lunes, 12 de octubre de 2009

Ingrid Storgen: 12 de Octubre



12 de OCTUBRE no es fiesta, es dolor...

Debemos dejar para las generaciones que nos sucedan el ejemplo que indique que a la vergüenza no se la honra, se la desprecia.

Aproximadamente 50 siglos antes de la era cristiana América estaba habitada por tribus indígenas. Para desarrollarse contaban con el aporte desinteresado de la naturaleza tan pródiga como lo ha sido en todo el territorio americano. En esa época si bien no estaban en apogeo las teorías delirantes de los pregoneros del PRIMER MUNDO, ya comenzaba a vislumbrarse el rumbo para que éstos irrumpieran en escena. Alta cuota de sangre estaba a punto de ser derramada, sangre que las diferentes vertientes de la historia que con los años se escribiría no pudieron pisotear, porque sigue allí, fresca e imborrable en cada cicatriz perpetua de la PACHA MAMA.

Así fue como colocaron a nuestros indígenas en el lugar común del "material descartable", convirtiéndolos en víctimas de fines absolutamente espurios. Fértiles valles, amplias sabanas, campos que daban frutos con tanta grandeza, despertaron las codicias de los conquistadores que creyeron encontrar el paraíso terrenal y que no llegaron precisamente de paseo. Los Reyes de España habían oído hablar de las inmensas riquezas que ofrecían las tierras de nuestro continente aún no descubierto, por ellos al menos, en toda su extensión, el reflejo del oro americano encandilaba la razón de los monarcas que se abocaron a la tarea de saquearlo para engrosar sus arcas malditas.

La Reina Isabel, madrina de la Santa Inquisición , asesina y nada tonta por otra parte, fue quien apostó a la "empresa" que le proponía Colón, seguramente mientras hacía sus cálculos pensando en la factura que habría de pasar por la "confianza" dispensada. El tema no era salir del Puerto de Palos porque sí nomás, eran muchos los intereses materiales, era mucho lo que habría de lograrse a cualquier precio así fue como doña Isabel, con el correr del tiempo y de las naves, terminó siendo dueña del Nuevo Mundo. Utilizó el nombre de la Fe y la Evangelización en el tétrico proyecto que habría de causar el exterminio despiadado de nuestros nativos, que cayeron en el martirologio previamente salpicados con agua bendita sus mansos cuerpos, mientras su sangre regaba la tierra tan suya como el dolor.

El opresor omnipotente ante la absurda correlación de fuerzas, lleno de orgullo y soberbia, tal vez miraba al cielo haciendo guiños a Dios por los nuevos adeptos. Así se expandió la fe, haciendo añicos la cultura ancestral de nuestros indios. Así se cometió el genocidio. Así comienza la historia que aún hoy sigue en carrera.

Se inició de esta manera el mercantilismo capitalista que llegó para saquearnos hasta lograr etapas de superación inimaginables para luego ir cometiendo otros genocidios. Nuestra América recibió la primera visita del GRAN CAPITAL, ensordecida por el rugido atronador de los cañones disparados por esos seres que "parecían inmensos" a los ojos puros de nuestra gente, opresores que llegaban para quedarse, arrasando lo que encontrara a su paso y dañando toda expresión de vida. Y se fue tiñendo de sangre su piel cobriza, cayeron sus cuerpos abiertos por las espadas, ¿Se habrá escondido el sol por la tristeza o habrá sentido acaso vergüenza ajena? Lo cierto es que la vida no siguió como si nada. Continuó la masacre condenando al éxodo a los nativos, quienes fueron espantados hacia las zonas mas áridas, aquellas que no eran útiles a la voracidad de los amorales dándole paso así a la mezquindad, producto de la avidez, en nombre de la civilización y amparados por el dogma.

En Colombia y no obstante la inferioridad en cuanto a posibilidades, la historia lleva estampadas en sus páginas la heroica lucha con que resistieron el despojo las tribus indígenas. Los TAIROS, BONDAS, GAIRAS, PIJAOS, SINUES, GUAHIBOS, liderados por los caciques LA GAITANA , CALARCA, TUNDAMA, hicieron frente al opresor. LA GAITANA organizó la resistencia con los PAECES, echando por tierra el orgullo de muchos recién llegados. Principios de lucha guerrillera se vislumbraban entonces.. De la misma manera han resistido la invasión otros pueblos, con heroísmo, con la fuerza de la verdad que es inexorable. Y hoy mismo luchan por su raza, por su cultura, por sus recuerdos.

