domingo, 27 de abril de 2008

La Frase


"Libertad de los intereses antinacionales y antipopulares, para impedir que lo nacional y popular tenga medios de expresión. Esto es lo que se llama aquí libertad de prensa".

Arturo Jauretche

Discurso de Juan Gelman en la entrega del Premio Cervantes

Majestades, Señor Presidente del Gobierno, Señor Ministro de Cultura, Señor Rector de la Universidad de Alcalá de Henares, autoridades estatales, autonómicas, locales y académicas, amigas, amigos, señoras y señores:

Deseo, ante todo, expresar mi agradecimiento al jurado del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, a la alta investidura que lo patrocina y a las instituciones que hacen posible esta honrosísima distinción, la más preciada de la lengua, que hoy se me otorga. Mi gratitud es profunda y desborda lo meramente personal. En el año 2006 se galardonó con este Premio al gran poeta español Antonio Gamoneda y en el 2007 lo recibe también un poeta, esta vez de Iberoamérica. Se premia a la poesía entonces, “que es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa” para don Quijote, doncella que, dice Cervantes en “Viaje del Parnaso”,

“puede pintar en la mitad del día
la noche, y en la noche más escura
el alba bella que las perlas cría...
Es de ingenio tan vivo y admirable
que a veces toca en puntos que suspenden,
por tener no se qué de inescrutable”.

A la poesía hoy se premia, como fuera premiada ayer y aun antes en este histórico Paraninfo donde voces muy altas resuenan todavía. Y es algo verdaderamente admirable en estos “Dürftiger Zeite”, estos tiempos mezquinos, estos tiempos de penuria, como los calificaba Hölderlin preguntándose “Wozu Dichter”, para qué poetas. ¿Qué hubiera dicho hoy, en un mundo en el que cada tres segundos y medio un niño menor de cinco años muere de enfermedades curables, de hambre, de pobreza? Me pregunto cuántos habrán fallecido desde que comencé a decir estas palabras. Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte.

Safo habló del bello huerto en el que “un agua fresca rumorea entre las ramas de los manzanos, todo el lugar sombreado por las rosas y del ramaje tembloroso el sueño descendía”, Mallarmé conoció la desnudez de los sueños dispersos, Santa Teresa recogía las imágenes y los fantasmas de los objetos que mueven apetitos, San Juan bebió el vino de amor que sólo una copa sirve, Cavalcanti vio a la mujer que hacía temblar de claridad el aire, Hildegarda de Bingen lloró las suaves lágrimas de la compunción, y tanta belleza cargada de más vida causa el temblor de todo el ser. ¿No será la palabra poética el sueño de otro sueño?

Santa Teresa y San Juan de la Cruz tuvieron para mí un significado muy particular en el exilio al que me condenó la dictadura militar argentina. Su lectura desde otro lugar me reunió con lo que yo mismo sentía, es decir, la presencia ausente de lo amado, Dios para ellos, el país del que fui expulsado para mí. Y cuánta compañía de imposible me brindaron. Ese es un destino “que no es sino morir muchas veces”, comprobaba Teresa de Avila. Y yo moría muchas veces y más con cada noticia de un amigo o compañero asesinado o desaparecido que agrandaba la pérdida de lo amado. La dictadura militar argentina desapareció a 30.000 personas y cabe señalar que la palabra “desaparecido” es una sola, pero encierra cuatro conceptos: el secuestro de ciudadanas y ciudadanos inermes, su tortura, su asesinato y la desaparición de sus restos en el fuego, en el mar o en suelo ignoto. El Quijote me abría entonces manantiales de consuelo.

Lo leí por primera vez en mi adolescencia y con placer extremo después de cruzar, no sin esfuerzo, la barrera de las imposiciones escolares. Me acuciaba una pregunta: ¿cómo habrá sido el hombre, don Miguel? Conocía su vida de pobreza y sufrimiento, sus cárceles, su cautiverio en Argel, su Lepanto, los intentos fallidos de mejorar su suerte. Pero él, ¿quién era? Releía el autorretrato que trazó en el prólogo de las Novelas Ejemplares: “Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada”, que nada me decía, salvo la mención de sus “alegres ojos”. Comprendí entonces que él era en su escritura. Me interno en ella y aún hoy creo a veces escuchar sus carcajadas cuando acostaba al Caballero de la Triste Figura en el papel. Sólo quien, desde el dolor, ha escrito con verdadero goce puede dar a sus lectores un gozo semejante. Cómico es el rostro de la tragedia cuando se mira a sí misma.

Declaro que, en verdad. quise recorrer ante ustedes, con ustedes, los trabajos de Persiles y Sigismunda, o la locura quebradiza del licenciado Vidriera, o compartir la nueva admiración y la nueva maravilla del coloquio de los perros, o el combate verdaderamente ejemplar entre los poetas malos y los buenos que tiene lugar en “Viaje del Parnaso” y en el que cualquier buen poeta podía caer herido por un pésimo soneto bien arrojado. Pero tal como la lámpara alimentada a querosén que los campesinos de mi país encienden a la noche y alrededor de la cual se sientan a cenar, cuando hay, y luego a leer, cuando hay y cuando hay ganas, y a la que mosquitos y otros seres alados acuden ciegos de luz y la calor los mata, así yo, encandilado por don Alonso Quijano, no puedo sustraerme a su fulgor.

Muchas plumas hondas y brillantes han explorado los rincones del gran libro. Por eso, parafraseando al autor, declaro sin ironía alguna que, con seguridad, este discurso carece de invención, es menguado de estilo, pobre de conceptos, falto de toda erudición y doctrina. Sólo hablo como lector devoto de Cervantes, pero quién puede describir los territorios del asombro. Con mucha suerte y perspicacia, es posible apenas sentarse a la sombra de lo que siempre calla.

Cervantes se instala en un supuesto pasado de nobleza e hidalguía para criticar las injusticias de su época, que son las mismas de hoy: la pobreza, la opresión, la corrupción arriba y la impotencia abajo, la imposibilidad de mejorar los tiempos de penuria que Hölderlin nombró. Se burla de ese intento de cambio y se burla de esa burla porque sabe que jamás será posible terminar con la utopía, recortar la capacidad de sueño y de deseo de los seres humanos. Cervantes inventó la primera novela moderna, que contiene y es madre de todas las novedades posteriores, de Kafka a Joyce. Y cuando en pleno siglo XX Michel Foucault encuentra en Raymond Roussel las características de la novela moderna, éstas: “el espacio, el vacío, la muerte, la transgresión, la distancia, el delirio, el doble, la locura, el simulacro, la fractura del sujeto”, uno se pregunta ¿qué? ¿No existe todo eso, y más, en la escritura de Cervantes?

Su modernidad no se limita a un singular universo literario. La más humana es un espejo en el que podemos aún mirarnos sin deformaciones en este siglo XXI. Dice Don Quijote: “Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería a cuyo inventor tengo para mí que en el infierno se le está dando el premio de su diabólica invención, con la cual dio causa que un infame y cobarde brazo quite la vida a un valeroso caballero, y que sin saber cómo o por dónde, en la mitad del coraje y brío que enciende y anima a los valientes pechos, llega una desmandada bala (disparada de quien quizá huyó y se espantó del resplandor que hizo el fuego al disparar la maldita máquina) y corta y acaba en un instante los pensamientos y la vida de quien la merecía gozar luengos siglos”.

Desde el lugar de presunto caballero andante quejoso de que las armas de fuego hayan sustituido a las espadas, y que una bala lejana torne inútil el combate cuerpo a cuerpo, Don Quijote destaca un hecho que ha modificado por completo la concepción de la muerte en Occidente: es la aparición de la muerte a distancia, cada vez más segura para el que mata, cada vez más terrible para el que muere. Pasaron al olvido las ceremonias públicas y organizadas que presidía el mismo agonizante en su lecho: la despedida de los familiares, los amigos, los vecinos, el dictado del testamento ante los deudos. La muerte hospitalizada llega hoy con un cortejo de silencios y mentiras. Y qué decir de los 200.000 civiles de Hiroshima que el coronel Paul Tobbets aniquiló desde la altura apretando un simple botón. Piloteaba un aparato que bautizó con el nombre de su madre, arrojó la bomba atómica y después durmió tranquilo todas las noches, dijo. Pocos conocen el nombre de las víctimas cuya vida el coronel había segado. La muerte se ha vuelto anónima y hay algo peor: hoy mismo centenares de miles de seres humanos son privados de la muerte propia. Así se da en Irak.

Creo, sin embargo, como el historiador y filósofo Juan Carlos Rodríguez, que el Quijote es una gran novela de amor. Del amor imposible. En el amor se da lo que no se tiene y se recibe lo que no se da y ahí está la presencia del ser amado nunca visto, el amor a un mundo más humano nunca visto y torpemente entrevisto, el amor a una mujer que no es y a una justicia para todos que no es. Son amores diferentes pero se juntan en un haz de fuego. ¿Y acaso no quisimos hacer quijotadas en alguna ocasión, ayudar a los flacos y menesterosos? ¿Luchando contra molinos de aspas de acero, que ya no de madera? ¿Despanzurrando odres de vino en vez de enfrentar a los dueños del dolor ajeno? ¿“En este valle de lágrimas, en este mal mundo que tenemos –dice Sancho–, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería”?

He celebrado hace dos años, con ocasión de la entrega del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, mi llegada a una España que no acepta las aventuras bélicas y que rompe clausuras sociales que hieren la intimidad de las personas. Hoy celebro nuevamente a una España empeñada en rescatar su memoria histórica, único camino para construir una conciencia cívica sólida que abra las puertas al futuro. Ya no vivimos en la Grecia del siglo V antes de Cristo en que los ciudadanos eran obligados a olvidar por decreto. Esa clase de olvido es imposible. Bien lo sabemos en nuestro Cono Sur.

Para San Agustín, la memoria es un santuario vasto, sin límite, en el que se llama a los recuerdos que a uno se le antojan. Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí y muestran su rostro sin descanso. Es el rostro de los seres amados que las dictaduras militares desaparecieron. Pesan en el interior de cada familiar, de cada amigo, de cada compañero de trabajo, alimentan preguntas incesantes: ¿cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos para recuperarlos y darles un lugar de homenaje y de memoria? ¿Dónde está la verdad, su verdad? La nuestra es la verdad del sufrimiento. La de los asesinos, la cobardía del silencio. Así prolongan la impunidad de sus crímenes y la convierten en impunidad dos veces.

