angustia


añicos







Agua en estaciones


Quién te acunó aquel invierno


que en pétreo hielo yacías

para volver a encontrarte


jubilosa en primavera


sobre el arroyo del sol


Jugando contigo en verano


entre álamos corriendo


como hilo serpenteando mi cuerpo


danzaste


Y en el otoño apareces


como lluvia continuada


arañando los cristales


verde oliva


de mi casa





Amante


Pasajera de una ilusión


La que concede


la que calma

Intentos de pasión


desesperados


acorralados


Intolerable soledad


soportas


jugando al amor eterno


mientras el tiempo


te consume


Sin barrera


hasta enloquecer


hasta no poder más


hasta no saber más

Y dar dar

y soportar


desgarrada


Sufrir por no saber


cuándo será


la próxima mirada





Cuando sus manos furtivas


rozan la nacarada azucena


y en un gesto atrevido


posa sus labios en ella


letras aromadas escapan


envolviendo su nombre


Ella sonríe y calla



Mirta L. Urdiroz

Todos los derechos reservados
mirtaurdiroz@yahoo.com.ar

Norberto Pannone: Cuando


CUANDO

Cuando la angustia

trepa a la palabra,
en soledad escribo.
Arriesgada forma de la rima
sazonada de intentos.
Sin atadura alguna,
echo a volar al viento
la intrépida alegría
de seducir al verso.
Peregrino en lo “otro”,
sólo en “esto” derivo.
Por la fiera tristeza de lo amado y perdido,
es que a veces, escribo.
Por aquellos “nosotros”que hubieron partido
y todos los “quienes”que jamás trajimos.
Por las nuevas palabras
que ninguno dijimos
y los sueños frustrados,
inhumados de olvidos.

Es que a veces, sólo a veces,
de estas cosas, escribo…

Norberto Pannone ©2007
norbertopannone@yahoo.com.ar
www.norbertopannone.blogspot.com

Un Poema de Alberto Peyrano


TU PALABRA

Con el sabor de un dardo en mi garganta
tu palabra se multiplica por mis venas,
salta mis murallas trasnochadas,
me arrasa cual tormenta de verano,
se solaza mirando calendarios
donde mis ojos se abrieron al amor.
Se abre en flor y luz la tarde plena,
paso a paso la niebla dejo atrás.
Aunque sea un fantasma aniquilado
que pena sin descanso y sin castillo,
me alimenta el verbo de tus flores
me da vida la intención de tu verdad.
Y así deambulo, calle, ocaso, tango, azul,
sentimientos perdidos al acaso...
¡Cien mil noches tiradas al esplín!
¿Será verdad que retornamos al camino
que alguna vez nos vio triste partir?
Tu palabra, mi tango, es una Biblia
sabe siempre acercarme la verdad,
por eso te sostengo en mi garganta,
por eso con tu amor pienso morir.

© Alberto Peyrano

Buenos Aires, 28/1/07
albertopeyrano@gmail.com
http://www.megaone.com/peyrano2/shelley/shelley.htm


Un cuento de Flavio Giménez

El Evasor.

Encendió el último cigarrillo en un rincón de la noche, sintió como el humo le recorría el cuerpo hasta llegar a los pulmones y cuando percibió que ya no podría continuar soportando la falta de aire, dejó que este escapara a través de sus fosas nasales y su mente se evadió tras las siluetas discontinuas que se formaban y se perdían en su habitación, eternamente sucia y mal iluminada.


Tras la segunda pitada su cerebro comienza un ritual de imágenes del pasado que se mezclan sin permitirle desarrollar su historia, la niñez se le pierde en laberintos de lágrimas, guardapolvos, una eterna espera y falsas esperanzas.

Muchas veces a la tercer pitada, mas prolongada que las otras, como para espantar los fantasmas del pasado, siente que su garganta se le seca, entonces evalúa la posibilidad de dejar de fumar, pero descubre que esa es la única llave que le abre las puertas por donde meterse dentro de si mismo, donde en mundo toma las formas que a el se le antojan y los personajes responden complacientes a todos sus caprichos, pero como todo tiene un principio y un fin, ese mundo se desvanece al exhalar el humo que se empeña en dibujar efímeras formas obscenas en el techo de su cuarto.

A veces la noche le obsequia una tormenta y sus pensamientos parecen cobrar vida, la lluvia, truenos y relámpagos son la mejor coreografía para el accionar de su cerebro humilde y alocado, entonces, la evasión es total, su cuerpo pierde toda forma imaginable, atraviesa sin dolor los muros de la memoria, nada por los mares del olvido, escala las montañas de la eterna soledad, se pierde en los bosques de la desesperación y bucea en los lagos de amores perdidos, hasta que su cama lo recoge entre sus sábanas con olor a ausencias y su cuerpo no es mas que un trozo de vida suplicando una salida, cualquiera, pero salida...


Siempre todo ocurre igual, comienza al encender un cigarrillo en un rincón de la noche intentando una evasión que lo lleve a concretar, aunque sea en sueños, sus pequeñas ilusiones y finaliza cuando el sol dibuja una nueva frustración en las arrugas de su almohada. Pero esta vez algo ocurrió, el estampido alborotó a toda la cuadra, en el lugar más inocente de la noche, al ingresar a su cuarto solo se encontró un cigarrillo a medio fumar a un costado de su cama, la ventana abierta mirando desconsolada al horizonte y una carta en la tibieza de la almohada, que guarda como un tesoro la forma de su cara y una lágrima...


Nunca mas se escuchó hablar de el, es mas, muchos afirman que este hecho y esta persona nunca existieron, que solo es una de las tantas historias que se tejen a diario en una ciudad que cada mañana, antes de disculparse, debe maquillar su cara, para por lo menos parecer, no tan culpable.

Basado en una nota aparecida en un diario rosarino, que cuenta el suicidio de un joven del que nadie pudo aportar ningún dato.


Flavio Giménez
gimenezflavio@yahoo.com.ar
www.flaviogimenez.galeon.com

Norma Doviziano: Quien soy


Quien soy

Bruma de vigilia desvanecela unión del horizonte con el mar.
Es más claro el reflejo de los otros.
Soy madeja de signos
incoherentes.
Circundados.
Abismo de coraje.
Un lobo en la estepa.

La ternura soleada de mi risa
se esconde tras torrentes
de palabras vacías.

En invierno dormito en el hueco
que abandonó un pájaro carpintero.
Alma incolora.
Corazón desaliñado
tratando de conectar esferas.

Mi mente confusa telaraña
encubre la luz.
Vértigo.
Sarcasmo.
Abulia embriagada de risa.
El todo y la nada oculto en la locura.

Lastimo los relojes.
Hoy derrumbo
los miedos que me atan
para dejar fluir mi esencia,
tal cual soy.

Norma Beatriz Doviziano
normisdovi@yahoo.com.ar

Diana Álvarez y un puñadito de letras


VACIO

Le crecieron alas
una noche alerta de nadie que dormía
Abrazó con ellas su imposible frío
La altura fue indefinida
Espectro de Ícaro
Angel descarnado
Arlequín abierto
Su espíritu
atisbó el designio
Almas despiadadas corrieron un velo



ETAPAS
I
En las miradas de cuarzo
los hipocampos percibieron los relámpagos


II
El mar absorbió
polvos de alas milenarias


III
Sirenas de Vía Láctea
anidaron firmamentos


IV
Soles perdurables
danzaron en la infinitud


V
En cósmica cascada
se agolparon arcos transparentes


VI

Las estrellas navegaron el Universo

VII
Giró el Pasado


VIII
La Eternidad fue Presente



REDENCIÓN


El pintó: “Silla en paisaje agredido”...
Ella, tradujo las formas.

