domingo, 28 de enero de 2007

Poemas de Viviana Álvarez

"Yo no sé de lluvias" y otros...

yo no sé de lluvias

yo no sé de lluvias que borran heridas ni de relojes detenidos por manos de sus dueños

sé del tiempo que lame penas con salada lengua desiertos en camas vacías
pensamientos que andan por eternos valles
sé del amor a destiempo de la espera acompasada en violines sin viento
de sueños que duermen en mantos esperando el beso que los saque del fango
sé de tu amor en el aire de la luna burlona
que teje tu forma y mira mi alma divagar en silencio
sé de una esperanza que acuna mi aliento
más allá de pesares y mares quietos


no soy yo


no soy yo la que ríe desde nieblas

no soy yo el llanto noctámbulo que te llega
cuando las ganas esfuman deseos
y cierne la noche su mano de frío


¿Cómo decirte?


¿cómo decirte que urdo imágenes en noches yermas?

Urgencia de tus manos asedia mis ocasos
y cada paso me lleva hacia el abismo.
¿cómo decirte que la niebla se apodera de mi lar
y no hay alondras en mi voz?
Que enmudeció llamando estériles sombras que tienen tu olor.
¿cómo decirte que vago cielos oscuros?
que los astros me abandonaron.
Ya no hay llanto ni cánticos para ofrendarte, sólo desierto.
Donde vaga mi máscara sin recordar mi mundo antes de vos.

Viviana Álvarez
poemasenanil@yahoo.com.ar
www.entonceslapoesia.blogspot.com
http://poemasenanil.zoomblog.com

Las musas de Miriam Cairo

Musas
Por Miriam Cairo

I. Ella tiene una musa con la que suele besarse en la boca y trazar un círculo vicioso. No es esa clase de musa que intenta estrangularse para no ver más la luz del sol, pero es huidiza. Cuando llega, gusta entrar por una puerta disimulada en la Muralla China. Se desliza en puntas de pie como si el mundo estuviera sembrado de cabezas cortadas. Los besos que a ella le roba son fugaces y traicioneros. La dejan con la boca abierta y los pies enterrados en la arena.


II. De vez en cuando abre sus silencios. Todo es vibración allí. Suele estar tan temblorosa, tan solitaria cuando las palabras asoman su nariz... No importa lo que ellas han llevado sino lo que traen en sus cuerpos gozosos. A ella le conmueve verlas así, desnudas, en los labios del mundo.


III. Los pliegues del vestido y Venus allí, con su esplendor. Esos cuerpos ambiguos, transitando por la niebla, oscilan entre los gemidos de una mujer y los gruñidos de un hombre. A dos aguas navegan fluctuando hacia una y otra identidad. Esos cuerpos beben alternativamente el vino de la adoración y el barro del desprecio. En sus bocas se renueva a cada rato el desliz de la penuria.Gruesas piernas de hombre enfundadas en finas medias de mujer.Gargantas de huracán profiriendo graznidos de señoras.Dos en uno, amenazándose alternativamente.Pasan los siglos y el pecado, enredado en el árbol, con sus labios carnosos, se vuelve cada vez más puro.


IV. Como un pez aburrido en el cielo, ella roe y a la vez alimenta sus palabras. Tras el agua corre arrastrando la herencia maldita. Mientras otros rezan y admiran sus llagas dominicales, ella desenvuelve la memoria de un pescador y habla de la espuma que queda en la orilla del río cuando el agua se va.


V. Una musa ha rodado por el terraplén. Se levanta, y mareada mira
por dónde ha caído. Tiene deseos de gritar aunque nada le duele: toda la vida ha rodado. Ya ni siquiera pretende ocultarse del permanente sol que alumbra su cabeza. La mujer desnuda y su musa magullada juegan con las babas de la luna.



VI. Escribe cien veces en una hoja de papel: "te amo". Y el perfil invencible de la humanidad, escupe sobre ese vínculo equivocado.


VII. Ella no le teme al impiadoso brillar del puñal de su musa asesina. Las intenciones de ella bien pudieran ser las suyas. Una y otra se inclinan sobre lo escrito con los ojos helados del conocimiento.Al borde de la palabra el puñal acecha.La musa no tiembla al decapitar las ideas endebles que se le ocurrieron a su ama.


VIII. Algo que no se ve vino a cubrir los agujeros de la ausencia. Se siente como azúcar negra y huele a vainilla. Palabra de honor. A veces la vida es exquisita. Invita a chuparse los dedos.


IX. Donde quiera que vaya la musa borracha de tinta, corre el riesgo de perder la vida en manos de su propio quehacer. Cuando llueve se cobija bajo un paraguas para no estropear su cuerpo líquido. A cualquiera que le pregunte si viene todas las tardes, ella responderá que sólo de vez en cuando. (Es claro que se acerca únicamente para retardar los desenlaces).


X. Es muy distinto perecer pasivamente, como simple víctima, a perecer como alguien que se entrega por impulso. Con su pesado dedo, Dios dibuja nuestras pesadillas. Hace agujeros en el corazón, cava nuestras tumbas. Nos grita en la cara que somos el fruto de su error. La decepción de sus sueños. Cabe preguntarse por qué no se irá a fundar mejores mundos y nos deja a nosotros construir el nuestro con los delgados dedos de la propia imaginación.


XI. A veces viene una musa lenta como un caracol pequeñísimo. Viene con sus roces babosos a despertar las sensaciones. Ella la recibe siempre. Qué belleza. Se deshace en sus manos. Es la musa más ambigua y por lo mismo la más deseable. A veces llega vestida de hombre. A veces, con los modales de una virgen. A veces ladra en cuatro patas como una perra blanca. Ser hombre o mujer es algo que se decide en un segundo. (Hay lectores tan amables que facilitan la redacción de estas cuestiones).


XII. La realidad cumple una función paradójica. Presencia y ausencia sólo sirven para construir una antítesis. La presencia no es más que aquello que refiere al fruto en proceso de maduración. La ausencia, al fruto engullido porque ya estaba maduro. En los bares, también la realidad cumple una función excéntrica. Basta escuchar a alguien hablar de sí mismo con inflexión de seguridad, y de los otros, como si los interpretara, para darnos cuenta en qué modo la verdad se ríe de nosotros.


XIII. Hay una musa que llega como un viento. De los pezones le chorrean gotas de agua. Lo sentido pasa por sus hombros y sus axilas como un aire respirado en la eternidad. Viene a ver qué escribirá ella cuando escriba. "Un golpe de dados no abolirá el azar", repite. Luego, su presencia aporta la palabra necesaria en el momento mismo de la necesidad. Es la musa más difícil y oscura, y también, la más peligrosa.


XIV. Hay dos, tres, varias razones para que ella vea una cabellera rojiza en el fondo del estanque.Una: el asesino sin gajes.Otra: una anciana acurrucada de espalda contra el piso, con las piernas juntas y los talones al aire.Otra: la anciana cantando una canción que habla de naranjos.Otra: el infinito expandiéndose a través de la ventana.Otra: el jadeo de un gorrión nervioso.Otra: una cosa cualquiera, que ha visto sin darse cuenta.