Enterrar a sus muertos es una ley no escrita, dice Antígona, una ley fija siempre, inmutable, que no es una ley de hoy sino una ley eterna que nadie sabe cuándo comenzó a regir. “¡Iba yo a pisotear esas leyes venerables, impuestas por los dioses, ante la antojadiza voluntad de un hombre, fuera el que fuera!”, exclama. Así habla de y con los familiares de desaparecidos bajo las dictaduras militares que devastaron nuestros países. Y los hombres no han logrado aún lo que Medea pedía: curar el infortunio con el canto.

Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular.

Pero volviendo a algunos párrafos atrás: hay tanto que decir de Cervantes, de este hombre tan fuera del uso de los otros. De sus neologismos, por ejemplo. Salvo él, nadie vio a una persona caminar asnalmente. O llevar en la cabeza un baciyelmo. O bachillear. Don Quijote aprueba la creación de palabras nuevas, porque “esto es enriquecer la lengua, sobre quien tienen poder el vulgo y el uso”. Hace unos años ciertos poetas lanzaron una advertencia en tono casi legislativo: no hay que lastimar al lenguaje, como si éste fuera río coagulado, como si los pueblos no vinieran “lastimándolo” desde que empezaron a nombrar. Cuando Lope dice “siempre mañana y nunca mañanamos” agranda el lenguaje y muestra que el castellano vive, porque sólo no cambian las lenguas que están muertas. La lengua expande el lenguaje para hablar mejor consigo misma.

Esas invenciones laten en las entrañas de la lengua y traen balbuceos y brisas de la infancia como memoria de la palabra que de afuera vino, tocó al infante en su cuna y le abrió una herida que nunca ha de cerrar. Esas palabras nuevas, ¿no son acaso una victoria contra los límites del lenguaje? ¿Acaso el aire no nos sigue hablando? ¿Y el mar, la lluvia, no tienen muchas voces? ¿Cuántas palabras aún desconocidas guardan en sus silencios? Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía.

Esto exige que el poeta despeje en sí caminos que no recorrió antes, que desbroce las malezas de su subjetividad, que no escuche el estrépito de la palabra impuesta, que explore los mil rostros que la vivencia abre en la imaginación, que encuentre la expresión que les dé rostro en la escritura. El internarse en sí mismo del poeta es un atrevimiento que lo expone a la intemperie. Aunque bien decía Rilke: “[...] lo que finalmente nos resguarda/es nuestra desprotección”. Ese atrevimiento conduce al poeta a un más adentro de sí que lo trasciende como ser. Es un trascender hacia sí mismo que se dirige a la verdad del corazón y a la verdad del mundo. Marina Tsvetaeva, la gran poeta rusa aniquilada por el estalinismo, recordó alguna vez que el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir.

Juan Gelman



Eduardo Galeano: La naturaleza no es muda


Fuente: tomado de Internet (Semanario BRECHA de Uruguay)
La naturaleza no es muda
Eduardo Galeano
18 de abril de 2008
Semanario Brecha de Uruguay



El mundo pinta naturalezas muertas, sucumben los bosques naturales, se derriten los polos, el aire se hace irrespirable y el agua intomable, se plastifican las flores y la comida, y el cielo y la tierra se vuelven locos de remate.
Y mientras todo esto ocurre, un país latinoamericano, Ecuador, está discutiendo una nueva Constitución. Y en esa Constitución se abre la posibilidad de reconocer, por primera vez en la historia universal, los derechos de la naturaleza.
La naturaleza tiene mucho que decir, y ya va siendo hora de que nosotros, sus hijos, no sigamos haciéndonos los sordos. Y quizás hasta Dios escuche la llamada que suena desde este país andino, y agregue el undécimo mandamiento que se le había olvidado en las instrucciones que nos dio desde el monte Sinaí: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".

Un objeto que quiere ser sujeto
Durante miles de años, casi toda la gente tuvo el derecho de no tener derechos.


En los hechos, no son pocos los que siguen sin derechos, pero al menos se reconoce, ahora, el derecho de tenerlos; y eso es bastante más que un gesto de caridad de los amos del mundo para consuelo de sus siervos.


¿Y la naturaleza? En cierto modo, se podría decir, los derechos humanos abarcan a la naturaleza, porque ella no es una tarjeta postal para ser mirada desde afuera; pero bien sabe la naturaleza que hasta las mejores leyes humanas la tratan como objeto de propiedad, y nunca como sujeto de derecho.
Reducida a mera fuente de recursos naturales y buenos negocios, ella puede ser legalmente malherida, y hasta exterminada, sin que se escuchen sus quejas y sin que las normas jurídicas impidan la impunidad de sus criminales. A lo sumo, en el mejor de los casos, son las víctimas humanas quienes pueden exigir una indemnización más o menos simbólica, y eso siempre después de que el daño se ha hecho, pero las leyes no evitan ni detienen los atentados contra la tierra, el agua o el aire.


Suena raro, ¿no? Esto de que la naturaleza tenga derechos... Una locura. ¡Como si la naturaleza fuera persona! En cambio, suena de lo más normal que las grandes empresas de Estados Unidos disfruten de derechos humanos. En 1886, la Suprema Corte de Estados Unidos, modelo de la justicia universal, extendió los derechos humanos a las corporaciones privadas. La ley les reconoció los mismos derechos que a las personas, derecho a la vida, a la libre expresión, a la privacidad y a todo lo demás, como si las empresas respiraran. Más de 120 años han pasado y así sigue siendo. A nadie le llama la atención.

Gritos y susurros
Nada tiene de raro, ni de anormal, el proyecto que quiere incorporar los derechos de la naturaleza a la nueva Constitución de Ecuador.


Este país ha sufrido numerosas devastaciones a lo largo de su historia. Por citar un solo ejemplo, durante más de un cuarto de siglo, hasta 1992, la empresa petrolera Texaco vomitó impunemente 18 mil millones de galones de veneno sobre tierras, ríos y gentes. Una vez cumplida esta obra de beneficencia en la Amazonia ecuatoriana, la empresa nacida en Texas celebró matrimonio con la Standard Oil. Para entonces, la Standard Oil de Rockefeller había pasado a llamarse Chevron y estaba dirigida por Condoleezza Rice. Después un oleoducto trasladó a Condoleezza hasta la Casa Blanca, mientras la familia Chevron-Texaco continuaba contaminando el mundo.


Pero las heridas abiertas en el cuerpo de Ecuador por la Texaco y otras empresas no son la única fuente de inspiración de esta gran novedad jurídica que se intenta llevar adelante. Además, y no es lo de menos, la reivindicación de la naturaleza forma parte de un proceso de recuperación de las más antiguas tradiciones de Ecuador y de América toda. Se propone que el Estado reconozca y garantice el derecho a mantener y regenerar los ciclos vitales naturales, y no es por casualidad que la Asamblea Constituyente ha empezado por identificar sus objetivos de renacimiento nacional con el ideal de vida del sumak kausai. Eso significa, en lengua quichua, vida armoniosa: armonía entre nosotros y armonía con la naturaleza, que nos engendra, nos alimenta y nos abriga y que tiene vida propia, y valores propios, más allá de nosotros.
Esas tradiciones siguen milagrosamente vivas, a pesar de la pesada herencia del racismo que en Ecuador, como en toda América, continúa mutilando la realidad y la memoria. Y no son sólo el patrimonio de su numerosa población indígena, que supo perpetuarlas a lo largo de cinco siglos de prohibición y desprecio. Pertenecen a todo el país, y al mundo entero, estas voces del pasado que ayudan a adivinar otro futuro aposible.


Desde que la espada y la cruz desembarcaron en tierras americanas, la conquista europea castigó la adoración de la naturaleza, que era pecado de idolatría, con penas de azote, horca o fuego. La comunión entre la naturaleza y la gente, costumbre pagana, fue abolida en nombre de Dios y después en nombre de la civilización. En toda América, y en el mundo, seguimos pagando las consecuencias de ese divorcio obligatorio.


Eduardo Galeano
(En Uruguay exclusivo para "Brecha")
http://www.brecha.com.uy/

Desde la 34º Feria del Libro de Buenos Aires


¿Dónde hay un libro?

¿Y de literatura nada, no?: la pregunta lleva a la risa instantánea y espontánea en las dos chicas que –lindas y arregladitas, como corresponde a dos promotoras– atienden el stand de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA, ex Rentas). El stand (en rigor: un escritorio alto y moderno y un decorado de acrílico pequeño) es uno de los tantos que están ubicados en los pasillitos laterales del Pabellón Verde. Y uno de los tantos que no tiene nada que ver con los libros.

Ante la misma pregunta, las promotoras de una pastilla para poder conciliar el sueño se pusieron a la defensiva: “Bueno... yo estudio medicina...”. “No, no, me refería al stand”, sale la aclaración. “¿Algo que ver con la literatura?”, se les repregunta. “Capaz el señalador”, apunta tímidamente una de ellas y alcanza el rectángulo de cartón que reza “ningún libro es demasiado largo para una noche de insomnio”.

“Algunos se creen que somos la oficina de informes”, apunta Carolina, del stand de la Jefatura de Gabinete Nacional, mientras su compañera Belén ríe mientras recuerda que los primeros que se acercaron el jueves inaugural fue un grupo de diez chicos preguntando si allí hacían tests vocacionales. “Igual viene gente realmente interesada en el tema”, vuelve a comentar la primera, que se pone a mostrar las publicaciones del organismo del Poder Ejecutivo (y ahora sí, se puede ver algún libro).

Las vedettes de esta clase de stands son, desde hace años, las chicas que reparten un trago que combina aperitivo y gaseosas cola o lima limón. Aunque no están en las primeras horas del día, sí aparecen alrededor de las 18. En las horas pico, hay colas más largas en esos puestos que en más de un stand tradicional. “La ventaja de estar acá es que estamos a dos pasos de ese stand”, comentó estrictamente off the record un empleado de uno de los muchos espacios ocupados por algún organismo nacional.