Un sitio fantasma crece por la silla.


La mirada larga se detiene inerte
en la cruz violenta marcada en el piso:


dos maderos rojos
vacíos de Cristo.


Se recoge el alma.


Tras el sentimiento
el lugar herido
queda transformado...


El Dios invocado
resurge en lo humano.

Diana Álvarez
dalvarez@etcmagazineweb.com
www.etcmagazine.com.ar
www.dalcomunicacion.com.ar

Una nota de Luciana Peker


LIBROS-ARGENTINA: La resistencia de las cautivas

Por Luciana Peker
BUENOS AIRES, ene (IPS) - Las vivencias, códigos y ritoscotidianos de las mujeres recluidas en la cárcel de Ezeiza, enlas cercanías de la capital argentina, es el amplio y escarpadocampo donde la periodista y escritora Marta Dillon se mueve yrastrea en su último libro.
En "Corazones cautivos, la vida en la cárcel de mujeres",publicado en la colección "Crónica Argentina" de la EditorialAlfaguara, la periodista se aboca de nuevo al tema de género,pero esta vez sobre un universo poco conocido: las presas en elestablecimiento ubicado en la zona del principal aeropuertointernacional de Ezeiza.
Dillon empezó su carrera, en 1989, cubriendo noticiaspoliciales y más tarde se especializó en temas de género.
En 2004 publicó el libro "Vivir con virus, relatos de lavida cotidiana", que recoge las columnas que escribiera enprimera persona entre 1995 y 2003 sobre el modo de convivir conel VIH, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida(sida), que le valió un premio en 1998 de la Organización de lasNaciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
En este último trabajo de Dillon, publicado en diciembre, serevelan las vivencias de las prisioneras, un grupo doblementevulnerable, por ser mujeres y por ser marginadas. "La inmensamayoría son pobres, casi 20 por ciento de ellas son extranjeras,una particularidad directamente relacionada con la ley dedrogas", remarca la autora.
Las estadísticas del Servicio Penitenciario Nacional sobreel nivel de estudio de las internas indican que 139 de las 725presas registradas en 2005 en Ezeiza no habían terminado laescuela primaria, 305 apenas concluyeron el nivel básico escolar,193 empezaron secundaria pero no la finalizaron, 63 completaronsu escolarización y sólo tres pasaron alguna vez por launiversidad.
Dillon se interesó en la temática por el aumento dereclusas. "Desde 1983 en adelante, tras el regreso de lademocracia en Argentina, la cantidad de mujeres encarceladas semantuvo en cinco por ciento del total de la población penal".
"Sin embargo, al finalizar la década del 90 llegó casi a 10por ciento, merced a la aplicación de la ley que castiga latenencia, el consumo y el tráfico de drogas, la cual en unadécada triplicó el número de féminas encarceladas", detallaDillon.
La relación entre las drogas y la feminización carcelaria sedebe a que las mujeres son utilizadas como "mulas" (portadoras)del tráfico ilegal de sustancias psicoactivas.
"La gran mayoría de las presas son adultas y con hijos, queentran por primera vez a un penal con más de 30 años de edad.Estos datos dejan leer que han buscado una salida alternativapara generar ingresos empujadas por la desesperación y laexclusión social", apuntó Dillon en su investigación.
La periodista hilvana la estadística económica con lapenitenciaria: "En el tiempo en el que más creció la cantidad depresas, de 1993 a 2003, fueron los años de mayor exclusión socialen Argentina y, a la vez, de mayor aumento de mujeres jefas dehogar, a cargo, exclusivamente, de la manutención familiar".
La política económica del gobierno derechista de CarlosMenem (1989-1999), de amplia apertura comercial y achique delEstado con la venta de casi todos los servicios públicos, llevófinalmente a la recesión a fines de la década del 90 y aumentó lapobreza de niveles históricos muy bajos a casi 60 por ciento delos 37 millones de argentinos a comienzos esta década
También el interés de Dillon por la vida carcelaria tienemotivaciones personales y políticas. Su madre, Marta Taboada,estuvo detenida en distintos campos de concentración durante laúltima dictadura militar de Argentina (1976-1983) y es una de lalista de unos 30.000 desaparecidos de modo forzoso conformada pororganizaciones de derechos humanos.
"Me interesa averiguar como se resiste el cautiverio. A laprimera persona que conocí que había convivido con mi mamá enlos centros clandestinos de detención le pregunté si ella seacordaba de sus hijos", relata.
La situación de la prole de las presas está actualmente endebate en Argentina.
A pesar de que existe una ley que autoriza a las internas aconvivir con sus hijos menores de cinco años, un informerealizado por el Centro por la Justicia y el DerechoInternacional (Cejil) denuncia que la mayoría de las cárceles nocuentan con guarderías ni con programas de atención especialespara esos niños y niñas, lo cual constituye una violación a susderechos.
Por ejemplo, la Unidad 31, la única del ServicioPenitenciario Federal que tiene un jardín maternal, aloja a 229reclusas, 88 de las cuales son madres que conviven con 95 niños yniñas. Más de 82 por ciento de estas mujeres manifestó que pasalas 24 horas del día con sus hijos y 62 por ciento indicó que losmemores no reciben alimentación adecuada.
Por otra parte, 38,9 por ciento de las mujeres cuyos hijos ohijas nacieron dentro del penal afirmaron que la dirección de lacárcel hizo constar esta circunstancia en la partida denacimiento de los menores, lo cual implica una evidenteestigmatización social de los infantes y una violación a lasReglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos.
"En la mayoría de las unidades los niños y las niñas noasisten a actividad educativa y las condiciones de lasedificaciones no son las adecuadas para que crezcan y sedesarrollen en un ambiente sano", denunció Cejil.
Con base en estos datos, la diputada Marcela Rodríguez, dela opositora Afirmación para por una República Igualitaria (ARI)y directora del grupo Justicia y Género del CentroInterdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (Ciepp),presentó un proyecto de ley en el Senado para que las mujerespresas con hijos menores de cinco años puedan acceder albeneficio de la detención domiciliaria.
La iniciativa parlamentaria debe debatirse este año y, encaso de ser aprobada, las madres podrían continuar al frente dela crianza de sus hijos en su propio hogar, bajo una adecuadavigilancia.
"En general, se advierten significativas carencias en lainclusión del enfoque de género en el régimen carcelario. Lafalta de consideración de las necesidades específicas de lasmujeres en el sistema penitenciario provoca un empeoramiento delas condiciones en que cumplen la pena de privación de libertad,así como una mayor afectación y vulneración de sus derechos",dijo Rodríguez a IPS.Para revertir esta vulnerabilidad, una abogada y ex detenida,Clara Susana Sajnovetzky, creó la asociación "Por la vueltaclara", que busca respaldar la vida de las mujeres presas cuandosalen en libertad.
"Creamos esta asociación civil, que cuenta con ampliacolaboración por parte del Ministerio de Justicia, ya que, si seapoya a la mujer que sale de la cárcel, se esta previniendo unpotencial nuevo delito. Por otra parte, se intenta que esapersona vulnerable no ingrese nuevamente a un grupo de riesgosocial", resalta Sajnovetzky.
La coordinadora de proyectos de la asociación puntualizó que"con esta iniciativa de insertar socialmente a las mujeresexcluidas cuando salen del presidio, se está generando unaverdadera muestra de cuidado a los derechos humanos".

