El placer de manifestarse Un placer, tomar el subte y ver la gente que va en tu mismo camino y hoy les hablás, se hablan. Se rompe ese cristal que nos encierra ¿Por qué si van es por algo no? Ir, es decir con el cuerpo, aquí estoy. Sigo siendo la misma que saltaba en esta plaza, hoy tan linda, con burbujas de jabón agujereándole el cielo, bandadas de palomas que vuelan porque les ocupamos su lugar. Nosotros si, nosotros, sobrevivientes de tantos naufragios, seguimos en pie, creemos, recordamos, dispuestos a crear o al menos a aceptar lo nuevo. Lo nuevo tiene algo del pasado y algo diferente y hay quienes no pueden ver eso diferente y dicen, "si pasó va a volver a pasar",inexorable determinismo, circularidad borgiana. Está bien reconozco, nos pasó muchas veces,(que nos defrauden los deseos) ¿por eso vamos a dejar de desear?. Mientras me veo en todos, recuperando cintitas y palabras. La lluvia nos quiere empujar pero no puede. Los otros, las canciones, me protegen. Es un cambio, yo los cuido con mi sonrisa. Quedarse parece un pacto tácito, me pongo la bandera sobre la cabeza y siento un amparo. Eso es la patria, al menos una en la que creo.No la que separa sino la que une, canta el español,los uruguayos,el cubano. Nos caen los poemas, los abrazamos. Hemos creído en tantas cosas pero ¿acaso no existen los unicornios azules?. En voz baja les cuento algo, pero no lo digan, todavía creo en los cuentos de Hadas. No, nada de príncipes españoles que se casan, eso no me conmueve. Si hubiera cantado EL GALLO ROJO, con esta boda no joderían, me digo cuando escucho por enésima vez el menú. Ni me emocionan las carrozas, tampoco los tonos rosados, ¿entonces qué?, me preguntan es que ¿no se acuerdan de los cuentos? En las historias,los pequeños, después de muchos trabajos y desventuras, logran vencer al gigante maligno. La voz de Silvio Rodríguez surgida de ese país chiquito, se agranda, por ahora el ogro vecino, no pudo. Tenemos que creer y porque creemos es que estamos acá. Ellos nos quieren convencer que es inútil luchar contra los gigantes malvados, pero a ellos sí que no hay que creerles. Al final el himno. ¿Fuiste sola? si pero estuve muy acompañada contesto mientras recuerdo, tantos brazos balanceándose, buscando ese pequeño cielo posible que hay que conquistar.
Cristina Villanueva
libera@arnet.com.ar
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1 comentario:
Cris esto que escribiste es muy particular, hace que uno se sienta que está allí. Los contenidos son muy buenos y lo que se lee entre lineas también. Un dejo de tristeza porque a veces se piensa que en la lucha se está sola. Un motor de fuerza cuándo se piensa en los ogros y en los cielos que hay que conquistar. MUY BUENO. Felicitaciones. Un abrazo. Mercedes Sáenz
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