Otro rubro de los “nada que ver” es el de los sorteos que hacen una empresa de insumos informáticos y otra de emergencias médicas, regalando entre los participantes un año de servicio aquí, una computadora allá.

Informe: Andrés Valenzuela.
Fuente: Diario "Página/12", 26.04.2008

Asaltan Escuela Imprenta Pelota de Trapo


Grupo Comando asaltó la Escuela Imprenta de Pelota de Trapo

El día viernes 25 de abril -cerca del mediodía- un grupo comando de 8 hombres, fuertemente armados, demasiado profesionales, demasiado prolijos, asaltaron nuestra Escuela Imprenta Manchita, amenazando con la muerte a pibes y pibas, a jóvenes, a educadores, y llevándose la modesta recaudación de una Escuela-Taller donde cada día intentamos construir un futuro distinto para nuestros Pibes.

¿Vinieron sólo por eso?

¿O es que quisieron borrar el poema de amor escrito por una multitud en las largas arterias de Rosario el 6 de marzo, invicto en nuestros latidos?

¿O fue porque oímos el llanto del hambre y el pasado 18 de abril, en la Parroquia de la Santa Cruz, dibujamos un sueño de cristal, y nos dimos cuenta -miles- de que no éramos una solitaria columna de rocío, sino un “relámpago perpetuo”?

Les pedimos a todos, antes de que “envejezcan los carteros”, que multipliquen esta denuncia y estas palabras urgentes, a la salida de las iglesias o entre los vecinos que se regalan palabras a distancia de mate, o a la hora del jazmín, entre todos los que preparamos, por ejemplo, en Mar del Plata, un tercer grito que no se vende, que no se negocia, que no se subsidia: el hambre es un crimen.

Sí. Están pasando cosas raras. Pero con ternura los venceremos.




Alberto Morlachetti
Coordinador Nacional
Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo
chicosdelpueblo@pelotadetrapo.org.ar
http://www.pelotadetrapo.org.ar/

Diana Poblet: Niñez anónima


Otra vez ese dolor de bandera a media asta
en esta plaza de pochoclo y molinillos
en la desolación aburrida del subte
tu hambre ajeno se vanagloria
al lado de mi indiferencia
amputo mis ganas de hablarte
no me comprendas
ellos dirán:
el frío es porque viene el invierno
tu dolor no tiene medicina
tus mañanas llegaron muy tarde
tu escuela cerró por derrumbe
no aceptes mi vergüenza
que no te expliquen el asombro ni la calle
no acuses recibo de mi impotencia
que no te detengan estas,
mis palabras tembleques
este afán por arroparte un solo día
un cartel que contenga tu mirada de intemperies
tu soledad anciana de cuatro años
Aquí no leemos indigentes
aunque lleguen desde tu obcecado silencio
desde tu mano extendida en calendarios
desde tu rosita prensada en celofán
creo que es insoportable,
aunque tenga el color de la patria
este dolor de bandera a media asta.


© diana poblet
soydian@yahoo.com.ar
"Tengo un frasco de luciérnagas para iluminar la noche que llevo encima"
http://remontandosoles.blogspot.com/

Marciano Durán: Con su mismo endeudamiento


¡Qué querés que te diga!
Mis problemas de adaptación al siglo XXI van en aumento (y recién empieza)
¿No seré realmente un marciano?

¿Qué me pasa?
Que sigo sin entender algunas costumbres de los humanos.
No entiendo por ejemplo a los que compran y compran, gastan y gastan… y no saben si podrán pagar (en realidad me preocupan los que saben de antemano que no podrán pagar).

Sí… acá estoy otra vez transitando en sentido contrario por la autopista.
Acá voy otra vez a contramano en mi viejo camión tratando de convencerlos de que los que circulan mal son los diez mil autos que se me vienen encima.

Me estoy poniendo verde y se me paran las antenitas porque me duele, me alarma y me entristece el endeudamiento de los terrícolas.
Aclaremos… no me refiero al consumo de los países desarrollados que ahítos, llenos, desbordantes de euros o petróleo encuentran en las compras la mejor manera de vivir sus vidas.
Allá ellos.
Aclaremos… hablo de los muchachos –y no tan muchachos– de los países superarrollados que sin una moneda en sus bolsillos agujereados resuelven comprar sus plasmas, renovar sus computadoras, cambiar sus celulares y actualizar su vestuario.

¡Claro que tienen derecho!
Pero alguien debería avisarles que esas campañas de publicidad tan bien pensadas, tan estudiadas por expertos en comunicación y marketing no son para ellos.

Alguien debería avisarles que eso fue pensado para las sociedades donde las necesidades básicas están cubiertas.

Alguien debería avisarles que es inmoral que nos hagan creer que necesitamos comprar lo que ellos necesitan vender.

Alguien debería avisarles que esos tipos han dedicado millones de dólares para aprender a engañarnos y que siguen estudiando cómo estafarnos sin que nos demos cuenta.

Deberíamos avisarles en la escuela, cuando todavía son chicos; cuando aceptan ir a misa y vacunarse sin cuestionarlo, que intentarán violarlos ni bien sepan prender la tele.
¡Que los violarán, apenas lleguen al control remoto!
¡Que el marketing será la ropa que usarán hasta el día de su muerte (cajón y cementerio privado incluido)!
¡Deberíamos usar las escuelas para eso!
¡Deberíamos aflojarle un poco al germinador y a los números primos!
Eso me tiene mal, me pone verde y no me deja dormir.
Que hayamos permitido que naciera una generación que dedica su vida a “trabajar para pagar lo que debe”.
Mirá… en mi país hay agricultores, hay solidarios, hay sacerdotes, hay egoístas, hay deportistas, hay militares, hay empleados públicos y hay –desde hace pocos años– una generación que trabaja para pagar lo que debe.

Es que sin que lo advirtiéramos nos modificaron los valores más elementales, incluso nos cambiaron el significado de “comprar”.
Comprar es para muchas personas, más importante que rezar, gritar un gol, hacer el amor o elegir al presidente.
Por estos días se disfruta más parado frente al mostrador que hincado en la capilla, sentado atrás del arco o acostado en una cama.

¿Está claro lo que quiero decir?
Veamos un ejemplo:
“Comprar un televisor de plasma”
La frase de cinco palabras debería estar acentuada en el vocablo “plasma” o en todo caso en “televisor”.
¡Pero lleva acento en “comprar”!
Porque ese es el valor: ¡Comprarlo… y disfrutarlo hasta el día que ya te hayas acostumbrado a tenerlo!
Como un fetiche, el objeto vale más que las funciones que te ofrece.

Instrucciones para la compra:
1ero. Martes: elegirlo en la tanda del viejo televisor.
2do. Jueves: comentar la compra con los compañeros de trabajo.
3ro. Sábado: hablar de él en la reunión de amigos.
4to. Lunes: ir al comercio y señalárselo al vendedor.
5to. Domingo: llevarlo a casa y mostrárselo a familiares y amigos (como hacíamos cuando traíamos del hospital a nuestro nuevo hijo).
El encantamiento durará hasta el día en que en esa misma pantalla ofrezcan un modelo más nuevo. ¡Sí, el aparato se habrá devorado a sí mismo!
6to. Al cabo de unos meses debe reiniciarse el procedimiento.
(Válido para celulares, dvd, máquinas fotográficas, etc., etc.)

Entonces me pregunto con verde inocencia:
¿Qué cambio produce un aparato de estos en relación con el televisor que teníamos? ¿Cuánto ha mejorado nuestra vida al recibir una imagen más nítida y un mejor sonido? ¿Qué será lo que veremos mejor ahora?
¿Un teleteatro mexicano filmado en el dormitorio y en la cocina pero en pantalla plana?
¿Qué escucharemos ahora con absoluta fidelidad?
¿Un programa en el que cuatro degenerados cuentan la vida privada de las personas… pero en estereo?

De lo que estoy seguro es de que ahora estaré obligado a trabajar una hora más por día durante dos años para poder pagarlo.
¡Una hora por día por dos años!
Una hora sacada ya sabemos de dónde.

¿De qué hablamos?
¿De capitalismo versus comunismo?
¿Del consumo contra el ahorro?
¿Es que no nos damos cuenta de que este modelo está basado en el consumo y que si todos resolviéramos dejar de consumir, el mundo colapsaría porque el desempleo alcanzaría a la mitad de la población?
¿Qué proponemos?
¿Volver a las carencias de nuestra infancia para exorcizar los excesos de este siglo?

No, no estamos hablando de eso.

Lo que hacemos es preguntarnos por qué tenemos que pasar el límite de lo que podemos pagar con cosas que no necesitamos.

Me da mucha lástima ver como no llegan a fin de mes, aunque no sean mis hijos.

¿Por qué endeudarnos con tarjetas y préstamos si inexorablemente llegará el momento en que tengamos que pagar esa deuda?
¿Por qué empeñarte para tener ese ipod con capacidad para 30.000 temas?
¡30.000 canciones!
¿Cómo hacer para escucharlas antes de que lo cambies?
¿Cómo consumir las 100 horas de video que te ofrece?
¿Cuándo vas a ver las 150 películas que pudiste bajar en tu computadora?
¿Por qué bajar trescientas canciones por el celular, escuchar treinta y pagar tres?

Mirá…cuando yo era chico navidad era el 25 de diciembre y el pinito lo armábamos unos días antes.
¡Hoy los centros comerciales y los grandes supermercados dan por iniciada la temporada de caza…perdón…la navidad, en los primeros días de noviembre!
¡Y a endeudarse que se acaba el mundo!
¡Rápido, señor, se termina octubre y ahí está viniendo Papá Noel!
¡Aproveche ahora los créditos para las compras de navidad y empiece a pagar al desarmar el pinito!
¡Rápido, Papá Noel! Apúrese, gordito que en la vereda están esperando los reyes para enseñarnos los celulares que filman en cámara lenta!
¡Vaaaamos Melchor, no se me demore que tenemos que empezar con la liquidación de verano!
Por favor, Baltasar, Gaspar, no se me distraigan con el pasto de los camellos que se viene el Día del Niño, del Padre, de la Madre, de los Abuelos, de la Secretaria, de Pascuas, de la Maestra, del Amigo… ¡Están de vivos! ¡Se están riendo de nosotros atrás de un escritorio! Se agarran sus enormes barrigas. Las lágrimas caen por sus mejillas, resuenan las carcajadas, leen sus gráficas y se sientan en el suelo a reírse descaradamente de los imbéciles como nosotros que “no dejaremos que le falte nada a nuestros hijos”.