(FIN/2007)

Luciana Peker
lpeker@yahoo.com
Esta nota le llega a través del sitio http://ipsenespanol.net, el únicoservicio global de noticias que se especializa en los temas que a usted leimportan.

Marta Roldán: De "Perfiles y Roles"

Dos poemas del libro: "Perfiles y Roles" publicado por YoEscribo.com:

PANAL:

Una tierna palabra de consuelo,
una madre, un murmullo, una mirada.
Todo aquello que encierre en sí dulzura
es más dulce que la miel y que la caña.
Una nube, la música, la brisa,
la alegría de un niño reflejada
en sus juegos, sus canciones y sus frases,
inmensa es la ternura que contagian.
Este mundo se encuentra desbordado
por acciones y seres que declaran,
confirman la existencia de dulzura
a pesar de los males que lo arrasan.


SILENCIOS:

Yo crecí envuelta en silencios.
Silencios de hablar con las bocas cerradas.
Silencios de gritar con las armas cargadas.
Nunca confié en hacer preguntas
y no hubiera encontrado un caudal de respuestas,
nadie hubiera cedido sus entrañas expuestas
a quien deseara comprender.
Pero tú, hija, has accedido a una vida distinta.
A una vida de bocas y almas abiertas
que permite expresar lo que llevas adentro
y gritar y crear y luchar sin silencios.


©Carmiña Candido Daverio = Marta Roldan. Site: www.enterinformatica.com.ar/crearparaleerwww.friulinelweb.it/unmododidire
Colaboradora externa de la Asociación Cultural Italiana "La Nueva Musa"Colaboradora en la revista "La fuente de las 7 vírgenes".
Moderadora de Crearpoesia: crearpoesia-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Noticias literarias:http://www.grupobuho.com/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=1
Libro gratis: "Perfiles y Roles"http://www.yoescribo.com/publica/comunidad/obra.aspx?cod=25731

María Eugenia Caseiro: Silencio


silencio

ronca una culebra muda

la canción cerrada
se apagó la vertiente
ensordeció la culpa
el miedo es ciego apenas
camaleón a oscuras
a falta de corriente
no se pierden

o se salva
la culebra muda

María Eugenia Caseiro
buhowriter@hotmail.com

Julio Luis Acosta Toledo: Espejo


ESPEJO

Tu boca tiene el divino manjar cuando recibo de tus labios, una caricia tan solo al rozar,
cubierta de ternura, colma mi desgracia, con tus caricias de mujer.
Tu espíritu de amor pronuncia palabras sanando mi atormentado ser,
ingenua criatura que pasa por mi vida elevándome a Dios.
Quizas, si fuera ciego, soñaría con verte, trataría de tocar tu frente,
y dormiría en la almohada de oro, abrazando tu alma.
Le hablaría al viento, para que me entregue tus encantos.
Bebería de tus labios, los secretos de tu corazón.
Quizás, es temor a tu belleza, yo, un pobre ciego, sin rostro,
predicando en el desierto, angustiado por perder tu amor.
Te miro entre lirios, que danzan bajo tus ojos,
tu silueta de sirena, embruja con su canto, mis soledades,
callados mensajes, me agitan, volcando mis sentimientos.
No me canso de mirarte, tienes al sol y la luna, la alegría y la ternura,
tienes todo, y no me canso de admirarte.
Tus cálidas manos, toman al viento, para abrazar nuestro nido,
siento tu corazón, en cada rincón, como una perla de amor.
Nada se asemeja más al cielo, cuando tengo, tu alma frente a la mía.
He firmado un trato con Dios, para vivir, cada vez mejor, su amor me alimenta,
recibiendo con humildad, lo que me da,
¡ Señor ! me pusiste a la muerte, como un espejo, en donde no debía mirar.

Julio Luis Acosta Toledo
julioacostafap@yahoo.com

Miriam Cairo: Mosaicos


M O S A I C O S

Por Miriam Cairo

* Donaire. Un pensamiento al lado del otro. Un dolor al lado del otro. Un crimen al lado del otro. Yo paseo a menudo por estas cosas, pero sin pisar las rayas. Acomodo el pie en el centro de cada mosaico. Es un modo de caminar que llevo conmigo desde la niñez. No puedo decir que hoy, entre esas cosas y yo haya una confianza definitiva, pero sí que puedo sentirlas con la rara de familiaridad y a su vez, de extrañeza.

* Pez pontífice. El sumergido en el fulgor lunar es como un pez pontífice en su género. Sobre todo porque ha nacido bajo un signo de aire y hace del océano su malquerencia.
Un pez, soluble en su pensamiento, se sumerge en el espíritu y siente lo mismo que aquel que está a punto de morir ahogado: en un minuto repasa los mejores momentos de su vida.
Un pez que se quiere a sí mismo se canta el aleluya. Puede zambullirse en aguas muy seductoras. Puede decirse "este mar es espléndido," para engañarse saludablemente y salir a buscar un poco de compañía en un cuerpito dulce que quiera hacerle burbujitas en el cerebro.
Los orgasmos del pez a veces son tan brillantes como las estrellas del cielo. A veces miente. A veces calla. A veces fertiliza tomates. A veces burbujea en soledad. A veces ríe de sí mismo. Ya lo he dicho: un pez soluble es un pontífice en su género.
Este pez bello y escurridizo tiene una evidente tendencia a la melancolía, pero se adapta a la vida, se sobrepone a su naturaleza y nada con fuerza a favor de la corriente.
Entre los estímulos que se impone un pez, desde el interior del cuerpo, están la esperanza y la locura. En medio de ambas hay una inclinación de afecto y un contenido de ardor. Una promueve a la otra. Por esta capacidad, los otros peces le tienen celos.
El sostiene especulaciones carnales exhaustivas con la aleta derecha y al mismo momento le hace burbujas al amor con la izquierda, sin confundirse ni sobrepasarse. No todos los peces son tan solubles ni tan suaves. Tan hábiles ni tan activos. No todos logran ser pontífices en su género.
Un verdadero pez no considera menos agua el agua de pozo y tiene gran curiosidad por las especies de río, de estanque y de vitrinas.
Un pez pontífice logra el cumplimiento órfico de los sueños: entre sus escamas, amar no causa miedo. Dentro de sus agallas, el amor no es sólo un círculo caliente de necesidades sino también una posibilidad de sosiego. El agua es para él como una línea cuya transgresión designa la esperanza.


