Réquiem
Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando
Gardel y Le Pera
Buenos Aires, deseado mar embravecido
donde tus barcos se pierden bajo las fauces del espanto,
ciudad y caos como una reina desprotegida de soldados.
Tus luces son el único manto ante la tempestiva fugacidad
de tantas almas
Buenos Aires sin amigos y sin fe.
La miseria de tus calles va desgarrándose al sabernos indiferentes
como la mano que ataja la agresión constante de una mirada,
como la frialdad con que tus hijos han ido creciendo
abandonando el saber por la pluma del poder
y la ausencia de palabra.
Tus calles nos despiden ese olor a tango y graffitis coloridos de mensajes
repudiando un tiempo que no llega y prometido.
Los zaguanes han sido abandonados, sus misterios ya no permiten los abrazos
y nos vamos distanciando como efímeros fantasmas a la luz de una vela.
La ciudad de los patios dormidos en la calma de su fortaleza,
el trajín de un tránsito quejoso que nunca apoya su rostro en la tibia morada del descanso,
semáforos rompiendo la cotidiana irreflexión del olvido.
Patricia Corrales
corrales-patricia63@hotmail.com
Gardel y Le Pera
Buenos Aires, deseado mar embravecido
donde tus barcos se pierden bajo las fauces del espanto,
ciudad y caos como una reina desprotegida de soldados.
Tus luces son el único manto ante la tempestiva fugacidad
de tantas almas
Buenos Aires sin amigos y sin fe.
La miseria de tus calles va desgarrándose al sabernos indiferentes
como la mano que ataja la agresión constante de una mirada,
como la frialdad con que tus hijos han ido creciendo
abandonando el saber por la pluma del poder
y la ausencia de palabra.
Tus calles nos despiden ese olor a tango y graffitis coloridos de mensajes
repudiando un tiempo que no llega y prometido.
Los zaguanes han sido abandonados, sus misterios ya no permiten los abrazos
y nos vamos distanciando como efímeros fantasmas a la luz de una vela.
La ciudad de los patios dormidos en la calma de su fortaleza,
el trajín de un tránsito quejoso que nunca apoya su rostro en la tibia morada del descanso,
semáforos rompiendo la cotidiana irreflexión del olvido.
Patricia Corrales
corrales-patricia63@hotmail.com
2 comentarios:
Excelente, se podrían aplicar cada una de esas palabras a distintos lugares, donde parece que la bueno se borra, lamentablemente.
Atentamente.
Gabriela Abeal
EXCELENTE POEMA NOS VISTE CON LA MELANCILIA DE LO FUE. CORDIALMENTE,
SILVIAlOUSTAU
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