¡Inventaron esos días y nosotros los compramos todos!
Y de tan generosos que somos les pedimos más.
Y ellos nos dijeron: “No tenemos más festejos”.
Y nosotros les dijimos: “Sí… ¿y esos que alcanzamos a ver ahí?”.
Y ellos nos dijeron: “No, eso no es para ustedes”.
Y nosotros les dijimos: “No importa, los llevamos igual” y nos compramos festejos tan nuestros como San Patricio, Halloween, San Valentín y el Día de Acción de Gracias.

“Porque lo importante es tener”, nos dijeron
Y como nosotros somos de poca atención y mucho gerundio entendimos que lo importante es “estar teniendo”.

Lo importante no es lo que has consumido…lo importante es lo que estás consumiendo y más aun…lo que vas a consumir.

Nada de lo que tenemos ahora es mejor que lo que vendrá.
¿El mejor celular?
El que llegará.
¿La mejor computadora?
La que vendrá.
¿El mejor auto?
El que saldrá a la venta en un mes.

No hace mucho tiempo vivíamos permanentemente en el pasado.
“Todo tiempo pasado fue mejor”, nos dijeron.
Más adelante resolvimos vivir intensamente “el hoy”.
“No hay que tener ojos en la nuca, disfruta el ahora”, nos dijeron.
Desde que empezó este siglo hemos resuelto vivir en “lo que se viene”.

Porque será la mejor mujer la que llegará, y el mejor presidente el que no hemos votado, el mejor nueve el que no ha contratado nuestro equipo y la mejor vida la que nos preparamos a disfrutar el año que viene, cuando terminemos de pagar lo que debemos y podamos volver a comprar.
Con un poco de suerte –si existe la reencarnación– podrás comprarte otra vida y hacer en ella lo que no tuviste tiempo de hacer en ésta.

Claro… todo tendría algo de sentido si estuviéramos en condiciones de pagar lo que estamos consumiendo.
Pero resulta que la única capacidad intacta que nos va quedando es la de endeudarnos.
Porque el crédito a la producción es una víbora que se escabulle pero el crédito al consumo es una tortuga renga; ahí está, a la vuelta de cada mostrador, ofrecido indiscri¬minada e impúdicamente a cualquiera sin siquiera confirmar si el tipo tiene capacidad de pago.
Con avisos explosivos, letras grandes, colores y sonidos fuertes pero sin una sola línea de explicación del monto real de las tasas de interés y de los intereses moratorios.
Porque se parece mucho a la historia de aquel buen señor que preguntó a su joven esposa si se había casado con él por el capital.
–No, mi amor– le contestó. Me casé por los intereses.
Exactamente de eso se trata.
Ellos están interesados en los intereses.
Porque no nos venden electrodomésticos: nos venden dinero en cuotas.

“Sin entrega inicial”, “A sola firma”, “Aunque estés en el clearing”, “Cómodas cuotas mensuales”, “Solamente con el recibo de sueldo” son las frases de moda del incipiente siglo XXI.

Así que para poder continuar pagamos el mínimo de la tarjeta y comenzamos un nuevo endeudamiento.
Y sacamos otra tarjeta para pagar la anterior, y obtenemos un nuevo crédito y tapamos un hueco abriendo otro más grande, y aparecen los prestamistas, y llegamos al 30 por ciento mensual para intentar salir y caemos en un círculo cerrado (claro… si no fuera cerrado no sería círculo)

Y de a poquito nos vamos avivando de que consumir es el negocio de todos… menos del que consume.
Los bancos cobran 140 dólares por cada 100 que te dan y apenas terminaste con un préstamo los muy desgraciados te llaman a tu casa para ofrecerte otro y si no pudiste pagar el anterior te prestan más para que puedas hacerlo.
Esto se llama generosidad… y reprogramación de deudas; pedir un préstamo barato para pagar el otro y entrar en un laberinto de terror del que solo saldrás si consigues un nuevo empleo que te aleje un poco más de la vida y te acerque un poco más a los bancos.

Y si el gerente del banco se distrajera, el sistema tiene previstas otras ingeniosas maneras de atenderte sin que tengas que sacar número: puedes empeñar tus joyas, puedes malvender los electrodomésticos que no pagaste, puedes hipotecar tu casa, puedes venderla.

Y como si todo eso no alcanzara, hemos abandonado la cultura del ahorro con la que nos educaron.
No solamente por cambiar el auto o comprar el mp3; es mucho más que eso.
La cultura del ahorro no implicaba únicamente colocar monedas en una alcancía con forma de cerdo, incluía apagar la luz de la habitación de la que salíamos, cerrar la canilla cuando el cepillo de dientes estaba en la boca, usar botas de goma para no romper el calzado los días de lluvia o no servirnos en el vaso más de lo que íbamos a tomar.
Hoy gastamos una llamada para pedir a “informes” el número que no tenemos ganas de buscar en guía, subimos al auto para ir al supermercado de la esquina, llamamos el ascensor para bajar un piso, avisamos por celular que estamos llegando.
Porque ahorrar no es solamente no comprar lo que no necesitamos.

Así está el mundo amigos, con niños cuidados por empleadas, tías y abuelos o llevados al depósit… a guarderías cuando aún no han cumplido los cinco meses.
Con padres ignorando que viven en sociedad, sin destinar un solo minuto de su tiempo para una tarea comunitaria.
Así está el mundo amigos, quejándose por mensajes de texto a los programas de radio.
Y acá estamos nosotros… endeudándonos una vez más para intentar salir, para poder entrar, porque queremos salir otra vez… a ver si podemos volver a entrar.
Me dan pena, me dan mucha lástima.
Todos me dan lástima.
Incluso un pelado medio verde que alcanzo a ver ahora mismo –reflejado en un vidrio– escribiendo en una notebook con pantalla táctil.

Marciano Durán
Abril 2008
cronicasmarcianas@adinet.com.uy
http://marcianoduran.com.uy/
Este material es de libre distribución para fines no lucrativos.
Para su difusión por cualquier vía se solicita especialmente la no alteración de sus contenidos.

Verónica Díaz: El dinero


El dinero corrompe.

El dinero se disminuye.

El dinero ayuda.

El dinero se disfruta.

El dinero se fabrica.

El dinero se necesita.

El dinero es sucio.

El dinero limita.

El dinero enriquece.

El dinero delinque.

El dinero enferma.

El dinero es porvenir.

El dinero atrae.

El dinero es crisis.

El dinero es importante.

El dinero cambia.

El dinero es peligro.

El dinero traiciona.

El dinero es superficial.

El dinero capacita.

El dinero es desequilibrio.

El dinero mata.


Verónica A.Díaz
"MISS VERY"
verydiro@yahoo.com.ar
http://verydiro.blogspot.com/

Hugo Presman: Humo


Hace muchos años que un intenso y oscuro humo invade el territorio nacional. Y no es precisamente por la quema de pastizales. Es un humo que neutraliza la capacidad de pensar con la propia cabeza. Despierta los prejuicios más irracionales. Es el que lleva al esclavo a coincidir con el esclavizador. El que produce que el empleado explotado repita los mismos prejuicios que el empleador. El que conduce a que el ciudadano, fundamentalmente de diferentes segmentos de clase media, transformado en vecino, crea que elabora un pensamiento propio cuando repite las muletillas de conductores y panelistas radiales y televisivos. Y a su vez estos encuentran calor y rating escuchando los mensajes de los llamadores que confirman lo acertado de sus líneas editoriales.

No es el humo de los pastizales incendiados el que lleva a periodistas "progres", terminar en el mismo campo de la Sociedad Rural. El espectro de la Unión Democrática nunca termina de alejarse, ni a ciertos intelectuales e "izquierdistas" aprender de esa aleccionadora experiencia. El humo de la academia mitrista ha llevado a Beatriz Sarlo a encontrar "calor popular" en los caceroleros de las ollas de teflón. Una cortina de humo quiere poner con su lejano pasado, donde militó en una de la escisiones maoísta de Partido Comunista. Ese mismo partido, el PCR, encontró en la esmirriada manifestación cacerolera a Plaza de Mayo, el embrión de una alianza obrero-campesina. En este caso el humo que cubre a estos actores, disipa cualquier duda: una intelectual que gira hacia la derecha y un partido de la "izquierda" ciega se encuentran en el mismo espacio de sus extravíos. Carlos Marx, podría apoderarse de la frase de Bolívar, al que lamentablemente denostó, mirando a la francotiradora y a la patrulla extraviada: " He arado en el mar".

No fue el humo de los pastizales incendiados el que llevó, durante el menemismo, a liquidar los remanentes del Estado de Bienestar con la ilusión de acceder al verdadero bienestar.

No es el humo de los pastizales incendiados el que lleva a igualar a todos los piquetes, transitando el camino generalmente confundido de lo políticamente correcto, como si fuera la misma situación la de los que quemaban neumáticos y cortaban calles para demostrar su presencia y la necesidad de sobrevivir en una sociedad que los ignoraba, con quienes discuten una tasa de ganancia.

No es el humo de los pastizales lo que lleva actualmente a la clase media rescatada del abismo, a reiterar una retahíla de críticas banales que no esgrimieron en los primeros años de Menem, cuando el país se regalaba impune y sin contradicciones, mientas se la seducía con el turismo fácil y el endeudamiento en cuotas que le permitía alentar sus ilusiones de ingresar al primer mundo de rodillas y por la puerta de servicio.

No es el humo de los pastizales incendiados lo que lleva al gobierno a considerar que se puede "vivir" con la renta de muchos de los hechos positivos realizados en los dos primeros años de gobierno de Néstor Kirchner.

¿Será un humo distinto al que emerge de los pastos incendiados el que lleva a la Presidenta de la Nación a considerar que venimos de 200 años de frustraciones y que la historia argentina comenzó el 25 de mayo del 2003?