* La casa. En una casa la soledad puede ser más veloz que el recuerdo, más hábil que la caída, más desesperada que el correr. La soledad que ennegrece, se ampara largamente del estridente color y los incendios.
A veces se está tan sola en la casa que es posible extraviarse, y una busca retornos en sí misma.
En una casa hay libros que dicen que estamos solos. Hay espejos. Aparecen seres que se presentan cargados con sus cuerpos, con sus corazones que no van a abrirse nunca.
La desesperación de una casa no abandona. Alrededor de las paredes se abraza la soledad y una se pregunta qué es ese silencio, qué está destinado a decir. En cada paso, a toda hora del día, esta soledad se convierte en un cuerpo inviolable. Su sopor se desgrana como una nube rota. Abre abismos en todos los rincones. Exige cirios encendidos y ramos de mentas.
En la soledad de una casa se adormece el viento. Se adormece el mundo. El desamparo puede recorrerla en toda su extensión. Puede ir y venir como una ráfaga y poner sus dedos en todas las cosas.
Una entra a la soledad de la casa con todo el peso del propio corazón y el cuerpo cae con su única piel.
El día de una casa se mide en una sucesión de rompimientos. Regiones desmoronadas lo conforman. Su silencio es siempre igual y siempre contradictorio. Con el silencio de una casa se pueden llenar las copas del crepúsculo.
El silencio de una casa es una búsqueda y una razón. Una no tiene otro deseo más que estar frente a él, dentro de él. Es un silencio vivo y desnudo como el silencio de un hombre. Una busca caer en su centro con la cabeza vacía y matarlo, matarlo sin dolor todas las noches.


* Horizonte. Escándalo y soledad se manifiestan claramente dentro de esta repetición de mí misma. Si quiero elegir un autor moderno, puede ser Lewis Carroll. Si quiero elegir un autor actual, puede ser Lewis Carroll. Si quiero elegir un autor genial, puede ser Lewis Carroll. Si quiero elegir un autor cualquiera, puede ser Lewis Carroll.
Quizás, si practicara mejor mis propuestas, si estuviera más atenta a lo que ocultan mis propias apariencias, podría despejar la escritura de la perplejidad.
En verdad, toda esta monotonía aparente de mí misma, está llena de variabilidad y de equivocaciones. Podría bailarlas. Hacerlo aquí mismo no sería algo tan macabro como poner de pie algo que está definitivamente derribado. Además, lo que escribo, suele tener algo terrible, algo que conduce a una ociosidad suicida. Por otra parte, todo lo que tenía que ver con mi escritura ya no existe, y yo, fundamentalmente ya no existo. No, al menos, como existí porque cada vez que abro los ojos nazco de nuevo hacia lo que no sé.
En cualquier terreno la realidad no es siempre una experiencia de intensidad absoluta. El hecho de que me atreva a considerar la literatura como un vínculo, como un instrumento, como un hecho erótico, como una razón, me acerca y me aleja de muchos sitios.
Si pienso en un autor desencadenante, puede ser Lewis Carroll. Un estado particular de mi motilidad mientras escribo, suele ser la causa de lo que no escribo. La cenestesia ayuda a la selección de pensamientos.
A mí no me vienen a encontrar todas las variantes del lenguaje. Yo salgo a buscarlas por el mundo. Esa búsqueda me mueve, me moldea, me instala en un horizonte al que de otra manera no podría llegar. Las palabras viven y no viven fuera de la poesía. Un cazador vive y no vive fuera de la selva. Un escritor vive y no vive fuera de sí. De esta sobresaliente imposibilidad deviene mi tortura. Mi escritura.


* El deseo. Sería saludable para mí no desear que los generosos lectores de estos mosaicos se lanzaran a zumbar y lamer el néctar de sus propias flores, o a burbujear en las peceras de sus emociones con el único propósito de no hacerme fracasar en mis intentos de crear realidad a fuerza de palabras.

Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com

Un Poema de Patricia Corrales

A LA MESA DE LA VIDA

Me siento a la oportunidad, mi tiempo
se me ofrece, obsequiándote


Comienzo con un sorbo de tus lagrimas
las que no se dejan ver pero se sienten luego de amarme
Seco mi aliento jadeante ante el susurro de la noche cómplice


Tomo de tus manos, humeantes, sensibles, poderosas como entrada
a la tierra de lo inolvidable
Dejo entrever lo delicioso, pequeños bocados llevo a mi boca


Complacida recibo el siguiente plato


Tu cuerpo se debate entre aromas y gemidos satisfechos
Mi travesura se sumerge en la humedad de tu lengua
mientras observo como cada uno de los ingredientes
van sumándose a la gloria de tanta exquisitez


Vuelvo a frotarme tus cabellos alrededor de mis labios
para continuar con la ofrenda que le haces a mi alma


Manjar cada pieza esculpida por el chef , cada centímetro,
incomparable


Es el turno de lo dulce donde se aprontan tus ojitos miel a entregarse
nada dejan librado al azar, me puede el azúcar que cae desde tus pestañas
pasando al roce de tus acaloradas mejillas para retornar una vez mas
a la anhelada cereza combinación del beso


Los observadores no imaginan cuanto disfruto
Los percibo asombrados por la rendición de mis sentidos


Complacida me destino a la siguiente oportunidad


Patricia Corrales/07
pcorrales@cosud.com

Poemas de Luis Benítez

ESE HERMANO QUE ENVENENA LOS RIOS

Ese hermano que envenena los ríos
Abre una ancha brecha
Que le parte la vida.
La mano que asesina los huevos de los peces,
El dedo que ordena que se sequen las raíces del mundo,
Que la fruta se pudra antes de llegar a su boca,
Que en el aire fallezcan las alas de los pájaros,
Y el silencio congele el paisaje de su misma muerte,
Ese hermano que pide
Que los hongos se asomen en lo rubio del trigo,
Y que la noche se abra en el corazón del alto mediodía.
Ese hermano que obliga
A retroceder al tiempo hasta su aborto,
El que invoca calaveras
en medio de la fiesta de su propia carne viva,
no sabe que se suicida en el ave que cae,
no sabe que se muere
donde declina el tallo
su alegre columna verde,
donde el todo de los campos
se convierte en la nada.
Ese hermano que envenena los ríos
No sabe que envenena también el rojo río
Que lo anima por dentro,
El que desagua en la sangre de sus hijos
Lo empetrola hoy y ahora con su error infinito.
La mano que alzó la orden
De talar el futuro
Derribó cada hora de ese día, mañana,
Donde había gestos y rostros
Que se le parecían
Al hermano equivocado que envenena los ríos.



EN EL BALNEARIO


Demoré cuarenta años en llegar al Pacífico.
Durante esa travesía hacia el poniente,
hacia estas aguas que eligen
como espuma llegar hasta el planeta,
abrí puertas que daban a insólitas escenas,
donde a veces alguien gritaba y otras
todo el teatro se quedaba en silencio.
Fueron centenares de habitaciones las que crucé
antes de llegar ante el Pacífico.
Conocí el pánico de vivir
y la fobia de morir,
dos hermanos gemelos.
Aprecié millones de gestos, muecas, rictus.
Oí en los vecindarios amalgamas de risas,
sollozos y lamentaciones, y muchas más
quedaron en ese cielo ajeno
al que se le da la espalda.
Estoy ante el sitio que dio nombre al azul,
frente al lugar donde el pesado color
se mece entre dos tierras.
Estoy inmóvil al borde mismo
como la piedra que una mano arroja
para que otra mano, invisible, la detenga.
Como aquel que sale a las euforias del sol
de las complejidades de un mundo subterráneo,
sombra sólo él bajo el extenso mediodía.
Porque también soy ese hombre.
El que, en un paisaje de espejos,
es devuelto a su única imagen
por el reflejo de las olas,
para vivir –entonces y nunca antes–
el instante donde todo acaba y se termina:
es el rompecabezas, que se arma.
El sol, el poco pasto, el aire que también es azul
y las exactas manchas del negro de las rocas
están finalmente en su lugar.
Este es el sitio donde se sabe
que levantar un puñado del volátil suelo
es arañar el vaso del reloj de arena.
Donde se interpreta que esas rápidas
construcciones de agua,
esos vertiginosos lazos de plata que suben
y pronto en lo muy hondo se sumergen,
son el mar que piensa
y que esas oscuras aves –que repentinamente allá se elevan–
son sus mejores ideas,
esas que se marchan para siempre.
Estoy ante el Pacífico
como el hombre ante el fuego.



