Revagliatti recitando en el Teatro G. Verdi, Venado Tuerto, Pcia. Santa Fe, Octubre 2008.
Prólogo de Delfina Acosta para futura re-edición del poemario “Picado Contrapicado” de Rolando Revagliatti.
SIN RED ABAJO
Las sirenas cantan en el lado del mar que les corresponde, los albatros van dejando su reguero de sangre sobre la arena, los marineros querrían cantar los nombres de sus amantes junto a las escotillas del barco, pero no les nace sino una exhalación de humo de cigarrillo.
Rolando Revagliatti, poeta de la Argentina, canta.
Y a veces maldice, pero como entre lágrimas que queman. Y hace bien en maldecir. La maldición es hermosa y hace falta escupirla cuando el pus del mundo recorre las vértebras del hombre cansado.
Hallo en la poesía de Rolando una enorme necesidad de ponerse al lado de la mujer que entrega su cuerpo por una mentira de amor, unas ganas irrenunciables de molestar, de atormentar al amor mismo, con todas las sílabas y todas las letras, para que termine hablando, confesando, vomitando su verdad.
Dirá entonces, ante tanta insistencia del poeta, el amor, su historia. Y esa historia puede parecernos a nosotros, los lectores, tan malacostumbrados al molde de la poesía tradicional, un susto, un suspenso en el aire, una copa de cristal caído en el suelo.
Los poemas encuentran una manera especial de expresión en los versos del autor.
Su niñez corretea, a veces, por sus líneas.
El sexo es en sus páginas un panal de abejas donde la miel es elaborada durante noches y días, por unos insectos que se aprestan, llenos de vida, a llenar de dulzura la colmena.
Si dijéramos los poetas: “Éste es el arco, y allá está la hondonada donde crecen los lirios del valle. Que no tiemble el pulso al disparar la flecha. Hay que dar en el blanco de la poesía”; si dijéramos esas palabras los poetas, seríamos pequeños dioses.
Rolando Revagliatti dispara sus flechas. Y la poesía sale de él alevosa, aunque rica en invención.
Cuando la poesía es inventar, hay versificadores que inventan mal, o no inventan nada.
Entonces ocurre que Rolando Revagliatti, sin saberlo, acaso, va dispersando sobre la mesa las diversas monedas de su tesoro. Tiene un poco de tristeza, mucho de ironía, bastantes monedas de cansancio de este mundo ancho y ajeno, siete monedas de novedad, más diez monedas para sorprender al lector.
Y arma con sus versos, un acto digno de un trapecista perfecto, hermoso, angelical. Claro que no hay red abajo.
DELFINA ACOSTA
delfina@abc.com.py
Asunción, Paraguay, octubre 2008.
Algunos de los poemas incluídos en "Picado Contrapicado":
“L’ ete prochain”
Prólogo de Delfina Acosta para futura re-edición del poemario “Picado Contrapicado” de Rolando Revagliatti.
SIN RED ABAJO
Las sirenas cantan en el lado del mar que les corresponde, los albatros van dejando su reguero de sangre sobre la arena, los marineros querrían cantar los nombres de sus amantes junto a las escotillas del barco, pero no les nace sino una exhalación de humo de cigarrillo.
Rolando Revagliatti, poeta de la Argentina, canta.
Y a veces maldice, pero como entre lágrimas que queman. Y hace bien en maldecir. La maldición es hermosa y hace falta escupirla cuando el pus del mundo recorre las vértebras del hombre cansado.
Hallo en la poesía de Rolando una enorme necesidad de ponerse al lado de la mujer que entrega su cuerpo por una mentira de amor, unas ganas irrenunciables de molestar, de atormentar al amor mismo, con todas las sílabas y todas las letras, para que termine hablando, confesando, vomitando su verdad.
Dirá entonces, ante tanta insistencia del poeta, el amor, su historia. Y esa historia puede parecernos a nosotros, los lectores, tan malacostumbrados al molde de la poesía tradicional, un susto, un suspenso en el aire, una copa de cristal caído en el suelo.
Los poemas encuentran una manera especial de expresión en los versos del autor.
Su niñez corretea, a veces, por sus líneas.
El sexo es en sus páginas un panal de abejas donde la miel es elaborada durante noches y días, por unos insectos que se aprestan, llenos de vida, a llenar de dulzura la colmena.
Si dijéramos los poetas: “Éste es el arco, y allá está la hondonada donde crecen los lirios del valle. Que no tiemble el pulso al disparar la flecha. Hay que dar en el blanco de la poesía”; si dijéramos esas palabras los poetas, seríamos pequeños dioses.