No es el humo de los pastizales el que lleva a vastos sectores de los grandes centros urbanos, que conocen una vaca por alguna composición infantil o por una foto en Billiken, a coincidir con Cra o Carbap. Cuando el humo se aleja porque no sopla el viento norte, se puede observar que son otras las facturas que pasan. La alianza con Moyano y el sindicalismo, la ausencia de represión a los piquetes de los excluidos, hoy muy esporádicos, que dificultaban el sacrosanto derecho a transitar, los enfrentamientos ocasionales con EE.UU, la anticumbre de Mar de Plata, la desactivación fundamental del ALCA, el apoyo a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, el juzgamiento de los militares implementadores del terrorismo de estado, sólo la pata armada de la dictadura criminal, la supresión de las visitas y recetas del FMI, el intento de subordinar la economía a la política, la mayor presencia del Estado, la disminución sustancial de la desocupación, los acuerdos con gobiernos que se alinean en los nuevos y alentadores aires latinoamericanos, la relación estrecha con Hugo Chávez, entre otras cuestiones.

¿Qué cortina de humo lleva a vastos sectores a jugar contra sus propios intereses, por su alienación con los sectores dominantes?

¿Que humo profético y apocalíptico lleva a la principal referente de la oposición, Elisa Carrió a sostener apenas ayer, que el kirchnerismo es el nazismo sin campos de concentración y ahora a la comparación con Ceacescu?

Un humo intenso y negro lleva a que el periodismo, casi en su conjunto, estigmatice a D' Elías, que cometió el grosero error de los antipiquetes entre otros, pero que acierta en la mayor parte de sus declaraciones acerca del conflicto agrario y sobre los medios En cambio se considera un pobre campesino, un productor integrante de la familia Ingalls, casi un desamparado, a Alfredo De Angelis, el vista de aduana trucho que determinaba que camión pasaba y cual no, en un desembozado intento de producir el desabastecimiento de los centros urbanos.

¿Que humo portador de las cenizas de la "ingenuidad, induce a muchos periodistas y políticos a no advertir que se ha iniciado una vertiginosa carrera de esmerilamiento ( versión desarmada de los golpes de estado y alentadora de los golpes de mercado) que lleva a que se pregunte en forma cada vez más insistente si Cristina Fernández llega al 2011?

¿ Que humo ha llevado a la desmesura de considerar que hasta hace seis meses se vivía bajo la opresión de un poder hegemónico y ahora se afirma que se está ante un vacío de poder?

¿ Que humo vende el periodista Nelson Castro, en su posición de fiscal de los gobiernos, desde el multimedios Clarín, el grupo Fontevecchia, o la radio de Marcelo Tinelli?

Declara en La Nación del 20-04-2008: " El periodismo libre es siempre un antipoder"

Es bueno que sea independiente del gobierno y en eso merece un elogio. Pero la cortina detrás de la cual Castro "vende" humo es omitiendo que siendo un contratado por grupos poderosos no es libre de ellos. Puede desmentir esta afirmación, haciendo un programa en TN sobre los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, una de las dueñas de Clarín, sobre la contaminación de Papel Prensa o hacer un organigrama detallado de cómo el multimedio está presente en la mayor parte de las áreas económicas. O un reportaje a dos recientes periodistas despedidos por el Grupo Clarín como Enrique Lacolla, 33 años en la empresa, y Claudio Díaz.

Es lógico que Nelson Castro no lo pueda hacer dado las reglas de juego. Pero lo que aquí se quiere señalar es la hipócrita posición de " periodismo libre"

Humo periodístico "venden", entre otros, el columnista estrella de La Nación Joaquín Morales Solá posando de independiente nada menos que desde la tribuna de doctrina o llamando su programa de televisión " Desde el llano" con un amplio apoyo de importantes empresas, o Magdalena Ruiz Guiñazú, desde el grupo Prisa, que actúa de fiscal de los funcionarios y "llamativamente" es condescendiente en los reportajes con los referentes de los grupos económicos. Al respecto escribe el ensayista, escritor, licenciado en Filosofía José Pablo Feinmann: "El establishment, eso es realmente el Poder y no el Gobierno ( con lo cual les señalamos a ciertos progres, que creen estar luchando contra el Poder desde la "libertad de prensa", que no están haciendo, ya que el Gobierno, lejos, muy lejos, está de ser el Poder, sino que solo es el Gobierno)......

El humo "alienta" la gestión denostando a la política. Alienta el mero espontaneísmo, despotrica contra la organización, y alienta la despolitización.

El humo espeso arranca en los sectores medios, incluidos la mayoría de los periodistas, lágrimas en defensa de los medios que sistemáticamente les mienten o que fijan la agenda diaria. Si en el conflicto de algunas de las entidades representativas del campo y el gobierno quedan del lado de la Sociedad Rural , o en el debate sobre los medios se ubican junto a los empresarios periodísticos agrupados en ADEPA, deberían preguntarse si no están en el lugar equivocado. Queda claro que la "Unión Democrática" es, parodiando a Borges, tan eterna como el agua y el aire.

El ABC de la política, si el humo no obstruye la visión, es dirigir la brújula orientadora hacia los lugares que enfrentan, más allá de sus enormes debilidades, a adversarios inequívocos como la Sociedad Rural y ADEPA.

El humo que invade al gobierno le ha llevado en los últimos meses a una lista larga de errores, algunos tan infantiles, como el del Indec, con el argumento oculto pre infantil que rompiendo el termómetro, la fiebre inflacionaria desaparece.

El humo no debe impedir observar el enorme desgaste de un gobierno que había perdido al 28-10-2007, el apoyo de buena parte de las clases medias urbanas, y el actual conflicto le ha alienado el favor de las clases medias rurales que apoyaron a Cristina Fernández en esa elección, mientras la inflación carcome fuertemente lo ingresos de los sectores más humildes que masivamente lo apoyan. Si a esto se suma algunas internas feroces y desconcertantes, el panorama se oscurece.

El humo que envuelve al gobierno, el resolver y adoptar medidas en el microclima viciado de un grupo que entra en un taxi, cuando la situación económica es muy diferente y las expectativas sociales se potencian lejos del abismo. Es un humo que no ayuda a la comprensión de lo que está sucediendo. En muchas ocasiones el gobierno anterior y el actual ha vendido humo con un discurso correcto alejado de los hechos que concreta.

El humo que envuelve al gobierno, no debe impedir elogiar sus aciertos y señalar las enormes limitaciones de quienes se proponen desarrollar un capitalismo nacional con una burguesía nacional miserable en su inexistencia y con un estado derruido y que en cinco años no rediseñó ni reconstruyó. Que incrementó la extranjerización de la economía. Que no se atrevió con una profunda reforma impositiva que contribuyera a mejorar la distribución del ingreso. Que los recursos naturales siguen en manos extranjeras y que en el caso de la minería es un robo impune. Que no se desarticuló el modelo sojero. Que no hay más allá de cierta presencia mayor del Estado, política industrial, agropecuaria, ni financiera. Que poco se ha hecho en educación, salud, ferrocarriles. Y la lista es mucho más larga. ¿Y entonces? En medio del humo que nos envuelve, una sociedad profundamente atravesada por enormes catástrofes producidas por políticas económicas devastadoras que produjeron un panorama post-bélico, con sus gigantescas consecuencias de disgregación social y con remanentes poderosos de la ideología neoliberal, tiene como consecuencia un corrimiento social extremadamente conservador. En un país que conoció la experiencia política del peronismo original que estableció el IAPI, expropió el diario La Prensa , que congeló los arrendamientos rurales produciendo una enorme redistribución del campo a la industria y a los sectores urbanos, resulta increíble que una discusión impositiva entre el 2,5% a 3% lleve al diario La Nación a escribir sobre el " colectivismo kirchnerista". Increíble es solo un eufemismo. Una cortina de humo. Revela como ha cambiado la relación de fuerza y como los sectores económicos más concentrados están dispuestos a agotar todos los recursos para que no le toquen en lo más mínimo su tasa de ganancias. Son los mismos que no dudaron en el siglo XX perpetrar los fusilamientos de la Patagonia , bombardear Plaza Mayo, fusilar clandestinamente en los basurales de José León Suárez, y luego implementar matanzas masivas mediante el terrorismo de estado para desarticular el Estado de Bienestar y el modelo de sustitución de importaciones, con el monstruo proletario que creció en sus entrañas..

Como dice el politólogo Eduardo Grüner, en Página 12 del 16-04-2008, que escribe claro en medio del humo de los pastizales: " La situación obliga, a todo el que siente una mínima responsabilidad ante la sociedad, a sentar con la mayor nitidez posible una posición. Insistamos: no necesariamente a favor del gobierno, sino inequívocamente en contra de intentonas que a esta altura ya nadie puede dudar que son intencionalmente o no ( pero más bien que si) "desestabilizadoras" "golpistas" "reaccionarias" . Los "golpes" ya no son hechos con tanques e infantería, pero no por eso han caducado: la especulación económica, la insidia mediática de las medias verdades y las enteras mentiras, la corrupción verbal de los epítetos clasistas y racistas .......Y también, y sobre todo, deberemos hacerlo nosotros, los que- sin ser totalmente o siquiera en parte " pro gobierno"- no tenemos derecho a equivocarnos sobre donde está el peligro mayor......Un gobierno legítimamente electo por la mayoría no es directamente miembro de aquellas "clases dominantes", aunque inevitablemente tienda a "actuar" sus intereses. Y, en un contexto en el que no está a la vista ni es razonable en lo inmediato una alternativa consistente y radicalmente diferente para la sociedad, no queda más remedio que enfrentar la desagradable responsabilidad de tomar posición no " a favor" de tal o cual gobierno, pero si, decididamente, en contra del avance muy decidido de lo que sería mucho peor, y si alguien nos chicanea con que terminamos optando por el " mal menor" no quedará más remedio que recontrachicanearlo exigiéndole que nos muestre donde queda , aquí y ahora, el "bien" y su posible realización económica. Porque el peligro del mal "mayor" si es inmediato".

Buena parte de la oposición arremete contra los fuegos positivos de este gobierno, encubriéndolo con el humo de sus defectos. Y lo hace ocultando que detrás está atrincherado el establishment, muchos de sus integrantes se han beneficiado con Néstor Kirchner pero que en su engolosinamiento económico no lo consideran "tropa propia". Y además muchas veces, Kirchner los ha maltratado y no les puso las alfombras rojas.

