Cuando la Asamblea del Año XIII abolió aquí la esclavitud debe de haber habido algún esclavista que se opuso. Por suerte el Estado intervino en el mercado humano y logró desesclavizar a la patria. No se me ocurre pensar que hubiera esclavos que estuvieran en contra. Por eso hoy es democráticamente inexplicable, que una ley firmada por Videla, Martinez de Hoz y Harguindeguy tenga defensores en el Congreso. Más me resisto a creer que haya periodistas que prefieran aquella ley a la nueva. Faltan horas para el día de la “Kriptonita”. ¿Se acuerdan? Aquel mineral dorado del planeta Kripton: el único poder que hacía vulnerable a Superman. La que ahora nace es una nueva “kriptonita” que vence y reduce Multimedios y monopolios a tamaño small o estándar. Tanto llamarla la Ley “K” y al final la “kriptonita” viene a cumplir la profecía. Déjense de acosar a la letra y a lo mejor vuelve calladamente al abecedario. “ Nada por aquí, nada por allá, abracadabra, la ley de radiodifusión ya está aquí”. Nace en ese ámbito de la democracia- a veces tristemente apagado o dramáticamente sometido- y aparece de pronto iluminada, intangible como un patrimonio constitucional argentino. Exige tener la cabeza libre. Porque todos empezaremos a asumir un desafío, como relatores de noticias o como consumidores de relatos. Acostumbrados al acuario hegemónico nos vamos a enfrentar con el mar abierto. Sabemos nadar pero hace mucho que nadamos en espacios reducidos. El mar es vasto y asusta, sobre todo a los delfines muy acostumbrados y cómodos en cautiverio. Scalabrini Ortiz hace setenta años escribía: “Todo lo que nos rodea es falso e irreal. Falsa la historia que nos enseñaron, falsas las creencias económicas con que nos imbuyeron, irreales las libertades que los textos aseguran…Es necesaria una virginidad mental a toda costa”, decía Scalabrini. Vírgenes podremos cumplir con aquella sentencia de Platón: “ Verdadero es el discurso que dice las cosas como son: falso el que las dice como no son”. Para Platón era fácil advertir la diferencia. Pero no para uno que oye el mismo discurso en todos lo canales. Por eso la ley de la libertad de prensa y de la libertad de ser informado, va a inaugurar la era de la virginidad mental mediática. Hay de todo para elegir. El que quiera quedarse en la prehistoria tiene la libertad de quedarse en el acuario.
Orlando Barone
Carta abierta leída por Orlando Barone el 9 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.
http://orlandobarone.blogspot.com/
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