XV. Felizmente las puertas están abiertas, la sangre fría y las decisiones tomadas. Ella tiene tos y una musa bebe en dos sorbos el jarabe marrón del frasco negro. Tanto a la China como a Paysandú, lleva en su equipaje un colibrí que sostiene los sahumerios. Tanto
en la China como en El Palmar, las musas se le aparecen jugando siempre a distintos personajes y se acuestan todas juntas en un cuarto pequeño. Cuando no la dejan dormir, ella asume su enérgica autoridad, pero ninguna le obedece. Entonces, sólo atina a esquivar los golpes porque ellas se enfurecen cuando las trata como deidades, como colegas o como esclavas.


Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com

Un relato de Lady López Zepeda

Las dunas de sus ojos

Teresa se levantó de la mesa, recogió las tazas con los residuos del chocolate que habíamos bebido. La seguí con la vista. Se deslizaba como gacela, su estrecha figura acentuaba sus formas, sus muslos sostenían la tempestad de sus anhelos y sus caderas atendían la cadencia de su paso.
Despareció por un momento de la escena. Al volver crispó sus cabellos y tomó asiento en el viejo diván. Quitó sus zapatos Dior, sus pies descalzos ondulaban por el aire como una bandera en días de fiesta. Un leve temor me impidió tomarlos y besarlos hasta desbordarme por la senda del olvido.
Sus manos delicadas hicieron una señal que reclamaban mi cercanía. Me senté junto a ella. Teresa me miraba insinuante y provocativa. Con su gesto comprobé que había perdido el himen de su temprana timidez.
Sus ojos de descaro coincidieron con los míos. Advertí que las dunas de sus ojos eran más subterráneas y rosadas a pesar de la aridez de los años. Nos miramos profusamente. El silencio lo decía todo. La deseaba igual que la primera vez. Recordé los instantes del viejo bar en el momento que, súbitamente, la atraje hacia mí y le planté el primer y único beso. Al acariciarla sentí sus labios tibios y su nariz fría como huellas indelebles del pasado.
Una voz infantil me trajo de regreso. La pequeña asomó su carita, al tiempo que le decía a Teresa: -Mami, tengo miedo, no puedo dormir. Ven conmigo, ¿me cuentas un cuento?-
Teresa la tomó en su regazo. Al darse cuenta de mi presencia, la chiquilla frunció el seño.
En un gesto de cordialidad Teresa le dijo a su hija: –María, él es Carlos mi amigo de juventud. Salúdalo y despídete. Vamos a dormir. Para que no tengas miedo, te contaré un cuento de hadas y princesas–.
En una actitud de rebeldía María escondió sus manos por detrás y perdió su rostro en los senos de Teresa. A pesar de ello, descubrí que la chiquilla también tenía las prominentes dunas bajo sus ojos que me evocaban los años juveniles de su madre.
Teresa se disculpó por la descortesía de María y se levantó para atender su petición. En el quicio de la recámara me dijo con voz suplicante: – ¡Quédate, no te vayas todavía!–.
Mientras Teresa intentaba dormir a la cría, recorrí la estancia de su piso. Tuve la sensación que todo había cambiado: las banderas rojas, los días teñidos de rojo, las ideas rojas y los libros rojos. Me atrajo la fotografía que colgaba al centro de la pared, en el fondo se dibujaba el auto rojo y al frente posábamos Ángel, Teresa y yo con los brazos entrelazados. Sonreíamos a la posteridad. Me vino a la memoria la película Nos amábamos tanto, y en un segundo supe que eran cosas del ayer.
No escuché sus pisadas cuando Teresa descansó su barbilla sobre mi hombro anunciando su llegada. Tenía en su rostro una sonrisa triunfal por la batalla enfrentada con los fantasmas y dragones de su hija. Di un giro, sin detenerme, la tomé en mis brazos y acaricié sus labios y sus dunas.
Teresa se retiró a unos cuantos metros. Para mi sorpresa su cuello lo envolvía con aquella bufanda roja que le había regalado en el antaño. Despojó lentamente las ropas y los encajes. Sin perderla de vista observaba sus pechos erguidos por la espera, el perfecto contorno de su espalda, la brevedad de su cintura y el misterio de su sexo. Los olores se desprendieron de su trémula piel y llenaron aquel minúsculo espacio. Nuevamente se acercó susurrándome al oído: – ¡Te he esperado tanto!–.
Teresa se deshojaba a pedazos. Me seducía a gotas con las lágrimas que rodaban de sus dunas. Nuevamente pobló de esperanza mis días nublados por la soledad y el dolor de su ausencia.
Desabrochó con gran maestría mi saco Hugo Boss, lo tiró al suelo. Desprendió mi camisa y todas mis ropas para llegar a mí. Quedamos desnudos al calor de nuestra pasión.
Entre abrazos y caricias mutuas, el sonido de mi celular nos volvió a la realidad. Resolví no contestar, sin embargo Teresa acercó el pantalón, sacó el teléfono del bolsillo y determinante me dijo: – ¡Contesta por favor!–.
En mi confusión respondí al llamado. Escuché la voz nítida de Yolanda. Su timbre era dulce, afable y femenino. Inesperadamente el silencio, pese a la distancia, nos habitó a los tres.
Yolanda tomó ventaja: – ¡Por Dios! ¿Pasa algo? ¿Tienes algún problema?–, me dijo.
–No, nada. Todo está en su sitio–.
Yolanda agregó: – ¿Me amas?, necesito escucharlo. Te espero para cenar y festejar este día tan especial para nosotros. Compré un regalo para ti. Me gustó tanto la bufanda roja que me obsequiaste que ya la traigo puesta. Los niños no están en casa y la noche es nuestra. ¿Sabes?, en la estufa reposa el chocolate que preparé para calentarnos del frío invierno. Gracias por darme los mejores años–.
Al colgar, Teresa me miró como una gata desvalida y entre uno y otro parpadeo quedé suspendido en la adversidad de sus hermosas dunas.


Lady López Zepeda
De "Las dunas de sus ojos y otros relatos", México, 2006.
ladylz954@yahoo.es
http://ladylz549.spaces.msn.com/
http://ladylopez954.blogspot.com/

Un poema de Sergio Borao Llop

Nostalgia de las cascadas*

Nostalgia de las cascadas.

Incestuosamente rebotar

contra la roca altiva, acariciarla
en un abrazo de ardiente despedida.

De súbito estallaren el éxtasis final de la caída,

en la revuelta apoteosis. Desguazarme.
Salpicar el entorno y atronando,
partir veloz con rumbo insospechable
hacia nuevos descensos velocísimos,
hacia raudas corrientes y anchos cauces.

Siempre al final, el mar interminable.

Y no ser epitafio detenido

en la quietud sin tiempo del estanque
suciode las grandes ciudades.

* Poema leido en Chile con motivo del Festival del Agua.

Sergio Borao Llop

sergiobllop@yahoo.es
http://www.aragonesasi.com/sergio

5 poemas breves de Revagliatti

Sonidos al

Sonidos al cerrarse
penden
de la oscuridad
Juntándose conmigo

me rellenan.


Fuegos exclusivos


Fuegos exclusivoslos de mis ojos
atravesados por la oscuridad
Mi oscuridad exclusiva.