Como siempre el poder real usa de fuerza operativa a las clases medias, también beneficiadas, pero que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, le ha despertado los peores prejuicios gorilas. El gobierno tiene así una paradoja significativa: despierta los odios de los mismos sectores sociales que Perón y Evita, pero muy escaso fervor en los sectores populares que los apoyan.

Eso es lo que puede observarse bajo el espeso humo que no proviene del incendio de los pastizales. Y que tantos industrializan y venden. Precisamente para evitar caer en lo mismo, la nota concluye aquí. Porque no soy ni objetivo, ni poso de independiente, y mucho menos de puro. Solo de ser sincero con mis convicciones y de pretender tener honestidad intelectual. Ojala que pueda evitar que el humo me confunda.


Hugo Presman
24-04-2007
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Copyright Hugo Presman.Para publicar citar la fuente.

La Poesía de Cristina Villanueva

Foto: Mary Ellen - Vasquez Brothers Circus, Mexico City, 1997.

LAS QUE ENTORNAN EL DESEO


[Pasto pequeño, con su placenta de
hojas de bosque
[dejan marcas como un terciopelo
cortado en finas hebras,
se vuelcan, se enredan
[se abren a las pieles,
Pasean por animales felinos ásperos - y-
dulces.
Un revuelo de pestañas para el mercado de
flores,otro para la mesa servida por Babette.
Caminan por túneles
organismo vivo de las palabras


nos
salvan


de la mirada desnuda.




EPIFANÍA

Puede ser que la lluvia vista con diamantes una tela de araña
que la planta cubra su verde desnudo y
destelle como poblada de astros.

Es posible que mi ojo la vea

y acaso me olvide de la muerte

por un rato.


UTOPÍA

Una haciendose mujer, no naciendo. Cabeza erizada de preguntas, polleras
indómitas, los pechos siguiendo las lecturas como dedos, para después
volcarse, volcarse, volcarse en esa isla. Una, como isla a la deriva de lo no
dicho. Una siempre buscando su propia lengua en la ajena. Internándose en el
amor a primera lectura, en esa isla de utopìa, donde íbamos a encontrarnos
en una fiesta y fue no. ¿En algún lugar del cuerpo, del tiempo, del espacio
ha sido si? Un sí que todo lo que siguió no puedo destruir. Aunque nadie lo
sepa, aunque una tampoco lo sepa.
Aquí se quedan la entrañable trascendencia de tantas queridas
presencias, reales y de cuento. Prendidas hacia adentro, cuerpo adentro, bien
adentro, ardiendo, deseando. Isla que no está en ningún lugar y mueve la
sangre con fuerza.

Cristina Villanueva
libera@arnet.com.ar


Fernando Luis Pérez Poza: Un viaje a Isla Negra (Sardegna)

VIAJE A ISLA NEGRA (SARDEGNA)

Casas de ojos azules y corazón rojo. Constelaciones que por la noche se derraman por la montaña y pueblan las laderas, pero que a la mañana te permiten tomar un café en ellas. Transatlánticos que surcan la isla tierra adentro, entre los árboles, amparados en la oscuridad. Y la amistad a flor de piel, brotando del manantial profundo del corazón. Así, con estas palabras podría definir enteramente mi último viaje a Sardegna para compartir unos días con el poeta argentino Gabriel Impaglione y la escritora italiana Giovanna Mulas.
El paladar todavía guarda el gusto a la torta de limón de Gio, a los raviolis rellenos de espinacas y los culurjones de queso y hierbabuena de Pina. El mate se ha instalado en mi vida y ya no puedo pasar sin él a la hora del desayuno. El hígado casi termina "canaunizado" a golpe de Cannonau de Sardegna, un vino exquisito de color rubí, con un perfume intenso y reminiscencias a ciruela madura y moras salvajes, pero fuerte, que remueve sin pudor el subconsciente y te hace reír como un niño. ¿Y para qué mencionar el licor de mirto? El mejor digestivo que nunca nadie haya patentado y que dosifico (la botella que me regalaron) como si fuera el elixir que te proporciona una condición de eternidad.
Mi alma poética todavía sigue asomada al balcón que, desde la cocina de la casa de Giovanna, proyecta su mirada larga, de quince kilómetros, sobre el Mediterráneo. Y... ¿qué decir de los monstruos? Los cuatro hijos de Gio a los que Gabriel ha bautizado con ese nombre cariñoso y a los que ella obligaba cada noche a dar un beso al papá Fernando, con toda la carga sentimental que eso pueda tener.
Lanusei es un "paese", pueblo, de montaña, que cuenta con alrededor de seis mil habitantes, en la provincia de Ogliastra, Sardegna, Italia. Un lugar privilegiado para contemplar el cielo. También hay tumbas de gigantes, monumentos funerarios megalíticos, únicos en el mundo, con una forma tan alargada que tranquilamente podrían haber albergado el cuerpo de un cyclope transiberiano, por decir algo que se va más allá del entendimiento cotidiano.
Lo más extraño es que allí se venden los libros de poesía a quince euros. Sí. Es así. No pongan el grito en el cielo ni se rasgen las vestiduras libreras. Eso convierte aquello en un paraíso para el editor o para el autor vendedor de libros. Con quince euros en Italia no se hace mucho, pero al menos se compra un pedazo de queso, un par de barras de pan y se aspira a que el tendero, si es como el de Lanussei, te regale algún detalle gastronómico sardo: Un tío en toda regla que tanto cuelga una ikurriña de su casa como la bandera sarda o la enseña del Barsa y te da todo lo que tiene. Esa misma actitud la poseen todos sus habitantes y se vuelcan en una marea de solidaridad, como si ese concepto de ayuda a los demás fuera una vieja reminiscencia que ha permanecido vigente en los pueblos de montaña a pesar de la geografía cutre que nutre el ánimo de la actual población terrestre.
Casas de ojos azules y corazón rojo. Esa fue la impresión que tuve cuando me llevaron a comer a un chalet de unos amigos, a pie de playa, en un lugar cercano a Tórtoli. Mirabas por la ventana y el azul trepaba a la retina, el horizonte se alargaba hasta donde ya no llegaba la vista mientras un limonero te cegaba de amarillo. En la puerta, un árbol muy especial, cuyo fruto servía en la antigüedad como sistema de medida para los kilates de los diamantes.
Sí, en realidad todo es así, la vida es un diamante en bruto, que debemos tallar, que debemos medir, que debemos tasar. Hay quien logra darle a su vida un montón de kilates y hay quien la convierte en una puta mierda. Yo prefiero ser de los primeros, como Gabriel, como Gio, como el belgo-argentino Lucas Debonnet que me acaba de visitar en Pontevedra. Gente con el corazón en la mano y el bolsillo roto. Yo quiero ser como Fiorella Giovannelli y su marido Mariano, de Aprilia, Roma, que han estado de visita por aquí y hacer que todo el mundo saboree la vida como si fueran sus spaguettis al dente y su salsa de tomate.
Me recuerdo en el mirador de Lanussei. Noche profunda. Gabriel me dijo: "Aquello de allí es la constelación de Ardana" y "aquello otro el transatlántico de Arbatax". Me estaba hablando de su poesía y la ecuación de las palabras que aquella mañana había leído en sus libros "Carta de Sardinia" y "Explicaciones con mar", las dos obras en edición bilingüe que ha publicado desde su llegada a Italia, comenzaba a resolverse. Lo curioso es que uno, a la mañana siguiente, podía tomar el café en Ardana, lo que por la noche parecía una constelación y no era más que un pueblo, o navegar en un vaso de cerveza en Arbatax, en el puerto, ajeno ya a su condición de luminoso transatlántico nocturno.
Las rocas en Sardegna son rojas, pero también hay playas de piedras negras y de todos los colores. En cinco minutos uno puede pasar del paisaje extremeño al gallego y del gallego al volcánico desesperado. En una de ellas tomé una piedra negra para enviarle a mi amigo mexicano el poeta Roberto Resendiz, impenitente coleccionista de esos objetos materiales. Lo malo es que aunque piense que es una piedra preciosa, o al menos llena de tonalidades, nunca consigo meterla en un sobre para enviársela, tal vez porque me gusta tanto que no puedo desprenderme de ella. Es una piedra mágica, tengo miedo de que se rompa el "bieneficio" que de un tiempo a esta parte me favorece. Es una piedra negra con vetas de acantilado por donde, quizá, se despeñan todos los silencios y se abre el abismo de la suerte.
Sardegna es un país distinto al mío pero donde la gente no siente demasiado diferente. Si me apuran hasta podría llegar a decir que me enamoré de una sarda que se sentó a mi lado en el avión. Era bajita, como casi todos los sardos, pero su corazón latía al ritmo que yo deseaba. Venía del entierro de su abuela. Tal vez por eso no intenté rajarle las venas y me limité a darle una tarjeta y decirle que deseaba que me visitara, cuando en realidad me habría apetecido saltarme todo el protocolo y quedarme a dormir aquella noche en Barcelona con ella. No lo hice y ahora me arrepiento, como quizá me arrepentiré cada segundo de esta vida en la que deje escapar un segundo de amor. Pero somos humanos y aquí estamos, aferrados a un destino incierto, colgados de un infinito cierto, atrapados en una soledad demasiado acompañada.

Fernando Luis Pérez Poza
Junio 2007
http://www.eltallerdelpoeta.com/

Gabriela Abeal: Hacer el amor

Imagen: "Adam et Ève, 1932" Tamara de Lempicka




No sé que es para ti hacer el amor;

no es sólo una humedad…


Dinos Christianopulos





Es cruzar las fronteras de este mundo

para arañar tierra nueva

y cosechar lo que sembramos.

Es descubrir en tu cuerpo

nuevos refugios,

líneas convertidas en pendientes

para deslizarnos por la carne.

Es complacerse en el abrazo,

en la bonanza de estar vivos,

porque tú y yo acaloramos el lecho

sin necesidad de inventar acrobacias.

Es tan simple hacer el amor contigo,

saber que en el vórtice de los días

nuestras voluntades se entrelazan.



