domingo, 16 de noviembre de 2008

Del poemario de Yamila Greco



VI


estremece mi espalda la pisada

y la palabra escondida

dentro de todo fondo conquistado

yo pretendo más

la lucidez del gancho y la fuerza de la cuerda

sangrar entonces

y reaparecer por las encías

perforando el lujo de la boca abierta

treparme el rostro a pedazos

o confiarte a mis uñas

en el único intento de mi mano pocilga

porque el conejo es tremendo

dentro de la carne sola

ceniza hirviente, chilla exquisito

yo lo busco con desesperación de diente antiguo



VII


ofrecer ahora la mueca histérica de mis muletas

huir clavada en cruz por hambre y consuelo

de un diente aferrado

agita mi noche, el alto baile de la sangre

el choque de las mandíbulas

para hacer de ese gemido

mi órgano más soberbio




VIII


lunes (no) martes (no) miércoles (no)

jueves (no) viernes (no) sábado (no)

domingo (no)




es la prepotente administración que hicieron de las cuerdas

lo que nos obliga a festejar cabezas




IX



divulgar el filo sobre las caries

de toda madre inquietante

y derrocharse mediante el vómito




golpear con el cielo el cuello

cubiertas las pupilas por la cera oculta de la noche

caer agudo al precipicio y llamarlo asesinato



X



Tragar

noche

hasta

morir

en

altas

ventanas

de

luz



abro mis piernas

en plena búsqueda lunar



y encuentro conejos



(Continuará)

Yamila Greco

1 comentario:

silvia dijo...

una poética que le permite al lector varios puntos de vista.Muy buenos!. Cordialmente,


Silvia Loustau