Aquí no


En el espejo pasa
no aquí
aquí
no pasa
En el reflejo en el agua del lago pasa

no aquí
aquí
no pasa
Es en mis ojos ciegos donde pasa

no aquí
aquí
no pasa.


Ojo mío


Al ojo mío que no ve
contemplo con un ojo
alterado por el detrito
del ojo mío que no ve.


En mi cabeza


En mi cabeza
dura
sagrada
allí metido
de pies a cabeza.

©Rolando Revagliatti

Poemas pertenecientes a su libro "Propaga"publicados en "El Interpretador" Nº 7 - Octubre de 2004: http://www.elinterpretador.net/29RolandoRevagliatti-Poemas.html
revadans@yahoo.com.ar
http://www.revagliatti.com.ar

Un inédito de Mary Acosta

A BOCA CERRADA

A boca cerrada tensa su armadura
sobre la máquina del miedo.
Sus ovaladas neuronas
acunan naufragios y grávidas ausencias.
Sobre musgosas rocas,
cuelga su alquitranada infancia.
Las esquinas calladas retenidas en sus tímpanos,
pierden su metamorfosis prometida.
Invitado al convite turbio de sus muertos,
coexiste entre los puentes calcados del ahora..
Envoltura de corto viaje disfrazada y a boca cerrada,
memoriza la existencia entre un yo injertado
y la presencia subversiva, de la última palabr


Mary Acosta

De su libro inédito "La República de los tristes"
Contacto:
poemasdemary@hotmail.com
poetamaryacosta@yahoo.com.ar

2 Poemas de Mariela Lorena Sciorra

Falta poco...

Falta poco...
Tu voz me tranquiliza,
tus palabras me acompañan,
tus locuras me devuelven la alegría,
tu mirada me enseña tu alma...
No veo la hora de tenerte frente a mí.
¿Cómo serán tus besos?
¿Cómo serán tus caricias?
¿Tan dulces? ¿Tan suaves?
Como a cada instante los imagino...
Falta poco...
se acerca el día...
Por fin mi alma va encontrarse con la tuya...
Te sueño.
Te imagino.
Te deseo.
Te amo...
¡Cada día más!


Torbellino.

El aire inmóvil,
el cuerpo frío,
los ojos ciegos,
los labios mudos,
las manos quietas,
los sueños olvidados,
el tiempo detenido,
la vida gris.
Y de repente...
como un torbellino,
como una tormenta de verano
apareces en mi vida,
sacas las vendas de mis ojos,
desatas mis manos,
soplas mi cara devolviéndome el aliento,
me convidas el aroma de las flores,
me enseñas el arco iris,
me invitas a jugar y me ayudas a soñar...
Ahora que descubrí la vida...
¡Sólo quiero compartirla con vos!

Mariela Lorena Sciorra
mariesciorra@yahoo.com.ar
http://www.artesaniasmaryf.galeon.com/

Algunas reflexiones de Oswaldo Roses

El uso de las palabras es un medio para transmitir conocimientos que debe ser tan responsable como cualquier otro:No puede justificar nada injustificable y no puede conducir a la confusión, sobre todo porque las grandes injusticias no fueron provocadas directamente por odios (el odio es sólo una emoción sujeta a lo "intelectivo"), sino por confusiones que otros (siempre "intelectuales de época") habían inculcado a una parte de la sociedad.


El más débil es humillable y, puesto que hay una mayor facilidad para humillarle, se le humilla con frecuencia, digamos, con factibilidad. En cambio, al poderoso en cuanto algo le molesta (o le "pica" el ego o lo que considera de respeto mimado o irreal) utiliza todos sus recursos para humillar (ya de lleno en poderosa imposición de él o humillación) al que sólo pretendía decirle lo que es o que le deje en paz.


Tener voluntad es decidir, pero decidimos -por supuesto- en un lugar y en un tiempo, con una compañía o con una ocasión emocional: he ahí la libertad. Lo que ocurre es que no es todo decidible, o sea, que no depende de la voluntad: nadie pude decidir no haber vivido, no pensar con la cabeza, que no existan más humanos que él, que los ríos desemboquen en la Luna, etc.Así que lo que es, es; y nada depende de nada al margen de la voluntad y, a veces, de sus torcidos intereses de manipulación (los animales, que también poseen voluntad en un nivel más elemental, no deciden negar nada).



Todas las emociones en cualidad las tienen todos los seres humanos (son características de su identidad de "civilidad" que conlleva), aunque en cantidad varían.Dice el hipócrita que no siente odio contra nadie, cuando eso es imposible; hasta el que lo niega sentirlo contra el asesino de su hijo, en realidad, nunca ya le tratará con los mismos afectos (puesto que eso es algo emocional, de su interior o del subconsciente y, en claro, sin un tajante control).



Los hechos éticos están fundamentados en palabras que deben ser éticas; por lo tanto el decir afronta una responsabilidad.



En la naturaleza los recursos están distribuidos diferentemente (en sus espacios), no desigualmente (es decir, no con la presión de ventajas o leyes que crean desigualdad); en cambio, en la sociedad la competitividad, desde esa injusta desigualdad que apoyan casi todos los seres humanos con una fiel y enferma colaboración, siempre causará bolsas de pobreza, de injusticia (haya o no haya ONGs que no erradican normas ni derroches, sino que ayudan a que se instale, en los que quieran, peculiarmente el sentimiento de dádiva que siempre ha existido).



La guerra sólo existe porque se decide y se organiza socialmente (en la grupalidad manipulada).


Oswaldo Roses
oswaldoroses@yahoo.com.ar
http://caminodepalabras-oroses.blogspot.com/

Un poema de Silsh

Inocente es la noche

Densa quietud transpiran los canales
cuando lamen escaras de este río.

Impiadoso ritual entre la niebla
corcovea la lunaahogada en sauce y junco.
Sólo mi voz asoma prepotentea reclamar tus ojos.
Eleva su humedad por los maderos
hasta embarrar el aire
frente al rubor naranja del verano.

¿dónde se detendrá la marcha sorda
que me lleva al naufragio?

Hay un olor tan conocido
en esta noche limpia

y sin estrellas.


© Silsh(Silvia Spinazzola)
-Argentina-
silsh@silsh.com.ar
www.silsh.com.ar

Celia, una mujer inolvidable


Celia, a los 69 años, hace más de un año que recorre la Argentina. Viaja sola para estar más acompañada.