ANOCHE ALGUIEN DERRIBO UN ARBOL QUE CUMPLIA TRES MIL AÑOS


Anoche alguien derribó un árbol
Que cumplía 3.000 años
Erguido sobre el campo.
En la noche sus astillas ardieron
Calentando a los hombres ateridos
Y en la niebla el resplandor
Indicaba el sitio de su muerte,
El mismo de su larga vida,
El mismo de su corta hoguera.
Ayer su sombra
Se alargaba hasta la casa distante,
Cruzaba el arroyo
Que cuando él brotó
No estaba.
Hoy un pozo
Con colgajos de raíces,
Con fragmentos de ramas y cortezas
Indica dónde floreció
A través de los siglos
Su savia poderosa.
En su copa anidaron
Animales que ya no existen,
Y bajo sus ramas
Estallaron infinitas tormentas.
Sus altos brazos
Surgían de entre las nubes bajas.
Entre sus raíces
Primitivos hombres
Se escondieron de las fieras,
Y luego se ocultaron tesoros,
Cartas de amor,
Objetos robados,
Y alguien talló
Con cortaplumas
Palabras que no se leen.
Anoche alguien derribó un árbol
Que cumplía 3.000 años
Erguido sobre el mundo.



DE LO INSISTENTE


La gran mosca había resistido mi ataque
por toda la casa pero la ley del amo se impuso
Vi su rayado cuerpo caer en el espacio y el tiempo
en un cuadrante del parquet allá abajo donde las leyes son otras
y los libros no existen con toda naturalidad cayó en lo natural
la única relación que tuvo con un hombre fue la última
Iba a volver a mi mundo donde vive la mujer que amo
y en teoría somos lo mejor que dio la materia
que creció hasta su belleza hasta su perfecta forma
que como la mía hace tanto dejó atrás el escalón de la mosca
Cuando cerca del deshecho cadáver allí en lo diminuto
(a lo que todavía tengo acceso aunque ya no sea un niño)
vi a la progenie de la mosca agitarse blancamente contra
la remota oscuridad de la madera
pasajeros desprevenidos arrojados todavía vivos del aeroplano roto
Uno y multiplicado el gran animal desde su mundo
le contestó al mío sin palabras.



UN INSECTO EN ENERO


mínima en la ventana una presencia activa
apenas diferente del aire en su elemental dibujo
más seis patas y dos alas que el cuerpo verde
apenas una línea que atravesó
millones de años en su aleteo
desde los ollares de los dinosaurios
hasta el sobrio y frío presente en mi ventana
nunca fue más grande y jamás abundó:
cuando plantas que hoy son la hierba
alcanzaban alturas y redondeaban formas colosales
unos pocos como él se elevaban
hacia las lejanas copas con no poco esfuerzo
de esas mismas delicadas membranas
que frente a mí apenas mueve o que reposan
allí donde refleja el todo otro vasto mundo
que también le pertenece
su victoria hecha de un silencio seguro
como todas las cosas


Luis Benítez
lben20032003@yahoo.com.ar

Oscar oriolo: 2 Poemas

Nadie sabe.

Nadie sabe que un día de julio,
en una calle adoquinada y solitaria,
mi boca perdió la madura infancia
para consagrarse a sus labios.
Nadie sabe que palpitaron mis ojos
para apropiarse de su mirada
mientras se conjuraban los pasos
que nos llevaron al renovado prodigio
de sus suspiros y su magia.
Nadie sabe que inventamos nuevos verbos
para conjugarlos en todos los rumbos del tiempo;
que improvisamos falsas soledades
para traicionar enigmáticos paréntesis
ocupados en distanciarnos;
que ideamos inefables ceremonias de caricias
para mantener ocultos los secretos de la noche
y sus umbrías nostalgias
provistas de aladas geometrías.
Nadie sabe que encontramos un territorio
perdido en medio de crujientes hojas
y, entre sábanas otoñadas
por crepúsculos incandescentes,
refulgieron nuestros semblantes
sin posibilidad de regresar al olvido.
Nadie sabe que descendieron las lluvias
por los desvanes del Olimpo
y volátiles dioses danzaron
en el eco de su aliento
con la cadencia de la música
que se fugaba por las hendijas
de su etérea respiración.
Nadie sabe
(sólo ella)
que aquel día de julio,
perdido en el devenir de los cielos,
exorcizamos soledades,
conjeturamos leyendas
y emprendimos la creación de futuros recuerdos
que ya recorren,
extenuados,
los senderos del pasado.


Sueños.


Yo sé que estuve allí,
en el jardín de frutos y flores primaverales,
dominando aves y peces,
entre mansas fieras y absurdas prohibiciones.
En Mesopotamia,
entre el Eúfrates y el Tigris,
viendo el llanto y la expulsiónde las delicias del Edén.
Estuve deambulando entre lágrimas y truenos,
pero cuando la conocívolví a conocer el paraíso.
Yo sé que estuve allí,
en el mar que acerca extrañas olas a la orilla de la ausencia.
En la nave que sobrevivió
después de precipitarse la acongojada intemperie.
Estuve navegando en el caudaloso manantial de su amor
para desembarcar mis manos en los muelles de su cuerpo.
En la nube donde parten los relámpagos
que desnudan el cuerpo de los ángeles
y estos lloran afligidoslágrimas de lava.
En el cráter del volcán,
rodeado de robles y castaños,
que diseminó estatuas por Pompeya y Herculano.
Estuve donde la noche se bebió de un trago
la intensa historia de haberla amado.
En el ensangrentado horizonte
por donde aparece el sol galopando sobre sus rayos.
Llorando alrededor de la lápida del hongo
que derritió ojos y pétalos de vida en flor.
Estuve donde el cielo se hace líquido
y se evaporacon el calor que irradia su ternura.
En la noche que nació
de las sombras amontonadas por el olvido.
En la interminable fila de ausentes
que regresan cotidianamente en las rondas de las plazas.
Estuve cayendo en el precipicio
de la dulce y cálida boca de su vientre,
trémulo,
porque me abandonó un cardumen de ilusiones.
En la veloz vorágine del impacto
que causaron las gigantescas flechas.
Escindiéndome entre los escombros
que se desbarrancaron en el gemelar abismode las torres.
Estuve en la cálida penumbra
de tener sus sensibles pechos estremeciéndose
en la concavidad de mis manos.
Estuve en el infinito eclipse que cubre de sueños al recuerdo.
Encendiendo alguna efímera llama
para abrigar todas y cada una de las esperanzas.
Y sin embargo,
después del regresode estos lugares
y de estos tiempos,
no encuentro un umbral donde sentarme a esperarla.
Pero qué importa,
si desperté con las manos celestes
porque soñé que la había acariciado.

