Balada de los suburbios
Te escondes tras el makeup y el rimel,
triste, con la nostalgia retroactiva
en el útero marchito.
Masticas los malos días
con mecánica alegría de píldoras
y dejas hundir tus labios
en la parodia de la televisión.
El cartero no trajo hoy rosas para ti,
tampoco una notita
con la palabra: Te quiero.
Loretta, las flores del jardín
se llevaron su perfume
hasta confines foráneos.
Y tú, te aferras a su fotografía,
juras jamás volver
a pararte frente a la ventana
para no ver en el horizonte, a ese niño
de ojos vivaces y pelito negro,
ir en bicicleta a cazar relámpagos.
Amor...
Y fui un alma muerta
hasta conocerte,
un grabado
virgen
en sábanas mojadas
Amor...
Ahora, dime:
¿Con qué
boca te nombro
sí mi boca
olvidó
escupir
en tierra húmeda?
Pero…
donde la verbena
y el espárrago
te hieren
amor.
Ahí pondré la mano
hasta escucharte
decir: ...
"quiero".
OIL OVER CANVA IN BROOKLIN
Es jueves 14 de noviembre. Las rosas
lucen como pájaros sin alas en el jarrón,
y el saxo de Coltrane, redime al jazz
en las azarosas cruces
levantadas, sobre el hielo vespertino.
Dos cuervos observan
los movimientos humanos
amenazar a su prole
en la cornisa de una vieja factoría.
Un viejo, inmigrante, se desplaza
bastón en manos rumbo a Canaán,
para edificar ciudadelas de palabras,
en sus piedras introvertidas.
Hoy el universo, es caballo.
Domable a la mecánica del electrodo;
se le ve refulgir, entre las oprobiosas
dudas de un mercader de joyas,
que con su sombrero jassidy,
se espanta moscas metafísicas del rostro.
DARK AFTERNOON IN HARLEM
Bajo del taxi en The New Canaan Tabernacle.
Al sentarme huelo orines en los muros,
escucho esas viejas canciones,
arrastradas por el viento,
salir, melancólicas,
por las ventanas de Harlem.
Distingo la sombra de James Brown
cruzar la Lenox Avenue
y desaparecer entre las luces
del viejo teatro Apollo.
En otra esquina, Mingus y su bajo
me despiertan, a ese otro mundo,
soterrado y frío,
de árboles, y sogas grises,
en lugar de pájaros.
Siento el espíritu de un fugitivo
llegando al Norte, y puños al aire, lo saludo.
Respiro en Harlem, los versos libertos
de Frederick Douglass,
y Langston Hughes,
en los ojos obnubilados
del maestro
Dizzy Gillespie.
Daniel Montoly©
daniel22442000@yahoo.com
http://www.danielmontoly.blogspot.com/
Daniel J. Montoly (República Dominicana, 1968) estudiante de la carrera de derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Te escondes tras el makeup y el rimel,
triste, con la nostalgia retroactiva
en el útero marchito.
Masticas los malos días
con mecánica alegría de píldoras
y dejas hundir tus labios
en la parodia de la televisión.
El cartero no trajo hoy rosas para ti,
tampoco una notita
con la palabra: Te quiero.
Loretta, las flores del jardín
se llevaron su perfume
hasta confines foráneos.
Y tú, te aferras a su fotografía,
juras jamás volver
a pararte frente a la ventana
para no ver en el horizonte, a ese niño
de ojos vivaces y pelito negro,
ir en bicicleta a cazar relámpagos.
Amor...
Y fui un alma muerta
hasta conocerte,
un grabado
virgen
en sábanas mojadas
Amor...
Ahora, dime:
¿Con qué
boca te nombro
sí mi boca
olvidó
escupir
en tierra húmeda?
Pero…
donde la verbena
y el espárrago
te hieren
amor.
Ahí pondré la mano
hasta escucharte
decir: ...
"quiero".
OIL OVER CANVA IN BROOKLIN
Es jueves 14 de noviembre. Las rosas
lucen como pájaros sin alas en el jarrón,
y el saxo de Coltrane, redime al jazz
en las azarosas cruces
levantadas, sobre el hielo vespertino.
Dos cuervos observan
los movimientos humanos
amenazar a su prole
en la cornisa de una vieja factoría.
Un viejo, inmigrante, se desplaza
bastón en manos rumbo a Canaán,
para edificar ciudadelas de palabras,
en sus piedras introvertidas.
Hoy el universo, es caballo.
Domable a la mecánica del electrodo;
se le ve refulgir, entre las oprobiosas
dudas de un mercader de joyas,
que con su sombrero jassidy,
se espanta moscas metafísicas del rostro.
DARK AFTERNOON IN HARLEM
Bajo del taxi en The New Canaan Tabernacle.
Al sentarme huelo orines en los muros,
escucho esas viejas canciones,
arrastradas por el viento,
salir, melancólicas,
por las ventanas de Harlem.
Distingo la sombra de James Brown
cruzar la Lenox Avenue
y desaparecer entre las luces
del viejo teatro Apollo.
En otra esquina, Mingus y su bajo
me despiertan, a ese otro mundo,
soterrado y frío,
de árboles, y sogas grises,
en lugar de pájaros.
Siento el espíritu de un fugitivo
llegando al Norte, y puños al aire, lo saludo.
Respiro en Harlem, los versos libertos
de Frederick Douglass,
y Langston Hughes,
en los ojos obnubilados
del maestro
Dizzy Gillespie.
Daniel Montoly©
daniel22442000@yahoo.com
http://www.danielmontoly.blogspot.com/
Daniel J. Montoly (República Dominicana, 1968) estudiante de la carrera de derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
3 comentarios:
Se que te debo mil visitas por tu casa... pero ya que hoy vienen tus letras hacia mi, otra vez recorro tu estilo personal en los versos y sigo insistiendo que me gusta. Felicitaciones.
Gabriela Abeal
Gracias querida Gaby, ya se te extrañaba. Llevaba un tiempo preguntándome por ti.
Besos y abrazos. Daniel
Aquí estoy, yerba mala nunca muere y cuando puede reaparece.
Gracias por andar pregutándote, te leo, cariños... Gabriela.
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