La 69.
Por Luciana Peker

“Nubes que pasan. Nubes blancas, algodonosas, separadas entre sí sobre un fondo de cielo azul. Aire libre. Libertad. Movimiento. Ganas de ir tras ellas, con ellas, adonde te lleven. Las nubes que miro son invitadoras de un viaje hacia cualquier lugar.Estoy en mi terraza, en el columpio-mecedora, medio tumbada. La cabeza y los pies en los hierros laterales, la espalda apoyada en los almohadones. Siempre valoré el tener esta apertura al cielo. Las ventanas siempre deberían dar al campo y si no es posible, que se vea el cielo por el que poder escapar”, escribió Celia Sastre en el taller literario de Cristina Villanueva en Buenos Aires. No es raro. Salvo porque esas nubes que veía Celia eran de España, el lugar donde nació y vivió sus 69 años, 32 casada. Su hijo Juan de la Matta Sastre –45 años, es ingeniero agrónomo que vive de enseñar a navegar en velero, con dos hijos– y Javier –el pequeño, dice ella, pero Javier ya es papá de tres pequeños– es ingeniero industrial. Los dos la esperan en España y ven a su mamá por fotos. La abuela que decidió contarles por mail a sus nietos de otros rumbos cuenta: “Decidí viajar porque siempre me gustó y, en este momento, pude ponerme en marcha. Trabajé como asistente social para la Administración y me jubilé a los 65 años. El duelo de mi ultimo hijo que murió en el año 2004 me había dejado varada, pero una vez que me recompuse un poco, deseé estar mejor cada vez y para eso nada como hacer lo que gusta, viajar y conocer sitios y gente nueva. Llevé el billete cuatro meses en mi bolso, esperando al 6 de enero de 2006, fecha de mi salida de Barcelona. Lo necesitaba, el salir, como el respirar”, relata sobre ese regalo de Reyes que se hizo sin jubilarse de ganas de viajar, a ya más de un año de emprender el vuelo.“Lo mejor del viaje siempre creo que es la gente –rescata–. La gente que conoces da vida a cada paisaje. Y, en eso, salir sola tiene muchas ventajas. Haces lo que quieres sin responsabilizar a nadie de tus decisiones ni seguir los deseos que no son los tuyos. Estás mucho más abocada para las relaciones con la gente. Yo he hecho viajes con personas a la que no les gustaba que hablase con otros y eso me amargó el viaje. En cambio, de este viaje es bueno todo.” Todo es una palabra que puede describirse, tomar forma de hielo extendido en paisaje o de arcoiris calcado en piedra. Todo es una palabra que evoca la alegría de la revancha, de haber encontrado el hueco por donde la vida oxigena y viene con yapa. “Me han encantado los Hielos, el Perito Moreno y el viaje en el barco por Ushuaia tan en el fin del mundo y tan maravilloso –detalla Celia sobre la Argentina que también pueden ser muchas–. Las montañas de colores del norte del país, esos pueblitos chicos, esas grandes salinas tan semejantes a un inmenso espacio de nieve. También me gustan mucho los dulces y toda la comida de aquí”, dice como en un diario de viaje con postales de su nuevo mapamundi. Pero no se trata sólo de mapas, sino de la idea de salirse del destino y encontrar el deseo. “Tengo claro que me merezco estas vacaciones. Por tantas cosas... por ser mujer, haber trabajado mucho, por haber sufrido, por haber deseado siempre hacerlo, porque sí.. ¿Si se lo merecen los jóvenes, que ahora no paran quietos, no lo vamos a merecer los menos jóvenes que nos lo hemos ganado con tantas cosas?”, se pregunta. Celia tiene más planes. Pero no boletos. No, de regreso.

Luciana Peker.
Fuente: Suplemento "LAS12", Diario Página/12, viernes 12/01/07

Un poema de Gabriela Delgado

Remitente

Cobarde y perezosa
como para mostrarme sin escudo.
Descamada.
Para exhibirte los jirones de mí misma.
No vuelco en estas hojas
la cara interior que adivinas
ni la lágrima que nació del vacío.

Protejo el sueño que aún sueño
para no volverme una sombra
ni una pagana del amor descreída.
El jazmín aún conserva su perfume.

Aún puedo encontrar la palabra mañana
o eso intento.
Aún puedo dar vuelta el olvido
y escribir en el reverso un remitente:
un SOY YO, así como lo adivinas
y la otra que se escribe gota a gota.


Gabriela Delgado
agualunagd@yahoo.com.ar
http://usuarios.lycos.es/skorpiona/gabriela_delgado.htm

3 Poemas 3 de Flavio Giménez

Mimetismo.

Dicese hombre,
ave,
carne,
isla...
Flota,
advierte,
procede
y corta dimensiones...
Es Heráldico,
se hace carencia,
sabiduría,
letra...
Rey de sus viñas,
apático,
indolente,
rústico,
insolente,
idea básica...
Pero siempre
vuelve a su piel
de simple
hombre...



Oda a la mediocridad.


Hay una cosa que detesto,
es lo que se desliza
sutilmente
como una víbora
entre él sí y el no,
la vida y la muerte,
el todo y la nada,
tristeza o alegría,
bello o feo,
ser o no ser...
La siento y la resisto,
quiere meterse en mi piel,
mis actos,
mis papeles.
Intenta afinar mis modales,
apagar mis pasiones,
corregir mis canciones obscenas...
Pretende que no putee,
no toque una carnosa nalga,
no cuente chistes verdes...
Con ella criticar es tan difícil
como escalar el Everest
en bicicleta.
Me persigue
como una mujer fea
y pegajosa,
intento escapar,
esconderme,
pero me encuentra...
Aun sin verla
la presiento,
ataca a mis amigos,
mis mujeres...
Despierta mis instintos
mas primitivos
y salvajes,
que si pudiese verla,
tomarla entre mis manos,
lo juro:
le rompería el culo
a patadas...




Por un rayo de sol.


La noche acaricia
pies descalzos,
un lucero alumbra
la ultima esperanza,
la ultima promesa
Incrédula.
La calle corre
a una velocidad de viento
y las luces
no pueden ocultar
los ojos
que se asomen
tras un impune
ramo de flores
y las vidrieras
no pueden esconder
ninguna barriga
insatisfecha,
ni ignorar
mas sueños postergados.
Hoy
volvieron a invadir
los bancos de las plazas,
la sección policial
y las pupilas
de los transeúntes
que no podrán reparar
esas manos
que reclamaran
un trozo
de un desvergonzado
sándwich
y tal vez
no se percaten
que ellos son los únicos
que al dormir
descubrirán el cielo,
que aun alumbran
las estrellas
y al amanecer
entre las copas de los árboles
y la seguridad
de los fríos
y oscuros edificios,
un rayito de sol
se colara hasta sus mejillas
y sentados a la puerta
de tu iglesia,
del correo,
punzaran corazones,
ignoraran desprecios
y volverán a soñar
con el fin
de las limosnas
y la beneficencia...
Y a pesar
del ultimo informe
de la bolsa
se atreverán
a soñar
un día nuevo...



De "Noctámbulos, rebeldes y soñadores" (inédito)
Flavio R. Giménez
gimenezflavio@yahoo.com.ar
www.flaviogimenez.galeon.com

Análisis de un mail cromático por Alejandra Merello


Análisis de un mail cromático que oportunamente le enviara anisci a juanainés
Por Alejandra Merello

Central y mayúsculo, aunque familiarmente abreviado emerge mi nombre, en un azul intenso (sabrá que soy electricista que uso este azul?) Retorna un rosa fuerte, para contar sensaciones y sonidos que desea enfrentar, una pincelada de azul lo vuelve casi violeta, su figura, su imagen, sus justificaciones y mas deseos manifiestos. Contiguo y opuesto un naranja tibio, casi otoñal describe este ir y venir de palabras que urden un tiempo, nada otoñal.
Acromática es la pregunta sujeta y atrevida, proponiendo engendrar entre sombras la iluminada imagen de más palabras. La disculpa suena en bordó, y un resplandeciente fucsia deja su carmín en algún lugar donde deposito su beso, y la huella tierna del abrazo.Por supuesto justificando la idea (siempre justifica). Pequeño, con el color de la esperanza, cierra central su nombre. (Más sería arruinarlo).


