domingo, 2 de noviembre de 2008

Del poemario de Yamila Greco


I


lo que nos recuerda las manos son las cuerdas

entonces manifiesto por los ojos la angustia y la crueldad

del plástico forzado por mi cadáver

es mantenerse incluso cuando los brazos forman huecos

no el estómago cansado

sino la insolencia de rasgar su privilegio

la cercanía limita el encaje que es la carne

mediante el grito que nos triunfa en delirio acabado

yo me postergo y me rebelo

contra la blanca solicitud de la pared reinante

y cargo heridas

aullar o permitirse el encierro

creo pero tener

el desnudo babosa el rastro plateado

y mi jurar no consentirse en espejos indecibles

es la lo

que das

mi búsqueda es un cuchillo o una piedra y otra flecha

machacadas contra la fuerza recta

pero quiero pertenecer

la cocina tiene patas son las arañas restantes

de la comida podrida

de mamá

es el designio de la abuela antes de

muerta

es mi propio ser habitando por la risa abierta

es la gota seca de la rabia marcando muecas

mi baba retorcida en precipicios

a pleno diente roto su garganta es mi depósito



II


los gritos son el inicio de toda creación maldita

fieras de mi alteración el golpe de los pasos y las puertas

que vienen por que no se van ajenas a todo lo que se suicida

por que no te corto los pies

y elevo al mundo

fija a las necesidades altas porque no queda fondo que

temblar

la visión única de la cuna muerta por asfixia

de una escalera comunicando con mi palabra

metástasis es mi hermana

o el desequilibrio sin presencias deformadas

dentro de una habitación sostenida por la basura



III


yo no sé si levantar el nylon que cubre mis párpados

cuando el cuerpo se me revuelve en celo

atrevida en leche por mi nariz torcida en sangre

presagio del puño altivo que me descubre en asco

así el espejo sobre el pie que finge cuerdas

por que no el sueño por que no

suplicando los muros de un cadáver tibio

mi almohada es una bestia lúcida

cría salvaje de una mente inexistente

es un dedo custodiado por el ojo de la noche

un suicidio consciente y lento

donde se nutre mi perro yo me hago carne

derramada cruda en las ampollas del nacimiento

el agua me surge hervida

...........salir quiero

temblando mi garganta en peste

porque todo respira




IV


manifiesto que existo
castigo de mí

última familiaridad posible
estos muros quietos

que saben de los gritos
y del silencio más aterrador

de la soledad más viviente

no se habla de mi sufrimiento
nadie habla

espero el sol como una derrotada




V


la entrada es por el ombligo de toda muerte

donde el llanto mastica

la escara sacra por donde se asoman los huesos

a través de la carne

yo me perjudico el ojo

cuando la bestia resplandece el cierre

yo abro los labios

y demuestro hambre

es la lujuria de Dios con su hábito de sombra

arrastrando mi nacimiento contra las ventanas


(continuará)

Yamila Greco
Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1979. Parte de su obra literaria se publicó en la antología "Cadáver en mano” (Visceralia Ediciones, Santiago de Chile). Realizó la introducción del libro "La Liga", para el poeta chileno Christian Pérez (Visceralia Ediciones, Santiago de Chile). Su texto "V" ha sido seleccionado para participar en la obra "Verso a verso" (Editorial Dunken, Buenos Aires, 2008).Colabora en diversas publicaciones literarias, como "Los Digitales" de "Puertas Abiertas", "Lexia", "Cinosargo", "El Proletario", "Cañasanta", "El Cálamo" "Alkionehoxe", “Palabras Descalzas”, “Punto en Línea”, “Remolinos” y “El Coloquio de los perros”. La revista de poesía chilena Lakúma-Pusáki dedicó una nota a su trabajo poético. Sus poemas han sido traducidos al italiano y al inglés. Otros textos de su autoría pueden encontrarse en http://blog.myspace.com/respirarpuedeserunfracaso


2 comentarios:

dazet dijo...

Miro alrededor con desanimo. El verbo encerrado en el reverso, como un sueño capaz de transgredir las sombras. Restauración de los espejos, recomposición de la máscara. El párpado de la humanidad es espeso.

A pesar de todo

la poesía
es
posible

Gracias Aníbal por tu apoyo.

silvia dijo...

Yamila, excelente tu poética que me hunde en la angustia pero que salva con la palabra exacta. Afectuosamente,

Silvia Loustau


www.silvialoustau.blogspot.com