Oscar OrioloArgentina
Co- director de Revista LILITH
redaccionlilith@yahoo.com.ar

La poesía de Marta Zabaleta

TRES CAPRICHOS

‘Voy a enseñarte lo que es el miedo en un puñado de polvo’.
T. S. ELIOT


Miedo
Es una cascada sin fibra que se derrumba detrás de la carnaza. Un río sin paraguas. Una espina de atún flotando espesa.

La insoslayable piedad de las torcazas.

Amor
Una suma sin nombre, un olor mal parido, una receta debida. El sol
ficticio que no alumbra.
Un día más cerca de la muerte.

Amistad
Una mentira que estaba a igual distancia:
Ven, estírate a mi lado, busca el vientre. Toma mi sombra.
Y en un lugar pelado, busca el miedo que se comió la almohada, como T. S. Eliot, antes de que el polvo disipe tu ombligo en la pendiente. Sacro fuego.

Marta Zabaleta

3 de enero2006, Londres.
martitacriolla@yahoo.com.ar
http://www.martazabaleta.com
http://boards3.melodysoft.com/app?ID=Shaharazad
http://martazabaleta.blogspot.com/
http://www.solidaridad.othlo.com/

Un poema de Mariela Lorena Sciorra

Tormenta en lo de Silvia.

Despertamos siete treinta
y sacamos la ropa de la soga
para que el viento no se la lleve.


Vemos los árboles moviendo sus manos
como pidiendo un poco de agua.
El cielo cada vez más gris.
El viento cada vez más fuerte
anuncian la tormenta.
Los árboles sedientos
piden a gritos un poco de frescura.


Nosotros también tenemos sed...
...otra sed.
De repente una gota, luego otra.
El viento incesante golpea puertas y ventanas.
Los árboles danzan “la tormenta de verano”
Y nosotros...
...fundimos nuestros cuerpos en el baño.


La casa reposa.
Sólo se oye la lluvia y el viento
que refresca cada rincón.
El baño quema un sudor de amor
que nuestros cuerpos emanan.


Son las diez,
la tormenta sigue,
despertaron nuestros soles...
...las risas inundan la casa.


Mariela L. Sciorra
mariesciorra@yahoo.com.ar

domingo, 4 de febrero de 2007

Mónica Russomanno: De vuelta de las vacaciones

VUELTA POR ESO

Cuando se vuelve de las vacaciones, es la belleza de los paisajes, la dulzura de las colinas o el oleaje eterno lo que queda disperso en el espíritu, adormeciéndonos detrás de las ventanillas.Se retorna pero aún no se arribó. Es el estado de gracia de quien reposa y decanta.Los campos se suceden repitiéndose, caballos idénticos, vacas simétricas, postes hipnóticos. La vida se encuentra detenida, como ausente. Se está sin estar, en ese territorio de lo que está en tránsito y no tiene ubicación real.Es necesario preguntarse sobre las ajenas vidas de las gentes invisibles que transcurren en esas casas semiocultas por árboles. Pero la pregunta es como la canción que se oye a lo lejos, sin prestar atención a las palabras. Modorra y sueño de ojos abiertos.Y así viene una en gracia de dios, sonriendo para adentro, cuando la ciudad salta hacia delante y ocurre crudamente. No se avanza a través de los boulevares ajedrezados por las sombras, ni se adentra una por la costanera de sol alegrada por las familias tomadoras de mate.Son las circunvalaciones, las bolsas blancas enredadas en las ramas, las botellas plásticas, los techos de chapa que hieren la vista con el brillo enceguecedor de inclemencias veraniegas e invernales, infernal habitáculo de semejantes tan poco semejantes allá afuera, tan ocupados en basurales y remiendos. Tan ocupados ellos en sobrevivir.Y el golpe en el estómago cuando el colectivo se detiene en el semáforo, y ese nene de ocho o nueve años se acerca a limpiar el parabrisas. No debiera darme este vértigo que el conductor le alcance dos de las bandejas del almuerzo, ni debiera cerrárseme la garganta cuando el chico se aleje despacio, y ponga las bandejas a la sombra.Por qué acude el llanto por el gesto de dejar las bandejas a la sombra. Es lo correcto, lo lógico, dejar la comida a la sombra.El nene camina sin apuro, mirando los sándwiches, girando el paquete sellado.Yo a los nueve años no hubiese sabido dejar mi vianda a la sombra. Para eso estaba mamá. Quizás será por eso el llanto. Será por eso.


CERRO LEONES


Está Cerca de Bariloche el cerro, y más que un león yacente parece un cachorro de San Bernardo, y nunca hubo leones sino pumas, pero el sacerdote que lo descubrió para los que acabarían con los tehuelches vio un león. Así ocurrieron las cosas en esta extensa y bella América, renombrada y transformada por los recién venidos, que daban en descubrir lo que fue ocupado siglos por razas morenas, y en nombrar las cosas según lo que sus europeos ojos podían hallar en semejanza. Fue un cerro entonces una campana, otro una catedral, y las palabras nativas se enterraron debajo de vocablos lejanos, así como en el litoral contó el poeta que los ojos marrones retrocedieron expulsados por el lino, que multiplicaba en flores celestes los ojos azules de los que bajaban de los barcos.Pero allá arriba, en el cerro donde moran las águilas y sobrevuelan los jotes, podemos asomarnos con el espíritu sobrecogido a las cuevas que fueron taller de fabricación de armas para la caza del guanaco y de los pequeños ciervos que alimentaban a hombres de dos metros de altura, y mujeres de un metro setenta. Envueltos en pieles los tehuelches, con obsidiana tallaban la piedra para sus flechas. Nunca condescendieron a la sedentaria agricultura ni a la cría de ganado. Lo harían los mapuches, llegados porque el hombre blanco los empujaba desde arriba, desde el norte que iban ocupando sin resquicio pese a los inmensos campos vacíos.Allí arriba están las cuevas, allá desde donde se puede ver el amplio horizonte y el cielo más amplio aún, dos infinitudes inabarcables. Las montañas lejanas, los lagos espejando el alma y calmando el viento en azul.Podemos admirar las plantitas empeñosas en florecer entre las piedras, esas piedras que se rompen como papel, como hojaldre colorido, con sus vetas rojas de hierro y amarillas de azufre, y ese piso impalpable de polvo volcánico.Y podemos tratar de hallar las pinturas rupestres, apenas una huella imperceptible, como imperceptible es la huella de los antiguos moradores, muertos ya, desaparecidos de esta Patagonia que los vio retroceder a las sombras de un tiempo que se confunde con el Tiempo, con la Historia, con la vergüenza de las masacres, la sífilis, el alcohol que les destrozó lo sagrado que habitaba en ellos. No entendían lo que propiedad privada significa, y cuando los blancos les mermaron el guanaco, cazaron entonces esos bichitos blancos que también servían para comer. Eran ovejas, no pertenecían a la tierra como todos los animales le pertenecen, tenían dueños de extraña lengua y extraña vestimenta, y más extraña aún concepción de lo que el mundo es y de cómo está ordenado el universo. Los blancos los cazaron a ellos como ladrones.Podemos entonces mirar las cuevas. Somos intrusos, lo sabemos. No nos llevamos nada. Quizás, con suerte, aprendemos algo.Y después nos internamos en el volcán. Porque así nació esta elevación, con fuego, con el encrespamiento de la tierra que escribe sin letras pero deja los signos que narran una saga de milenios sobre el lomo del planeta.Nos metemos en el volcán como quien nace. Volvemos al útero de la madre Tierra por una abertura estrecha que nos obliga a acuclillarnos primero y a reptar después, cuerpo extendido hacia la obscuridad profunda de las profundas entrañas de lo obscuro.Otra caverna. La luz del guía, un reflector conectado endeblemente a una batería, que recorre las paredes de ángulos geométricos, picos y quebradas, y muestra un lago de agua helada y limpia, absolutamente calmo, ajeno al afuera, ignorante del viento, abrazado a sí mismo; un lago transparente, frío, un ojo de agua que nos devuelve la mirada, indiferente.Y es la experiencia de lo subterráneo, de la semilla que aguarda, de las raíces, de las ciudades de los muertos. Apagar la luz, sentir la obscuridad y el silencio sin atenuantes. Cada uno de nosotros está solo, es pequeño. Cada uno de nosotros es un punto de frágil sangre, de mínima carne dentro de las entrañas de la tierra que crece a nuestro alrededor con forma de animal yacente.Estamos solos allí. Cada uno. Por un momento los sentidos nos cortan los puentes con el afuera. Dentro del volcán. Dentro de nuestros cuerpos. Estamos solos allí, como siempre, pero ahora lo notamos.Cuando bajo sorteando piedras recupero el cielo, veo las águilas, los jotes, siento el viento. Ellos se quedan. Los tehuelches se quedan también. Aunque no los haya visto también se quedan.Sigue acostado el león, el puma. Sigue dormido el animal yacente. Pero escucho el rugido, todavía escucho el rugido.

