Lejos quedó el paisaje verde
de jazmines salpicando el aire.
Ya no canta el arroyo
ni las ranas se escurren
por las piedras.
El jardinero olvida
abonar a la tierra con su canto.
Sedientas las raíces
arrastrándose al sol
buscan cercar el tiempo.
No hay murmullos
en la tarde que asiste
a postergar el viaje.
Toda la primavera se diluye
en surcos que crepitan.
Aquel jardinero que sembraba
se ha quedado a la sombra
de mi ombú
contando margaritas
en sus dedos.
Silsh
(Silvia Spinazzola)
-Argentina-
silsh@silsh.com.ar
http://www.silsh.com.ar
domingo, 9 de diciembre de 2007
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