María Gabriela Abeal
mgabi7@hotmail.com

Una entrevista a Juan Sasturain

El siguiente reportaje fue realizado por "Educar" (Portal educativo del estado argentino) en Julio de 2007. Hoy lo rescatamos pues consideramos importante para estos días su lectura.

Por Verónica Castro

—En una entrevista del año 2005 Ud. decía: “Sobre todo, ni yo ni algunos otros colegas hemos demonizado a los medios masivos; nunca los consideramos como básicamente deformadores, como Mattelart, por ejemplo, que los veía como la última forma de opresión del imperialismo… En los cincuenta, los chicos de entonces fuimos los primeros que además de libros teníamos radio y televisión. Los libros vendrían después. Aprendimos entonces que el libro no es el único portador de narrativa ni de literatura”. Hoy, y a partir de la experiencia de Ver para Leer, ¿qué cree que puede hacer la TV por la narrativa y literatura?

—La televisión desarrolla y practica formas narrativas con sus múltiples programas y formatos de ficción: desde la animación, el llamado culebrón, la adaptación literaria, el telefilm o la sitcom, entre muchas otras. Lo hace desde hace mucho, y ha influido para bien y para mal –como siempre– en las maneras de contar que utilizan otros soportes: el cine y la literatura propiamente dicha. A su vez, el modo televisivo de hacer ficción está penetrado por las técnicas del cine y de la narrativa dramática y estrictamente literaria. Es un ir y venir. En cuanto a hablar o difundir o analizar la narrativa literaria (cuentos y novelas) y la poesía y el ensayo en programas televisivos hechos ad hoc, como sería el caso de Ver para leer, supongo que puede ser una buena idea. Creo que del mismo modo que hay libros y revistas sobre el medio televisivo y sus contenidos, también cabe que haya programas televisivos que se refieran a los libros, la literatura en general, ya que se habla de tantas cosas. También a las artes plásticas y a la música, se me ocurre. Pero no lo pienso en términos de competencia ni de necesidad mutua. Ver televisión y leer son dos operaciones diferentes cuyo grado de superposición no es exacto: no se lee más o menos por ver televisión y viceversa. O sí, pero hay factores mucho más amplios que tienen que ver con el uso del tiempo y la satisfacción de necesidades: hoy se necesita menos leer que en otro momento. Y también se escribe menos por la misma razón.

Lo innegable, el dato incontrastable, es que la televisión y otras formas de comunicación audiovisual electrónica son lo nuevo y determinante. Su irrupción masiva, como sucedió en otros momentos con la revolución del libro o la aparición del cine, cambia el horizonte de las demás formas de comunicar, en este caso la ficción y el “entretenimiento”. Pero no los sustituye. Cada soporte –la letra impresa, el cine y la tele o todo lo que viene– tiene su especificidad, intransferible. Nada se extingue (no le pasó al teatro) sino que se acomoda, se transforma, encuentra su camino ahondando en lo que le es propio, no compartido: nada es igual, cada soporte tiene su cómo específico.


—En Ver para Leer tienen una sección dedicada a la literatura infantil, con una interesante mirada: no se la trata como literatura menor (como pasa muchas veces), aunque por el horario en que se trasmite el programa (la medianoche) esta sección está dirigida a los adultos. Padres, maestros, adultos en general: ¿son héroes o pecadores en la formación del gusto por la literatura de los más chicos?

—Al principio sí, los libros “de librería” los eligen los adultos. Igual hay que ir con los chicos, y lo mejor es dejarlos solos. Pero las revistas y lo que pasa previamente por la tele lo eligen los pibes. Un buen vehículo de introducción a la lectura son las revistas semanales de tema escolar con entretenimientos.


—El programa al estar en un canal de TV abierta, como Telefé, es uno de los espacios para un público masivo –además de la escuela y otros– que intentan estimular la pasión por la lectura. Pero a diferencia de la escuela, creo que ha encontrado un formato quizás más divertido. Básicamente por la idea que sostiene: vía la ficción (al involucrarse con su personaje) y lo audiovisual. Además, integran también internet. ¿Se plantearon aquello que los pedagogos llaman algo “didáctico” o “educativo”?

—No sé si alguien en Telefé Contenidos pensó en esos términos. A ellos, puntualmente a Claudio Villarruel y su equipo, se les ocurrió la idea y la concepción general del programa tal como se ve. De mi parte, he aportado y trato de poner en práctica la idea de que la lectura puede y debe ser un placer. Es decir, sólo digo la verdad, lo que me pasa a mí: leo porque me gusta, no porque deba hacerlo ni porque sea necesario que lo haga. Sólo eso. Creo que si uno trasmite el gusto por lo que hace –cocinar, tocar el saxo, hacer gimnasia, leer poesía y narrativa– puede llegar a despertar en el otro que lo ve la sensación de que acaso valga la pena probar de qué se trata. En el caso de la literatura, el simple hecho de leer buenos libros (todo el saber y el discurrir y el imaginar de la humanidad está ahí...) nos da la posibilidad de conocer gente mucho más inteligente que uno, más sensible, que nos abre la cabeza a la complejidad maravillosa del mundo.


—En un reciente artículo en la revista Inrockuptibles el periodista decía que una de las deudas del programa era que si bien es buena la idea de que las situaciones de ficción sean las disparadoras de las recomendaciones literarias, sería mejor que el tiempo dedicado a esas recomendaciones fuera mayor para que Ud. pueda desarrollar sus ideas y no verse forzado a comentarios que Ud. mismo califica de “telegráficos”. ¿No cree que el éxito del programa también reside un poco en eso, en no caer en una persona hablando a cámara extendidamente? Hoy, en tiempos de infoxicación, es bueno empezar por una dieta de información reducida para que aquellos que quieran profundizar lo hagan en la página o vayan al libro. ¿No es esa la idea?

—Tiene razón el comentarista: el programa es superficial y criminalmente misceláneo. “No se puede liquidar a Kafka en treinta segundos.” Es cierto. Hay plena conciencia de eso. Incluso puedo decir que acaso si tuviera que elegir qué programa me gustaría hacer –de literatura– en televisión, no haría uno como este. Pero también debo reconocer que quien lo concibió y decidió ofrecerlo como alternativa a su audiencia sabe muy bien lo que hace y cómo hacerlo. Por eso, lo que hay que tener en cuenta es que se trata de una aproximación ligera, introductoria –o incluso menos que eso– a un universo amplio y complejo. El objetivo primero es “sacar el miedo” a los libros y a la ficción literaria, convertirlos en realidades accesibles, objetos interesantes hechos y disfrutados por poetas y escritores que son gente como uno que tiene algo que contarnos. Poco más que eso. El objetivo es de mínima: se supone que la mayoría de los espectadores de este programa no lee habitualmente ni tiene pensado leer. Por eso no se presupone nada y no se ahonda tampoco. Sólo se señala, se cuenta y se trata de trasmitir más sensaciones que saberes.


—El mix televisión-internet quiebra un poco el esquema unidireccional de la clásica TV generando una comunicación de ida y vuelta con los televidentes-internautas. La página de su programa tiene muchísimos comentarios de personas de distintas edades: da la impresión de que termina el programa y quieren ir rápidamente a seguir en la página. ¿Proyectan avanzar más sobre el mix televisión-internet?

—No tengo idea porque no participo de esa zona del proyecto. Ni escribo ni contesto ni planifico ni organizo. No sé nada de eso. Lo mío acaba en el programa: lo que digo y comento ahí.


—En una entrevista Beatriz Sarlo decía “La escuela compite en desventaja con los medios de comunicación. Pero no sólo en el caso de los alumnos, sino también en el de los maestros”. ¿Siente que hoy el programa, con los buenos números de rating y con la cantidad de comentarios que tiene el sitio, lo está poniendo en un lugar de influencia mayor que cuando trabajaba como docente, por ejemplo?

—No lo sé. Pero coincido con Sarlo en lo que dice, que es obvio, además. Lo de la literatura en la escuela es otro tema: se hace todo mal.


—Usted se dedicó muchos años a la docencia, fue profesor en la Universidad y en el nivel secundario. ¿Por qué piensa que “en la escuela se hace todo mal”?

—Ejercí la docencia poco tiempo, en el primer tercio de los setenta. Debería hacer autocrítica: exceso de aparato crítico, conceptualización desmesurada, utilización instrumental del texto. Se lee para demostrar algo, para ejemplificar algo, para analizar algo. Todo mal. Hay que leer (los profes) lo que nos gusta y hacerlo disfrutar. Y leer y escribir, comentar y escribir sin demasiadas pautas, opinar libremente, describir las sensaciones... Todo lo demás –si no se da lo primero– es superfluo. Hay que hacer y dejar leer con espontaneidad y por el gusto de hacerlo. Y lo mismo escribir. Es el único objetivo que no se puede soslayar: que lean y escriban. Nada más y nada menos.


Fecha: Julio de 2007
Fuente: Educar – El portal educativo del estado Argentino
http://portal.educ.ar/noticias/entrevistas/juan-sasturain-ver-para-leer-1.php

Juan Ricardo Sagardía x 6


1).

ESPEJO ROTO



Espejo frio tus ojos

me muestran sin alegría,

habitación vacía tus brazos

ya no tienen el mismo calor.



Ya no hay dulzura en tu voz

la luz de la luna

ya no es como el sol,

tu piel aleja la piel mía.



La ansiedad de mis labios

aún tienen hambre de tí,

llueve melancolías en mi ser

y no lo puedo evitar.



En este tiempo de lluvia

solo existo en el exterior

la felicidad que conocía

desapareció por dentro.



La soledad me atrapa en contra

de mi voluntad sin voluntad.




2).

DE A POCO




Quiero envenenarte de a poco

para que no sientas

tanto dolor por mi despedida.



Quiero negarte mis besos

sin que te des cuenta

para que cuando te falten del todo

no llores el río de tu organismo.



No razgues luego tus vestidos blancos

exparciendo cenizas frías

como señal de muerte en ti.



Quiero dejarte de a poco

para que no sufra tu corazón

y de golpe mueras, viva.





3)



La plataforma de tus ojos

era tan movible

que decidí olvidarte

para no caer por completo



La mesita de luz

aparte de guardar mis sueños

guardan también tus artificios

y esas mentiras

que tu llambas piadosas.



