Los últimos reflejos del sol
tiñen la larga cabellera
de la bella adolescente
que recorre el jardín.
Su esbelto cuerpo se mueve
entre flores y arbustos,
sus sueños asoman
mientras observa los rosales.
La brisa perfumada la acaricia
y su piel muestra placer,
su rostro se ilumina,
un suspiro escapa de sus labios.
Sus bellos ojos claros
miran un pimpollo aterciopelado,
un pájaro agita sus alas,
las ramas se balancean.
La joven se deleita
con la dulce primavera,
el brillo de la vida
resplandece en su sonrisa.
María Griselda García Cuerva
mg_cuerva@yahoo.com.ar
domingo, 4 de noviembre de 2007
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