Alejandra Merello
juanaines_ar@yahoo.com.ar

Un poema de Verónica A. Díaz


AMOR...YO TE AMO
a Luciano

Amor... yo te amo
por ser diferente a todos
con esa ternura de tu mirar
por esa voz tan dulce
que cuando me hablas
yo pierdo el aliento y tiemblo.
Por el beso tierno y profundo
de todas las mañanas.
Amor... yo te amo
por ser simplemente quien eres
el único dueño de mi corazón
y de cada centímetro de mi cuerpo
por ser la maravillosa razón de vivir
a pleno cada instante a tu lado.
Amor... yo te amo

por ese niño que llevas dentro
de este fantástico hombre
que me hace reír siempre
y por que eres
el artifice de este amor...
que me abrió las puertas
hacia el eterno paraiso...
Amor... yo te amo por dejarme amar
cada día como solo yo se amarte.


Verónica A. Díaz
"Miss Very"
very_one_diro@yahoo.com.ar

Un texto de Miguel Angel de Boer

La 4 x 4

Si usted querido amigo, amiga, estimado o estimada, es de los que ya hace tiempo tiene una 4 x 4, casi le diría que no tiene necesidad de seguir leyendo, porque, seguro, sabe perfectamente de lo que estoy hablando. Pero si usted, querido amigo, amiga, estimado o estimada, es de los que, gracias a los nuevos tiempos que corren, ha tenido la fortuna, la suerte, la ventura, la dicha, el culo digamos, de ser el actual propietario de una 4 x4, vale que invierta (yo se que le gusta, que ama, que adora esta palabra) unos minutos en estas reflexiones y/o sugerencias. Porque no me diga que no le cambió la vida! Usted, querido amigo, amiga, estimado, estimada, que hasta hace no muy poco no sabia que iba a ser de su vida - ni que hablar de cambiar de automóvil si es que lo tenía - , que estaba desocupado, o con el negocio casi en la quiebra (o ya quebrado), que vivia de un subsidio o de un Plan Trabajar. O que tuvo que llevar a su familia a vivir a lo de su mamá. Santa vieja. Si, usted, que estaba en la lona. O vos, joven argentino, que tenias que manejarte a dedo o con el colectivo porque en la casa no entraba un mango y lo único que te alentaba a vivir, era imaginarte que te ibas a poder ir de este país de cuarta porque aquí estábamos en el horno. O usted, señora (se acuerda?) que fue prácticamente el sostén del hogar y apenas le alcanzaba para poder vivir y ahora puede comprarse las pilchas que le gustan como quien compra cebollas. Si, usted, que ahora disfruta de lo que bien merecido tiene, no se va andar ahora con chiquitas. Sino para que sufrio tanto, que joder! Usted, ahora, con su flamante 4 x 4 (o flamantes, porque en una de esas ya metió algunas camionetas mas, via lissing, para prestar algún "servicio" a alguna contratista o directamente a una operadora), usted, querido amigo,amiga, estimado, estimada, tiene derecho a hacer lo que quiera. Y cuando digo hacer lo que quiera, lo digo en todo el sentido de la frase. Si? En realidad, y voy a hablar de las conductas en el tránsito vehicular, todo el mundo, hoy por hoy, hace lo que quiere. Una verdadera conquista posmoderna. Es como si los demás fueran invisibles: coches, motos, bicicletas, triciclos, perros, gatos, liebres, ñandúes, guanacos, pingüinos, llamas, alpacas, postes, semáforos, seres humanos o lo que fuere. Pero si usted, querido amigo, amiga, estimado, estimada, tiene una 4 x 4puede hacer mas lo que quiere que los demás. Mas aún, depende del modelo, del valor de su 4 x 4. Porque cuando mas alto su valor, mas moderno su diseño, mas ostentoso su aspecto, mucho mas puede hacer lo que se le canta. Y no es por hacer una comparación odiosa o para pasar un chivo, pero no es lo mismo un Eco XL Plus que la nueva Hilux con carroceria GOA y SRVautomático. O sea. Supongo que va entendiendo. Pero, vamos a las posibilidades que se le ofrecen. Velocidad. Usted maneje a la velocidad que quiera. Sea por la ruta o en pleno centro. Lo importante es que llegue adonde quiera ir en el tiempo quemas le plazca. Si usted quiere ir despacio, porque le sobra tiempo porejemplo, no importa que tapone el tránsito, que trabe la onda verde, que genere algún embotellamiento o hasta algún accidente. Usted quiere ir despacio, y va despacio. Los demás que se jodan. Para eso tiene una 4 x 4. Si por el contrario quiere ir ligero, porque se le hizo tarde, porque tiene una urgencia o porque se le da la gana, vaya ligero. Sea off road, a campotraviesa o en una playa solitaria, o se tope en el medio de la ciudad con una manifestación de inválidos. Haya mucho o poco tránsito. Estén los semáforos en verde o rojo. Usted está apurado y viene en una 4 x 4. Losdemás que se hagan a un lado o que se la banquen si les da el cuero. Manga de cagones.Y ya que mencioné los semáforos. Para usted querido amigo, amiga, estimado,estimada, si, para usted: no existen. Los semáforos funcionan únicamente para los que no tienen 4 x 4. O sea únicamente para la gilada, los pobres, los que todavía no zafaron, los marginales, los ciudadanos comunes. Los boludos, bah. En cambio para usted no solo los semáforos, sino que no hay norma o regla que tenga la obligación de respetar. Incluidos a los inspectores de tránsito, que (para las 4 x 4) están de florero.Supóngase que usted quiera parar a comprar en un negocio que queda justo en una esquina y no hay estacionamiento. Usted, querido amigo, amiga, estimado,estimada, no dude en estacionar en la ochava. O en doble fila. No vacile en abrir la puerta sin observar quien viene, que los que tienen que estaratentos son los demás. O van a decir que no vieron su increíble 4 x 4? Vamos. O usted quiere estacionar y para ello en algún momento tiene queretroceder. Usted retroceda. No se fije si algún distraído o distraída, de los que nunca faltan, no se percata de la maniobra. Lo importante es lo que quiere y lo que hace usted, no los demás. Y si pisa a alguno, que se embrome. Demasiado avisado estuvo con la alarma y las luces. O que pretenden? Que tire una bengala? Manga de perdedores, envidiosos resentidos de mierda. Ni que hablar si lleva a su señora y tiene que bajar a hacer algo aunque demore. O alguno de sus hijos, cuando lo espera a la salida del colegio, a la salida del cine, de un pelotero, de algún ciber o de una disco. Usted lo espera. Como y donde sea. Los que vienen atrás que esperen también. Es más, si no alcanza a estacionar del todo y puede meter el vehículo apenas de culata asomando de punta a la calle, o tiene la posibilidad de subirlo a la vereda, hágalo. Sino para que tiene una 4 x 4, no? Vió que me va entendiendo? Ni hablemos en el caso de que además su 4 x 4 tenga vidrios polarizados!Ahí, usted tiene mas impunidad que Georgie Bush! Haga lo que se le cante el forro. No ponga guiños, no use la bocina, no respete colas para cargar combustible, mándese adelante en los semáforos, pase a los demás vehículos en la ruta porla derecha, frene de golpe, estacione donde quiera, cáguese en los carteles indicadores, vaya con la música al mango, deje el soporte del malacate o el gancho del carro de la cuatri, aunque haga pelota sobre todo a los coches chicos. Tambien puede, aparearse a otra 4 x 4 y conversar de cualquier boludez, a la mayor lentitud posible y si es en una hora pico, mejor. Y si le tocan bocina, lentifique aun más la velocidad que tiene mas gusto. En fin, el pobre de Bush esta atado de manos en Irak al lado de todo lo que usted puede hacer, apreciado propietario. Porque usted querido amigo, amiga, estimado, estimada, tiene nada menos que una 4 x 4! Porque usted querido amigo, amiga, estimado, estimada, es, que duda cabe, el que la tiene mas larga.