Imposible no recordar honrando en este día la memoria del INDIO HATUEY, jefe TAINO de la isla de La Española , quien escapó en canoas con cuatrocientos hombres, mujeres y niños para advertir a los cubanos que llegaban los españoles y lo hacían a sangre y fuego, atraídos por el oro. Perduran en el tiempo las palabras de HATUEY cuando dirigiéndose a su pueblo con una cesta llena de oro explica: ".éste es el dios que ellos adoran. Nos dicen que adoran a un dios de la paz y de la igualdad, pero usurpan nuestras tierras y nos hacen sus esclavos. Nos hablan de un alma inmortal y de sus recompensas y castigos eternos, pero roban nuestras pertenencias, seducen a nuestras mujeres, violan a nuestras hijas. Y como no pueden igualarnos en valor, estos cobardes se cubren con hierro que nuestras armas no pueden romper." Hatuey fue apresado en 1512 y atado en una hoguera. Un sacerdote de esos que acompañaban las masacres convirtiéndose en cómplices absolutos del despojo, le ofreció la salvación de su alma, mostrándole una cruz y ofreciéndole "aceptar a Jesús para ir al cielo". Hatuey, sabiendo que la muerte estaba cerca, arrojó en el rostro del asesino una frase que lo definió completamente: "¿Hay gente como ustedes en el cielo? Yo no deseo saber nada de un dios que permite que la crueldad fuera hecha en su nombre". La hoguera empezó a arder, alcanzando el cuerpo de un hombre que fue un ejemplo de su raza, un ejemplo de dignidad.

Con el tiempo que siempre pasa dejando huellas, otro cínico demente, se atribuiría el poder de entablar conversaciones con Dios, quien le sugeriría en el centro de su mente absurda, que debía atacar a quienes el sintiera sus enemigos, los terroristas, pena que no le dirigiera su mirada hacia un espejo, que sería lo que le devolvería su propia imagen.

Desplazamientos forzados, explotación, marginación, exclusión, blasfemia, es lo que pretenden que soporten hasta la actualidad los indígenas de nuestros pueblos latinoamericanos, no obstante allí están de pie, manteniendo sus raíces profundamente arraigadas a la PACHA MAMA que les dio la vida, en muchos casos encarcelados, torturados por cometer la osadía de querer ser lo que son, de no renegar de su historia ni de su pasado, con el silencio y la grandeza que los hará heroicos para siempre. Dan fe de ello los prisioneros políticos Mapuches que en Chile se oponen al robo de sus recursos. Sin embargo y por esa extraña cuestión ya establecida, muchos de los que cometieron las masacres mas horrendas contra nuestros indígenas, fueron considerados HEROES y sus nombres fueron grabados en placas de bronce, en sus memorias fueron erigidos colosales monumentos, recibiendo el homenaje de quienes por error u omisión se quedaron estancados en la otra historia, la de la aberración y la vergüenza.

Por ello este 12 de Octubre, llamado "DIA DE LA RAZA " por algunos, "DIA DE LA RESISTENCIA INDIGENA " para otros, no puede ser un día de festejo, sino que debe convertirse en una jornada de reflexión y lucha, de concientización, de trabajo colectivo para que nunca mas los intereses económicos puedan continuar sembrando muerte en los pueblos. Es deber imprescindible manifestar nuestro repudio a los métodos criminales de que se valió la llamada colonización, nuestros hijos y nietos deben saber que hay otra historia escrita desde lo mas profundo de las almas.. Y esa es la historia de la que son testigos los pueblos, de la que es testigo el dolor.

Debemos dejar para las generaciones que nos sucedan el ejemplo que indique que a la vergüenza no se la honra, se la desprecia.

Ingrid Storgen

1 comentario:

Silvia Loustau dijo...

Un texto para reflexionar, para comentar , para sentir, un texto que nos hace tomar conciacia del ENCUBRIMIENTO de nuestra América. Gracias y un saludo de