Mónica Russomanno
russomannomonica@hotmail.com

De El Poeta Vileta

I
LA NOCHE SE HIZO LARGA
PEGUE LOS OJOS POR UN RATO
LA MAÑANA LLEGO SIN DARME CUENTA
LOS ABRÍ SINTIENDO EL RESPLANDOR
ME SENTI FELIZ DE LOGRARLO

II
SENTI TU CORAZÓN
EN LO VIRTUAL
DEJANDO SEÑALES
QUE RETOZAN EN MI MENTE
PUEDE QUE SEA
UNA REALIDAD

III
SENTADO ESTOY
MIRO ALREDEDOR
QUE MUNDO TAN PEQUEÑO ES
Y TAN GRANDE CUANDO LOS CIERRAS

IV
ME FUMO UN CIGARRO
EN CUALQUIER MOMENTO
SATISFACE EL INSTANTE
PERO UN BESO TUYO MAS TODAVÍA

V
VIAJAS EN DELEITE
OJOS QUE ENCUENTRAN PAISAJES
OJOS QUE VERAN TU DULCE ESTAMPA DE MUJER
AL FINAL DEL VIAJE
DANIEL VILETA CANALS ARG.

Un poema de Diana Poblet

Lo imposible

El incendio se instaló en mi pecho
lo temido llegó hoy con brazos trémulos
la última pulseada se queda aquí
circunscrita a esta aldea
a nuestro defendido espacio del no pasarán
lloro por las manos algunos quedarán sin regreso
ardiendo entre antropoides
sumarán ausencias sin reemplazo
luciérnagas descuartizadas
eructan los volcanes
se atomizan los maleficios
lo sospechan
lo sabemos
transporto certeza de haber perdido por knock-out
la batalla finalla decisiva
la cabalgada con traje mallado
que pudo mudarte
cambiar mundos.
Llevo sangre en los ojos
y me lloran las manos.

Diana Poblet
Tengo un frasco de luciérnagas para iluminar la noche que llevo encima.
soydian@yahoo.com.ar

Poemas de María gabriela Abeal

En un sentido oriental (De crónicas de Alondra)


Vértigo,

golondrinas en el vientre

galopar desenfrenado del músculo que me sostiene

es lo que siento.



Me deshojas por dentro,

por fuera pierdo las alas,

he visto enmascararse a la hierba

por vergüenza

de cómo nos miramos.



Emigran las aves,

hasta las rosas

no están acostumbradas

a la estación simbiótica

de nuestras almas.



Tú la puerta segura,

mi cuerpo la cerradura.

Los dos única llave;

en un sentido oriental

somos el yin y el yang.





Caritatis


Creo en vos,

amor que todo lo puede,

creando mis ganas y extrañezas,

mis sueños y mis desvelos.

Creo en un solo verbo,

un único sentimiento,

nacido del centro del cuerpo

de la luz y del universo entero.

Un amor verdadero

que puede sembrar y crear

porque es naturaleza.

Que por mí y por vos

existe el vínculo en la tierra y en el cielo.

Que encarnados en cuerpos,

por no practicar el verbo,

se crucificaron nuestros deseos.

En el tiempo que no supimos

limpiar nuestras almas

padeció el amor y fue sepultado.

Resucita cada cierto tiempo

si se escribe con ganas, sube al corazón

trasciende al espíritu y rodea nuestro encuentro;

de nuevo viene la gloria

que no juzga estés vivo o estés muerto

porque hay algo que no se ve y que no tiene fin.

Creo en el amor que da la vida

que procede de un padre y una madre

y que reciben a un hijo, que tiene los mismos derechos.

Creo en un Dios natural,

que hay santos y otros no tanto.

Confieso que hay un solo amor que no necesita perdón.

Y no se si resucitaré después de morir

por eso creo en la vida.



Amen-se





La historia de los besos



He besado tantas bocas en mi vida

en busca del sabor que yo deseo


hubo besos

compartidos en la búsqueda


otros sacudieron a mi boca

hasta perder la conciencia

por momentos


besé labios

secos de pasiones


bocas húmedas sin miedo

al desenfreno


besé sin saber

a quien besaba

para no perder el arte de los besos


besé al aire

al viento a la lluvia

para hacer a mis besos naturales


me besé

mirándome al espejo

para mejorar la calidad de mis besos


besé suave

mordiendo

escapando

besé rápido

para que nadie

descubra a quién beso


besé sin pensar

si me besaban

y de algunos besos

por ahí

hoy me arrepiento


Pero beso más que nada

por el hábito

porque mi boca nació

por ese beso.