Miguel Angel (shortie) de Boer
Comodoro Rivadavia, Enero, 2007
sigmundm@uolsinectis.com.ar

Un mini de Cristina Villanueva

Todo empezó como un juego. Una llamada equivocada, el azar, el error y las largas conversaciones. Las sutilezas de los tonos trepando por dentro, dejando el olor de extrañas enredaderas .Las palabras que parten de la ficción hasta que crean realidad. Las palabras, deshaciendo la sombra de la noche. Creando con la prepotencia del. nombrar. Se habían confabulado en darse pocos datos concretos, en ir descubriéndose sin los números de fácil definición, tantos años, tantos hijos y así. Esas cosas comunes que luego aparecerían a través de rodeos Los dos amparados en lo esencial, sin el escondite de las minucias, libres para inventar un infinito donde se iluminaban .Hasta que llegado el momento de conocerse casi todo era sabido de esa manera indirecta. Las edades similares saltaron por las vivencias del dolor y el amor del mundo y el país que compartieron en la piel .Hasta se vislumbraron en el cuerpo contado, en los viajes, los sabores que abren geografías. El le había dicho tantas veces que era la mujer de su vida,que por ella haría hasta lo inimaginable. Llegó el momento de la cita, postergado quizas buscando un estallido del deseo. Te paso a buscar ,le dijo él, dame la dirección. Eso es Palermo ¿no?, hasta allá no voy, soy de Boedo. Y terminó todo por incompatibilidad barrial.

Cristina Villanueva
pluma@velocom.com.ar

Poemas recientes de Aníbal Jorge Sciorra (anisci)


Se perfuma de menta
y sale a la calle
a embriagarse de noche
recorre veredas azuladas de luna
se topa con un traje oscuro
clavel en el ojal
y regresa acompañada
hasta que el sol penetra sus poros
el perfume ya es nube
luego lloverá la ausencia implacable

***

Lloraron las margaritas en abril
y es por eso que después de larga ausencia
perfumados de pasión nos consumimos
viajamos con diamantes por mares y montañas
tomamos una senda en medio de tu jardín

fue por ahí que nos encendimos.

***

Hace mucho que no sé nada de vos
será tal vez que no quiero saberlo
sin embargo abrazo tu cielo cada noche
esperando que el vocero del rocío
me diga de tu piel.

***

No puedo escribirte todavía.
La lapicera gime entre mis dedos.
Mi garganta está reseca de querer gritarte.
No tengo tu nombre.
Si ni siquiera existes.

***

Por ese entonces
el tiempo transcurría de otra manera.
El correr por los patios era quizás
la más agitada de las tareas.

***

La vida es un viaje
donde el pasaje se paga al bajar.

***

No podía entender porque se habrían ido.
Me extrañó no verlos cuando llegué esa tarde a mi casa.
Ellos se desvivían por recibirme.
Y más aún porque gustaban de las historias que les contaba a la tardecita en ele jardín.
Pasaron varios días y no aparecían.
Hasta que una tarde, caminando por entre la arboleda del fondo, se levantó un fuerte viente que sacudía hojas y ramas.
Pude verlos.
Estaban ahí, se me reían a carcajadas.
Estaban ahí, escondidos entre las plantas, mis dos queridos enanitos.

***

Escafandra
me la quité
y volqué así mi asignatura
caí en un pozo de satén
no eran más que nuestras sábanas
y entre la oscuridad de la tela
aquella luz salía mágica
de entre tus piernas

***

Me acerco
tu boca no dice nada
sin embargo
tus ojos son tinta negra
que derraman llantos de letras
que al ser absorbidos por el papel
crean borrones que no veo ni creo
solo se entienden si te ponés las alas
y con tus plumas das un giro
alrededor de las palabras.

***

Cada latido es una fusta que golpea
cuando despierto y tu ausencia despabila
mis ojos se esfuerzan por estar abiertos
el sol no hace más que recordarte
cuando en aquellas mañanas toda tu piel
se desplegaba bajo sus rayos y mis manos.

***

Ya no estás
duele decirme
mi corazón triste quiere huir
no logra escapar
yo lo retengo
seguro que si se fuera
a tus entrañas se iría a vivir.

***

Quisiera estar en las playas del cielo
respirando mares atrapando nubes
acariciando estrellas
espiando a la luna cuando se esconde y se desnuda

Quisiera estar lejos de esta demarcación absurda
que me impone el mapa
atravesar las fronteras
de las efímeras obligaciones
pero esta inclemencia voraz que siempre viene
me condena a la jaula
y aquí debo dejarlos.

***

necesitamos:
un caracol para hacele frente al olvido
una playa que haga de la libertad su antojo
un mar para devorar desgracias
algunas nubes para que tampoco sea todo tan nítido
varios abedules que cubran los secretos
y un grito
en lo posible desaforado
que no permita callarnos nunca

***

Alguna vez me sentí así, como esa silla.
Arrumbado, en un vértice enmohecido,
mientras los relojes seguían su rítmica costumbre
y el óxido se deslizaba por mi osamenta.
Sólo una gota perforaba el silencio.
Baldosas cubiertas de polvo que el recuerdo ya no abraza.
Quise dibujar con mis dedos en la pared descacarada
y solo logré hacer caer pedacitos de tu lila tan soñado.
Hoy solo sombras se han apoderado de nuestras camas.
Y esa puerta no se abre hacia ningún retorno.

***

Nunca me dejes ir
aunque tenga el pasaje de regreso.