Rolando Revagliatti dispara sus flechas. Y la poesía sale de él alevosa, aunque rica en invención.
Cuando la poesía es inventar, hay versificadores que inventan mal, o no inventan nada.
Entonces ocurre que Rolando Revagliatti, sin saberlo, acaso, va dispersando sobre la mesa las diversas monedas de su tesoro. Tiene un poco de tristeza, mucho de ironía, bastantes monedas de cansancio de este mundo ancho y ajeno, siete monedas de novedad, más diez monedas para sorprender al lector.
Y arma con sus versos, un acto digno de un trapecista perfecto, hermoso, angelical. Claro que no hay red abajo.
DELFINA ACOSTA
delfina@abc.com.py
Asunción, Paraguay, octubre 2008.
Algunos de los poemas incluídos en "Picado Contrapicado":
“L’ ete prochain”
No te amo
no se me esfuma la vida en este último abrazo
no temo no temeré
no mando
no caemos de una cama
no te recuerdo no disputo
no sondeo mi aburrimiento
no tengo frío
no temería no temí
no vacilás ante mis desaires ni ante mi influencia
no soy un canalla
ni un imbécil.
“L’ ete prochain” (“El próximo verano”), filme dirigido por Nadine Trintignant.
“Defense de savoir”
Orbitamos alrededor del muerto
algunos orbitamos próximos a él
algunos otros orbitamos también
próximos pero con asco
Orbitamos llenos con nada
irritando, seduciendo
y bastante necesarios
Al muerto algunos
hasta lo matamos.
“Defense de savoir” (“Prohibido saber”), filme dirigido por Nadine Trintignant.
“Circulez a rien a voir”
Dar con mis huesos en la cárcel de esa mujer
Dar con mis huesos sospechantes de irreductible
policía en la cárcel de esa mujer
Dar con esa mujer
que es la cárcel
Dar con esa morada
que es esa mujer
Morada esa cárcel
para un policía.
“Circulez a rien a voir” [“No me rompas (por favor)”], filme dirigido por Patrice Leconte.
“Tango”
Calígrafo de los cielos
revoltoso en los cielos y en las tierras
no somos todos como tú
yo por ejemplo no soy un cornudo expeditivo como tú
ni entre paréntesis como tú un diligente eventual embarazador
Enfurezco sin clase, impresionable, zonzo
ante las vulnerantes apariciones de mi adúltera
Con fea letra yo escribo que aún la amo.
“Tango” (“La maté porque era mía”), filme dirigido por Patrice Leconte.
“Le mari de la coiffeuse”
Cómo me exponía, cómo es que me exponía
cómo no exponerme, cómo contradecirme
cómo no manifestarme deseoso de mi prematuro enlace
con la redonda alsaciana
Catatónico
afloro apuntalando a la alsaciana
Alsacianas mis peluqueras
danzando lo árabe con mis alsacianas sucesivas
pompones de lana de mi malla de lana
testículos de la ardorosa malla de mamá
huelen a vainilla
Fugando mis alsacianas
a por barbitúricos, a por yogur
improviso arabescos y crucigramas
así, diáfano
esperanzado.
“Le mari de la coiffeuse” (“El marido de la peluquera”), filme dirigido por Patrice Leconte.
“Sweet dreams”
Alguien tiene que serlo
tiene que serlo y que bailar ya mismo
Alguien tiene que hacerlo aunque nunca lo haga
Alguien tiene que destartalar la inercia
Alguien tiene que reconocerse sediento
Alguien tiene que lograr asimilarse a sus sueños
Alguien tiene que atisbar sus verdaderas rosas amarillas
Alguien tiene que merecer sus rosas amarillas
Alguien tiene que anidar en los brazos de mi nena
Alguien tiene que atreverse a necesitarme más que a nada en el mundo
Alguien tiene que poder alegrarme bajo la luna azul de Kentucky
Alguien tiene que grabar mi tema “Alguien
tiene mucho que vivir a mi lado”.
“Sweet dreams” (“Dulces sueños”), filme dirigido por Karel Reisz.
Rolando Revagliatti
revadans@yahoo.com.ar
1 comentario:
Muy buen prólogo y unos poemas de RR que me parecen excelentes. Después de leer uno por uno y lentämente surgen un montòn de cosas y de sensaciones én la mirada tan particular de RR. un abrazo. Mercedes
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