María Gabriela Abeal
Mgabi7@ciudad.com.ar
gabrielaabeal@yahoo.com.ar

Noticia Literaria

Nuevamente galardonado el Dr. Ernesto Kahan

Por María Eugenia Caseiro
Ha sido premiado una vez más el trabajo del Dr. Ernesto Kahan, vicepresidente del Congreso Mundial de Poetas y la Academia Mundial de Arte y Cultura (UNESCO), presidente de la Asociación Israelí de Médicos por la Paz y vicepresidente de IPPNW (NÓBEL 1985), además de vicepresidente de IFLAC (Forum Internacional por la Literatura y Cultura de Paz), director de Epidemiología del Departamento de Medicina de Familia, Universidad Tel Aviv, Israel, y otros cargos relevantes.
Si una persona ha impactado en estos tiempos el pensamiento de muchas, guiado por su gran espíritu, inteligencia, constancia, amor a la humanidad y entrega, es el doctor en medicina Ernesto Kahan, profesor universitario y escritor; autor de una gran cantidad de libros y artículos sobre temas de su especialidad, destacado exponente y guía en el terreno de la búsqueda de caminos que conduzcan a lograr la Paz en todas las esferas.
La Asociación Internacional de Escritores y Artistas ha extendido al Dr. Kahan y a Taki Yuriko, de Japón, un diploma en reconocimiento a la extraordinaria labor conjunta coronada por su trabajo: Genocidio; libro publicado en español, japonés e inglés el pasado junio, por la Editorial Nihon Tosho Centre Co.,LTD. y que ha sido una clara muestra de la obra común entre dos poetas que vibran por la paz y la justicia para la humanidad: Taki Yurico y Ernesto Kahan, quienes se abrazaron a un proyecto que han manifestado continuará mientras vivan: Evitar los genocidios.
Las impresiones y los sentimientos de sus autores se transcribe en las siguientes notas de su anuncio editorial:
“El libro "GENOCIDIO" en versión trilingüe (castellano - Inglés - Japonés), ya está a la venta. Es un libro maravilloso, tremendo, e importante para todo tipo de público, bibliotecas, universidades, investigadores de paz, trabajadores por los derechos humanos y la paz, maestros, trabajadores de salud, poetas, profesores universitarios, etc. Se trata de trabajo editorial impresionante sobre un libro esperado.
Dos escritores mundialmente conocidos: Ernesto Kahan, argentino - israelí, y Taki Yuriko, japonés; se aproximaron con enorme amor, ciencia y poesía, al dolor terrible que sufrió la humanidad debido a los genocidios del siglo de XX: El Holocausto judío, la masacre nuclear de Hiroshima y Nagasaki, la matanza en masa de los armenios y el hambre en África e Ibero América, etc. Nadie olvidará este libro.”
Una vez más, el Dr. Ernesto Kahan, esta vez en compañía de Yuriko, demuestra que la poesía también puede unirse a la ciencia para despertar el interés de la humanidad y enfocarlo por derroteros de amor y justicia.
El premio merecido es nuevo incentivo para quienes le admiramos y le deseamos por siempre. ¡Salud!, Ernesto Kahan y Taki Yuriko.


"Muchos sostienen que la poesía es belleza y armonía y tienen razón, mas sinamor es perfume vacío... es aire solamente. Cuando la belleza está casadacon el amor al pueblo, la justicia, la verdad, la paz... cuando el amor esel rechazo de la guerra, el racismo, el genocidio, el odio... la poesía escultura y civilización".
Ernesto Kahan


"Many sustain that poetry is beauty and harmony, and they are right; butwithout love it is an empty perfume... is just air. When beauty is engagedwith love to people, justice, truth, peace... when love is the rejection ofwar, racism, genocide, hate... such poetry is human civilization andculture".
Ernesto Kahan


María Eugenia Caseiro
buhowriter@hotmail.com
http://danielmontoly.blogspot.com/

Homenaje a Osvaldo Soriano

Para homenajear a Osvaldo Soriano hemos seleccionado estos textos: un cuento de Eduardo Galeano y la carta de Osvaldo Bayer leída en la Chacarita al cumplirse 10 años de su muerte.


Por Eduardo Galeano (*)
En uno de sus cuentos, Soriano imaginó un partido de fútbol en algún pueblito perdido en la Patagonia. Al equipo local, nunca nadie le había metido un gol en su cancha. Semejante agravio estaba prohibido, bajo pena de horca o tremenda paliza. En el cuento, el equipo visitante evitaba la tentación durante todo el partido; pero al final el delantero centro quedaba solo frente al arquero y no tenía más remedio que pasarle la pelota entre las piernas.
Diez años después, cuando Soriano llegó al aeropuerto de Neuquén, un desconocido lo estrujó en un abrazo y lo alzó con valija y todo:
–¡Gol, no! ¡Golazo! –gritó–. ¡Te estoy viendo! ¡A lo Pelé lo festejaste! –y cayó de rodillas, elevando los brazos al cielo.
Después, se cubrió la cabeza:
–¡Qué manera de llover piedras! ¡Qué biaba nos dieron!
Soriano, boquiabierto, escuchaba con la valija en la mano.
–¡Se te vinieron encima! ¡Eran un pueblo! –gritó el entusiasta. Y señalándolo con el pulgar, informó a los curiosos que se iban acercando:
–A éste, yo le salvé la vida.
Y les contó, con lujo de detalles, la tremenda gresca que se había armado al fin del partido: ese partido que el autor había jugado en soledad, una noche lejana, sentado ante una máquina de escribir, un cenicero lleno de puchos y un par de gatos dormilones.


(*) El texto de Galeano forma parte de su último libro, Bocas del tiempo.





A CONTINUACIÓN, LA CARTA DE OSVALDO BAYER LEÍDA DURANTE EL HOMENAJE EN LA CHACARITA.


Querida Catherine, querido Manuel, queridos amigos:

Diez años ya sin diálogos con Osvaldo, pero su recuerdo vivo. Sus libros, sus notas, su sonrisa presente. Ya no cabe la tristeza sino la imagen de quien fue un escritor nuestro, bien nuestro, de estas latitudes, de estas calles, de estas pampas que lo vieron recorrer con mirada atenta y descubridora. Lo perdimos en el ruido de las redacciones, en los ecos de los cafés del centro, en los bocinazos de Buenos Aires apurado, y lo ganamos en el silencio, en su imagen que no se aleja, que está ahí y aquí, que estará muy cerca siempre.
Osvaldo Soriano, escritor nuestro, sabedor de la vida, conocedor de lo argentino. El nos explicó siempre lo que somos, profundidades e ironías, grandezas y egoísmos, alturas y flaquezas. ¿Cómo definir tu estilo literario, Osvaldo? Yo diría que fuiste un Arlt despojado de todo lo que traía ese heredero de primera generación de lo europeo. Tu estilo es tan profundo que no necesitó ni figuras ni academicismos. Es tan profundo como las preguntas que se hacen los muchachos de barrio, las mujeres viejas, los viejos jubilados y los perros de la calle.
(Los gatos, no, ésos no preguntan, ésos lo saben todo. Por eso te hiciste acompañar por ellos para que no sucumbieras en las dudas. Y por eso tu optimismo a veces desesperado, del que salías a flote con la ironía.)
Diez años y nadie te olvida. Estás siempre presente. Es que el argentino te reconoce como que eres un descubridor. El descubridor del argentino. Para un argentino no hay nada mejor que un argentino, escribirías sonriendo con malicia. (Podríamos cambiar lo de argentino por otro sustantivo argentino, pero es lo mismo... somos todos argentinos, agregarías.)
Ahí estuvo toda tu sabiduría, tu perspicacia. Nos definiste. Te definiste. Y te divertiste. Y dejaste un fresco inigualable. Pareces esos pintores alemanes de la república de Weimar que pintaron con los colores de la profunda ironía la tragedia de esos días. Nos has dejado, como digo, ese fresco increíble de nuestra sociedad. Con valentía, con amplitud, con ironía, con la literatura sabia de la calle, con arte, con palabras de las que usa el pueblo. Diez años y te recordamos todos. La melancolía no pudo debilitar nuestra admiración y agradecimiento.
¿Sabés cómo te hubieran llamado los luchadores del pasado? Un Hijo del Pueblo. Porque nos supiste dibujar a todos, desnudar a todos. Pero sin poder ocultar tu tierna bondad.
Hasta la vida siempre, querido amigo.

Osvaldo Bayer


Fuente: diario "Página /12"
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