***

amanece
sobre el pavimento un zapato rojo
una mujer ausente
luz de rouge sonrojea los bordes del cordón
una dalia
una fresia
una anémona
han quedado como testigos ignorados
de una noche infame:
todavía se huele el putrefacto de asesino seriado

***

Las calas de tus ojos
ya no las recuerdo,
en cambio sí,
aquella noche en que enhebrados partíamos estrellas


Las rosas de tu boca
ya no las venero
en cambio sí,
aquella tarde en la que el fuego nos convocó al festín
de nuestros cuerpos

***

Viuditas negras año mil novecientos cincuenta y nueve
rondando las calles Olleros, Corrientes, Jorge Newbery,
primero de noviembre música sacra
todos los santos muertos por la patria
tachos llenos de agua conservan los gladiolos
que las viuditas negras
como hormiguitas
llevan entre sus brazos
camino a la necrópolis mayor de Buenos Aires

Año mil novecientos cincuenta y nueve
Chacarita
y una larga cola de viuditas negras
esperando el ciento once de regreso
ya satisfechas

***

Me quité la ropa íntima y lo abracé
Ternura necesitaba de mi cuerpo
Nuestro color calor pintó paredes de transgresión
Qué pensaría una corola de todo esto
Sin embrago el jardín se hizo
y al acabar también se encendió la luna

***

Pájaro
Árbol
Viento
Nube
Tu piel estremecida
Mi cuerpo que la envuelve

***

Lánguido me deslizo por esa vereda
que alguna vez sufrió nuestros pasos
cuando las tardecitas de los domingos
eran helado de crema y chocolate
cuando las campanillas violáceas
se reverenciaban a nuestro paso
cuando era la muerte
separar nuestras manos

Lánguido me deslizo ahora
y convoco ecos que ya no retornan
tu sonrisa me perturba
y ese perfume tuyo que me hiere esta noche


Aníbal Jorge Sciorra (anisci)
anisci2003@yahoo.com.ar

3 Poemas Breves de Mirta Liliana Urdiroz


Tú me abrigas sin saberlo

y así empalagas mi corazón

entonces

¿cómo volverte distancia?



***

Sabes cómo supe cuánto te quería
la noche
llamó por horas tus caricias
acompañó mis días la espera
el silencio
me despertó a tu recuerdo
y mi alegría decidió rendirse

Las llegadas no volvieron
el amor, tampoco



***

Andaba descalza
cuando estaba contigo
sintiendo el hielo
desangrar mis pies
Heridos errantes
sólo con la caricia de tus manos
encontraban camino
Andaba descalza
y aún hoy
resistiría



Mirta L. Urdiroz
Derechos Reservados
mirtaurdiroz@yahoo.com.ar

Ensayete de Mónica Russomanno

HONRAR LA VIDA

En el noroeste de Mongolia todo el mundo se muere, pero las personas no mueren. Se lo dice el papá a Nansa, una niñita de ojos rasgados en un redondo rostro de manzana.El budismo los provee de un inagotable círculo de vidas que el akma recorre pasando de un arbusto a un camello, de un camello a un buitre, saltando de ser a ser, hermanando plantas, animales y seres humanos en un hálito eterno que se manifiesta multiforme y vital. La muerte no tiene más relevancia que el cruce de un umbral. No angustia ni aterroriza. Los niños sólo sienten la curiosidad de quien se pregunta qué vestido usará mañana, qué abrigo le tocará en el invierno próximo.Pero no todas las vidas son iguales. Las personas poseemos una fineza de percepción, la capacidad de razonar y sentir con mayor agudeza que un yak o una cabra. Esos atributos son invalorables. Podemos, también, mirar las estrellas, contar historias, acariciar un perro dormido. Somos capaces de amar.Volver a pisar el mundo como un ser humano es un privilegio.Una anciana recibe en su yurta a la niña que se ha mojado en la lluvia. Toma un cazo con arroz, una aguja larga, y con la aguja en una mano derrama sobre ella puñados de arroz que caen como lluvia blanca. Le pide a la niñita que le avise cuando un grano caiga sobre la punta de la aguja. Puñado tras puñado, la atenta mirada no logra encontrar que el milagro acontezca.La pequeña mujer arrugada y sonriente le cuenta a la niña que en el mundo existen infinidad de seres, y que la posibilidad de reencarnarse en una persona es tan remota como la de que un grano de arroz caiga en la punta de la aguja. Así de esquivo es el milagro, así de difícil es ser un ser humano, y es por eso que cada vida humana es inapreciable.Ha de celebrarse, entonces, la vida humana. Y respetarla con la devoción con la que se preserva un frágil fuego en medio de la noche.Lo dicen los mongoles, allá por donde China y Rusia se confunden. Nos lo cuenta la directora Byambasuren Davaa, que quiso que su pueblo narre a través de sus filmes esa forma de vivir, sentir y explicar el universo.Ellos, los mongoles budistas que creen en un eterno pasaje de vidas, reverencian la maravilla de ser una persona y de tener la suerte de pertenecer por unos años al género humano. Nosotros, que no prestamos fe a historias de reencarnaciones, que creemos que esta vida es única, despreciamos a nuestros semejantes y no honramos el maravilloso don de la humanidad que se nos ha concedido y reside en nosotros. Mancillamos el milagro, desperdiciamos la esquiva oportunidad de ejercitar los dones que nos fueron hechos. Si podemos amar, si podemos mirar la luna, si podemos narrar historias; entonces es nuestro deber hacerlo y por tanto, como lo cantó Eladia Blázquez, honrar la vida.

Mónica Russomanno
russomannomonica@hotmail.com

María Eugenia Caseiro: Una poesía y Un cuento

La siesta.

Era la siesta en el verano
a la hora sublime el claro para huir la mansedumbre.
En el jardín los lirios
y un dulzor de medio día
brotando del laurel
en la vereda.
Era en el transcurso la callada voz
del centro que pugnaba…
en la cocina un tiempo de parálisis
y en el sueño el laberinto
con viejas ciudadelas sin reloj.
Era el sopor de las guanábanas
blandura de cuerpos y senderos,
delicia en el rosal todo capullo,
aquella anchura a descollar sin fecha
por temprana en el vitral...
y el sueño de los perros y los gatos
como de palabras tiernas.
Por las calles subían
las enredaderas,
en los portales la benignidad
y las cornisas brotaban del juego en la lisura
hasta el naranja ladrillo
vertido en cada oscilación de los sillones.
Un joven desnudo y brillante
de rostro frutal y ojos de arroz
con el cuerpo labrado de fogatas
caminaba siempre hacia la puerta.

Maria Eugenia Caseiro
De El sopor de las Guanábanas 2004 (Inédito)
buhowriter@hotmail.com


La muerte de Benito.