Mientras se agranda la herida

en las horas que pasan,

el boreau de mis letras

excibe los poemas de mi sangre



Esta cabeza que hilvana

telares llenos de imágenes pasadas,

hoy camina veredas nuevas

con el propósito de vivir.



A pesar de que doy vueltas y vueltas

el espejo lleva años de mala suerte,

en el reloj de mi vida

la arena sigue su curso

tengo que desayunar mi tiempo.



Sino no volveré a ver el sol.






4).

SEUDÓNIMO



La nombré por su nombre

como la nombraban los demás,

entre nombres impuestos

y puestos por sus padres,



ella tuvo el privilegio

de elegir su seudónimo,

y como eran gratis

eligió uno para cada día,



para no equivocarse

los pensó bien,

ya que no le gustaba

equivocarse.



Cada seudónimo

llevaba

el nombre del día de la semana

en cual se encontraba en ese día.



Yo la nombré por su nombre

según el día de la semana

en cual estaba cuando la nombre.



Pero me equivoqué

por que su nombre se habia vuelto

solo un seudónimo, sin día

y sin semanas.





5).

ELLA HIZO



Ella hizo

que la amara con mis ojos.



Ella hizo

que la odiara con mi voz.



Ella fue

la entereza de mi fuerza.



Ella és

el requiebro de mi corazón.



Ella fue

juventud de mis dulces fantasías.



Ella es

agonía de la sal, de mi ilusión.



Ella hizo

que soñara con la vida.



Ella transmutó

blanqueado sepulcro de mi amor.





6).

BARRIDO BORRADO




Me recuerdo deseperado

excitado

quemándome

alejado de todo

solo contigo.

A partir de ti

colmado

extasiado

olvidado de todo

pensando solo en vos.

Me recuerdo enamorado

sublimado

cautivado

alocado

embotado

Recuerdo alguna vez

haber sido yo

haber tenido nombre

haber soñado grande

haber amado limpio

Recuerdo que todo fuen vano

tu vanagloria

tu orgullo

tu mentira

tu infidelidad

me borro por completo.



Son recuerdos que tengo que olvidar.


Juan Ricardo Sagardía
SANTOAMOR
santoamor2005@yahoo.com.ar

Teresa Maniglia: Voy a Evo


En septiembre del año pasado, estábamos en el Estado Bolívar con motivo de una visita de trabajo y allí estaba Evo Morales. Realmente estaba emocionado de visitar el lugar porque sentía el suelo de la historia estremecerle el alma. ¿Por qué? Muy sencillo: Evo Morales nació en Orinoca, un cantón compuesto por tres ayllus, que son la estructura indígena aymara y ahora estaba frente al Orinoco…De Orinoca a Orinoco… y Simón Bolívar se presentía hasta en el aire. Además, estaba llegando de su tierra, donde tan sólo horas antes había presidido el acto con motivo del día de la alfabetización. Allá daba sus pasos el plan para sacar del analfabetismo a más de un millón de personas, el mismo método que usamos en Venezuela y que a las dos naciones se lo enseñó Cuba. Venía conmovido, ¡no era poca cosa! Porque quería que su Bolivia fuera “el tercer o cuarto país sin analfabetismo” ¡cómo lo logramos nosotros, pues!

Nunca lo he dicho pero el rostro de Evo tiene la particularidad de llamar profundamente la atención, porque además de que expresa sin palabras, desprende un brillo de decisión verdaderamente interesante. Demuestra disposición, entrega y persistencia. Siempre he observado esas particularidades en este personaje, no ha perdido la humildad y sencillez aun cuando lleva las riendas de un país tan difícil y sublime a la vez como lo es Bolivia. Créanme, he visto a muchos políticos y muy pocos tienen ese halo.

Pero decía que aquel día en Bolívar, tuve la oportunidad de conversar un poco con él, incluso, logré grabarle unas palabras que calaron muy hondo en mi alma. Entonces, me habló de sus sueños, que no eran asuntos individuales, como los tenemos la mayoría, sino deseos nacionales. En ese tono reposado, mientras la vista se le iba en una inmensidad ante la belleza del río, aseveró que soñaba con una “Bolivia libre”, pero no como se usa el término “libre” en la retórica de cualquier político, ¡No! Evo suspiro desde sus entrañas y comenzó a narrar esa libertad de igualdad, de conocimiento, de sensibilidad y unión para su pueblo. Ese día, la voz se le entrecortó varias veces, insistía en que no es posible que en esta época todavía existan personas que discriminen a los nacidos en su propia tierra, que crean que unas monedas, unas propiedades, una ropa, una posición, en fin, cosas materiales, los vuelvan creyentes de un privilegio y un don especial. Condenaba la avaricia como una plaga a erradicar y exaltaba la belleza de lo humano, cuando es posible ver a todos como hermanos y compartir en conjunto no una mirada frente a frente, porque te pierdes el mundo, sino una visión hacia una misma dirección que nos permita a todos abrir el panorama para un bienestar común.

Desde que llegó al poder este hombre, no ha hecho más que luchar y luchar, no por sus ideales de grandeza, sino por la grandeza ideal de su patria. Como buen indígena, persevera y se mantiene. Hoy cuando desde la hermana tierra llegan tantas noticias preocupantes, cuando el imperio tambien allá quiere re-establecer sus tentáculos de viejos tiempos, cuando lo veo enfrentarse con la dignidad hecha roble y la perseverancia mantenida en muralla, yo voy a Evo Morales. No es mucho lo que puedo hacer, pero llamo a la Corte Indígena para que lo proteja, evoco a los guerreros de otros siglos, para que vayan a “Bolivia hecho millones”. A él y a su pueblo bueno los quiero ver triunfar en esta nueva batalla. La historia de la hija predilecta de Bolívar, merece esa victoria.

Esta semana de abril, volvió Evo por Caracas, la cita del ALBA, reunió a los solidarios. Cuando llegó le vi el rostro, esta vez por televisión y me dolió el alma y los recuerdos me arrancaron las lágrimas. Su piel marcaba en trazos la narración de la historia que se está viviendo en su tierra; es la lucha, y de pronto me supo amargo abril, recordé “el otro abril” el que vivimos en Venezuela con nuestro Chávez. Es verdad, a Evo le quieren dar un golpe, no de esos que se llaman “suaves”, este viene con fuerza porque la canalla se retuerce. Nunca olvidaré el rostro del presidente Hugo Chávez cuando se lo llevaron preso la madrugada del 12 de abril del 2002, podría pasar horas describiéndolo y no sería suficiente para definir “el dolor por todos”. Pero la diferencia con el ahora es que hemos crecido. Aquella vez no teníamos ALBA, tuvimos amanecer a ¡Dios Gracias! Porque el pueblo marcó la hora, pero pasamos momentos de espinoso tormento. Hoy para Evo tiene que ser diferente. Hoy Bolivia somos todos y el imperio no nos puede derrumbar a todos. Hagamos ya el 13 de abril para esa nación que lo espera. Evo es lo mejor que le ha pasado a Bolivia, es ya no solo la promesa, sino la verdad de transformación, superación y respeto del pueblo. Siempre me gustó mucho el nombre de ALBA para la alternativa bolivariana, porque significa que “Amanece, siempre amanece y nos da la oportunidad que el sol se vea más bonito” pero para verlo, hay que vencer las tinieblas. Una vez más estamos a prueba y aunque el himno de mi tierra no es el mismo en La Paz, nos unen los libertadores del pasado que se levanta. Oye Bolivia: “Y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio”…hoy mañana y siempre: ¡Gloria al bravo Pueblo! Desde Venezuela, VOY A EVO… ¡Boliviano! ¿Tu qué dices?

Teresa Maniglia
Periodista
(Material difundido por Jorge Daffra)

Rolando Revagliatti: Tres Poemas


GALLINÁCEA


Con guita
cantaría otro gallo
Retocado aquí y allá
acentuaría mi vigencia
No daría tregua ni
la mangaría

Con guita
el gallo
amanecería más temprano.



NECESITO ENEMIGOS

Necesito enemigos notables
si anhelo ser notado
hacerme de enemigos figurones
si ansío figurar
talentosos enemigos en ascenso

-Apúntales a ellos-
me dicta mi introyecto materno
pendenciero
-si aspiras a encumbrarte-

¡Cuánto me mortifica
mi mediocridad!



¿POR QUÉ MATÉ?


¿Por qué maté a la araña?

Yo recogía hojas
de sauce
en la terraza
y las introducía
(¿por qué maté a la araña?)
en una bolsa
plástica

¿Por qué maté a la araña
-agachado-
en esa fresca y soleada
mañana de sábado?
Maté sin pensar, sin respaldar
mi intrascendente pisotón

¿Por qué maté a la araña?
¿Por qué incluí a un caracolito
en la bolsa plástica
sin destinarle
una mirada responsable?
¿No era que yo "amaba"
a los
caracolitos?

¿Por qué

si esa mañana
fresca
de otoño
yo andaba optimista
chispeante

maté
a la araña?
¿Qué bicho me picó?

¿Por qué diantres maté
a la minúscula araña

que ni araña sería
ya que lucía (creo)
alillas transparentes
pero eso sí (creo)
largas patas
las que configuraron
en el fogonazo
del instante
a esa araña

que aplastó
mi aborrecible
derecha
zapatilla?


Rolando Revagliatti
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Desde febrero que no escribía nada!...
Hay algunos poemitas nuevos, si tenés tiempo pasá y dejá tu comentario:
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Especial Literatura y autismo:
Revista literaria "En Sentido Figurado"
www.ensentidofigurado.com


Ya salió nuestro diccionario en el castellano:
http://www.elcastellano.org/ns/edicion/2008/abril/diccionario.html



Desde España Ocho y medio libros de cine:
Estas son algunas de las novedades que han llegado a nuestra librería durante esta última quincena. Podéis consultarlas todas en nuestro catálogo: http://www.ochoymedio.com/tienda/index.php , así como los boletines anteriores, y por supuesto el catálogo completo.


Deformación Literaria:
ÑUSLETER las 24 hs en
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Boletín de Poesía/ Página de Poesía/ Ramón Fanelli:
www.paginadepoesia.com.ar