Verde que te quiero verde
Queridos amigos:
Estos hechos que me hacen tanto mal, me recuerdan la suerte de tener amigos que todavía piensan y sienten, con quienes compartir la bronca y la tristeza.
Es bueno que alguien no crea que tener unas ideas, es la repetición exacta de lo que los medios proponen. Discutir en esas condiciones con otro es imposible, ya que están blindados de imágenes y consignas.
Hemos salido a lo largo de la vida a defender muchas causas. Derechos que quedaban vulnerados y que ponían en riesgo necesidades elementales de personas o países (a ser libres, a comer, a estudiar, al trabajo, a la cura, a la cultura, a la diversidad de religiones, de identidades sex, al derecho a existir sin ser discriminado, etc.). A que los países más fuertes no se impongan a los más pequeños, para sacarles materias primas o ventajas varias, por la persuasión o por las armas. A que las empresas multinacionales no nos contaminen la vida, los sueños, el mañana..
Hemos salido a exponernos, desamparados.
Hoy salen estos nuevos "héroes" abrigados por la santa tele y en el saber que no los van a herir o matar, como a muchos, como a tantos, que pidiendo justicia por alguna causa, dejaron su sangre en alguna calle, en algún puente, en algún lugar cerrado a los ojos de los que nunca ven nada...
La violencia, la prepotencia de estos sectores, que no atacan a un gobierno, atacan la posibilidad misma de la democracia, atacan a muchos de los que los defienden, y si ganan nos dejarán sin los platos nuestros en la mesa, porque será más redituable la exportación.
Digo que no disparan contra un gobierno porque lo hicieron contra uno, tan apenas iniciada su gestión, que el tiro por elevación va más a la idea de disciplinar la posibilidad de que el estado pueda regular y pensar en todos los sectores, no sólo en los poderosos.
Los mismos que aullaron porque los albañiles cortaron calles en la ciudad de Buenos Aires, un día. Los albañiles, aunque no tengan tierras, ni casas, trabajan y mueren trabajando. Contra la inseguridad de ofrecer la vida en el andamio protestaban. Son los mismos que hoy, tratan como a héroes, a los que nos impiden transitar, derraman la leche, y violentan nuestra libertad en su beneficio, durante un tiempo que superó todos los límites conocidos.
Estos nuevos "héroes" que no arriesgan nada, porque tranqueras adentro siguen trabajando, y van a ganar muchísimo con su trabajo, o con su capital, ya que la tierra siguió valorizándose. No luchan por su ganancia, la tienen asegurada, y son sumas que a la mayoría de los que los defienden les costarían imaginar. Luchan por más, por un poco más de una ganancia extraordinaria que no tiene que ver con su trabajo, tiene que ver con una coyuntura internacional excepcional. Ellos no quieren invitar al país a un poco de ese resto, un hospital, una ruta. La riqueza desmesurada de ellos no se transformará en ninguna alegría colectiva. Por la índole de la actividad, dan trabajo a poca gente, muchas veces en negro.
El héroe entonces es verde, es el que lucha, no por los otros, ni por sus compañeros, ni por necesidades elementales, ni por ganancias, que las tienen aseguradas. Lucha por ese emblema, símbolo verde dólar. Lucha por una lluvia de dólares que puede darlo todo, hasta el heroísmo a gente que no pone nada para el bien común.
Por eso piensen, no está en juego la belleza verde de los árboles,la maravilla verde del campo paisaje. Los que siempre se ampararon en el sucio verde de los uniformes militares, esta vez ayudados por los colores brillantes de la tele, libran una epopeya.
La epopeya del verde dólar.
Cristina Villanueva
libera@arnet.com.ar
Queridos amigos:
Estos hechos que me hacen tanto mal, me recuerdan la suerte de tener amigos que todavía piensan y sienten, con quienes compartir la bronca y la tristeza.
Es bueno que alguien no crea que tener unas ideas, es la repetición exacta de lo que los medios proponen. Discutir en esas condiciones con otro es imposible, ya que están blindados de imágenes y consignas.
Hemos salido a lo largo de la vida a defender muchas causas. Derechos que quedaban vulnerados y que ponían en riesgo necesidades elementales de personas o países (a ser libres, a comer, a estudiar, al trabajo, a la cura, a la cultura, a la diversidad de religiones, de identidades sex, al derecho a existir sin ser discriminado, etc.). A que los países más fuertes no se impongan a los más pequeños, para sacarles materias primas o ventajas varias, por la persuasión o por las armas. A que las empresas multinacionales no nos contaminen la vida, los sueños, el mañana..
Hemos salido a exponernos, desamparados.
Hoy salen estos nuevos "héroes" abrigados por la santa tele y en el saber que no los van a herir o matar, como a muchos, como a tantos, que pidiendo justicia por alguna causa, dejaron su sangre en alguna calle, en algún puente, en algún lugar cerrado a los ojos de los que nunca ven nada...
La violencia, la prepotencia de estos sectores, que no atacan a un gobierno, atacan la posibilidad misma de la democracia, atacan a muchos de los que los defienden, y si ganan nos dejarán sin los platos nuestros en la mesa, porque será más redituable la exportación.
Digo que no disparan contra un gobierno porque lo hicieron contra uno, tan apenas iniciada su gestión, que el tiro por elevación va más a la idea de disciplinar la posibilidad de que el estado pueda regular y pensar en todos los sectores, no sólo en los poderosos.
Los mismos que aullaron porque los albañiles cortaron calles en la ciudad de Buenos Aires, un día. Los albañiles, aunque no tengan tierras, ni casas, trabajan y mueren trabajando. Contra la inseguridad de ofrecer la vida en el andamio protestaban. Son los mismos que hoy, tratan como a héroes, a los que nos impiden transitar, derraman la leche, y violentan nuestra libertad en su beneficio, durante un tiempo que superó todos los límites conocidos.
Estos nuevos "héroes" que no arriesgan nada, porque tranqueras adentro siguen trabajando, y van a ganar muchísimo con su trabajo, o con su capital, ya que la tierra siguió valorizándose. No luchan por su ganancia, la tienen asegurada, y son sumas que a la mayoría de los que los defienden les costarían imaginar. Luchan por más, por un poco más de una ganancia extraordinaria que no tiene que ver con su trabajo, tiene que ver con una coyuntura internacional excepcional. Ellos no quieren invitar al país a un poco de ese resto, un hospital, una ruta. La riqueza desmesurada de ellos no se transformará en ninguna alegría colectiva. Por la índole de la actividad, dan trabajo a poca gente, muchas veces en negro.
El héroe entonces es verde, es el que lucha, no por los otros, ni por sus compañeros, ni por necesidades elementales, ni por ganancias, que las tienen aseguradas. Lucha por ese emblema, símbolo verde dólar. Lucha por una lluvia de dólares que puede darlo todo, hasta el heroísmo a gente que no pone nada para el bien común.
Por eso piensen, no está en juego la belleza verde de los árboles,la maravilla verde del campo paisaje. Los que siempre se ampararon en el sucio verde de los uniformes militares, esta vez ayudados por los colores brillantes de la tele, libran una epopeya.
La epopeya del verde dólar.
Cristina Villanueva
libera@arnet.com.ar
1 comentario:
como siempre Cristina dice lo justo.También yo ,(como muchos?), tengo pena y bronca.
Giselle G.
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