Las rameras cuidaron de él en el oscuro cuartucho de la calle Sol, pero no hubo tiempo, en unos instantes la vida se le fue del cuerpo y a ellas las manos se les quedaron vacías.
Lo rasuraron, lo bañaron con el agua de lavanda, esa lavanda barata y escandalosa que alborotaba a la mulata Luisa, la que trabajaba en el café La Estrella, donde Benito tenía asegurado cada mañana, sin más costo que la facundia que brotada de sus labios carnosos, una taza de café humeante y su cajita de cigarros Competidores. “Que sean Competidores, Luisa, no te equivoques de caja." -Decía Benito con la camisa medio abierta, abanicándose el pecho con el sombrero mientras Luisa lo miraba alelada.
Ellas, las putas del barrio Jesús María, mezclaron el sabor medio dulzón de la muerte con el deseo de la vida; le acariciaron el cuerpo con ternura, lo frotaron todo con el agua de lavanda, con tal suavidad, que hicieron palidecer de envidia las gardenias que había traído Luisa. Vistieron a Benito con el traje blanco y reluciente de los domingos que recién planchara Aurelia, la mulata blanconaza de asentaderas grandes y jugosas como hojas de caisimón, que si no le hubiera recordado tanto a su madre, Benito hubiese pasado por la piedra de su sexo sin mayor complicación, pero le tenía lástima, y por más que trató de verla con otros ojos, no pudo con la estampa del parecido ligada a la de sus cuatro negritos como ángeles de chapapote pululando por el solar con las barrigas hinchadas por los parásitos.
Las mujeres seguían acariciándolo, llorándolo suavemente con aquellas lágrimas que caían sobre el cuerpo de Benito como un manantial salado y pegajoso por el rimel que llevaban adherido al rostro como una etiqueta espantosa de la que ya no podrían librarse jamás. Le pusieron aquellas medias nuevecitas que el negro Bartolo tenía guardadas en un cajón para una ocasión especial y con gusto ofreció para que el difunto emprendiera con buen pie el viaje al otro mundo. También lo calzaron con sus zapatos de dos tonos, a los que el propio Bartolo había sacado un brillo tan destellante como si Benito fuera a lucirlos en su último baile. Luego el clavel, un clavel rojo en la solapa del muerto las hizo quedar a todas con las gargantas, y hasta con los ojos, hechos un nudo de la admiración que le profesaban al chulo más guapo de Jesús María y sus alrededores.
Lo lloraron con todas sus lágrimas, con todas sus gargantas y con todos sus clamores, hasta quedar exánimes y gastadas todas las caricias y palabras de que disponían en su extenso repertorio de burdeles y callejuelas oscuras. Luego lo llevaron a enterrar... Caminaron bajo la lluvia, una lluvia fría y naranja en la que se perdiera el singular cortejo por las ruinosas callejuelas del cementerio, y los negritos de Aurelia convertidos en diablitos, chapoteaban felices en los charcos animados por el croar de los sapos y la belleza de las lagartijas que sacaban sus pañuelos en espera de un nuevo arcoiris.
Las rameras de Jesús María rindieron tributo a Benito, lo lloraron, llenaron el humilde féretro de besos de colores, ligueros, lazos, peinetas, zarcillos, algunas estampillas de santos y hasta fotografías a las que borraron viejas dedicatorias. Por última vez, besaron el ataúd, lo vieron bajar a las profundidades de la fosa cuando Bartolo y el resto de los hombres lo enterraron tapándolo con paletazos de tierra negra y fértil, donde rojos y hermosos gusanos tendrían la fiesta de la carne, el debut de un baile nuevo en que las prendas íntimas ligadas a las estampillas y el resto de la bisutería obsequiada a Benito, sería saqueada y revolcada para celebrar la entrada del difunto al seno de la tierra.
Las mujeres regresaron tristes a casa, con triste paso en medio de una lluvia triste en el triste día de la despedida. Abrieron las puertas a un sentimiento nuevo, con el recuerdo de Benito convertido en santo, un santo hermoso y admirado al que pondrían en el altar de sus corazones lleno de velas e inciensos, de flores y escapularios, de tragos de ron y tabacos humeantes, ofrendas como ecos de las mixturas de todos sus credos. Un santo al que ya nunca volverían a escuchar hablar de sus andanzas, de sus bravuconerías, de sus conquistas…, un nuevo santo callado que les recordaría tal vez a San Francisco de Asís, o quién sabe si mejor fuera compararlo con Changó de las legiones.
Pero muy pronto, aquel chulo, el mejor plantado de Jesús María, transformado en santo por el amor ciego y desenfrenado de las putas, se identificaría como espíritu renovado y feliz. Las mujeres no tardaron en darse cuenta de que el chulo sandunguero vendría a habitarlas en sus sueños de lluvias, volvería a vivir y a morirse nuevamente en los brazos de sus desazones, a quedarse dormido en las noches de juerga y a desaparecer como siempre: con el alba.
Aquel terrible agujero apenas sin sangre, por donde había entrado la bala, parecía el causante de que el alma se le saliera constantemente del cuerpo.


La muerte de Benito. Cuento relacionado: El Círculo, de María Eugenia Caseiro, publicado en Letralia y otros espacios. Hiperlink relacionado:
http://www.letralia.com/127/letras02.htm
www.culturadoor.com/culturadoor50/cuento.htm http://www.poemas-del-alma.com/blog/cuentos/la-muerte-de-benito
La muerte de Benito.

María Eugenia Caseiro© Buhowriter@hotmail.com

Un poema de amor por Rubén Vedovaldi

HEMATOMAS

Si hay callados hay acalladores.
si hay distraidos, hay distractores.
si hay sustraidos, hay sustractores.
si verdad no vende, mentira compra
si hay desocupado antes hay desocupadores
si hay abandonado hubo abandonadores
si hay olvidado hay olvidadores
si hay enfermos, hay enfermadores
si hay tristeza, hay tristificadores
si hay misiles inteligentes, hay ingeniería demente
si hay operación encubierta, hay encubridores
si hay analfabetos antes hubo analfabetizadores
si hay hambre antes hubo hambreadores
si hay desinformados, hay desinformadores
si hay listas negras hay mano negra
si hay mano negra hay memoria negra y balance negro
y hay negros ejercicios que no dejan cerrar
si hay bolsones de pobreza o miseria, hubo embolsadores de riqueza
si hay minusválidos, hay minusvalorizadores
si hay discapacitados, antes hay discapacitadores
si no hay transparencia alguien oscurece
si hay prostitutas antes hay prostitutores
si hay gatillo fácil hay facilitadores de gatillo
si la bicicleta financiera anda bien, hay industrias en yanta
si hay crímenes de lesa humanidad, hay humanos derechos y lesos
si hay homicida por encargo, hay encargadores
si hay casos nunca resueltos, hay contra-resoluciones vigentes
si hay carenciados, hay carenciadores
si hay drogadictos, hay drogadictores
si hay consumidores indebidos hay fomentadotes de vicios
si hay burocracia, hay burocratizadores
si hay exiliados, hay exiliadores
si hay prófugos, hay facilitadores de fuga
si hay empresas fantasmas, alguien colabora
si hay paraísos fiscales, hay infierno
si muchos permanecen desaparecidos
es porque muchos permanecen desaparecedores
si hay suicidas hay suicidadores
si hay progreso en la industria bélica
alguien está coimeando a la diplomacia,
y si hay progreso en el turismo bélico
y en la pornografía cementerio catástrofe,
alguien está orinando el arbol de la vida,
alguien se está culiando a la paloma de la paz

si la cosa no tiene nombre
alguien borra el nombre de la cosa
y no es el diablo ni es dios ni un extraterrestre,
señoras y señores,
es alguien como uno el que deshace
lo que todos tendríamos que hacer

Rubén Vedovaldi


vedonet@netcoop.com.ar

La Máquina de Escribir

Amig@s de La Máquina de Escribir:
a partir de este momento queda habilitado este blog donde compartiremos todas nuestras creaciones literarias, inquietudes, opiniones, vivencias, imágenes, etc. y todo lo que nos parezca interesante difundir. Muchas gracias por acompañarnos!...