“Hay quien busca alas en los pies
Alas que sólo una palabra
Dicha a tiempo y con hondura
Proporcionan…”
Alberto José Pérez
Hay días que el claustro de la noche
se transforma en el verdugo de los verbos,
los ojos se difuman con la lagrima
y en sordinos se convierten nuestros sueños.
Hay días que el alba duele tanto
que deseamos mudar la piel y ser vampiros,
dormir largamente hasta el ocaso
con las ansías encrespadas en el pecho.
Hay días que se anuda la garganta,
que el aire estrangula los anhelos,
que la brisa sofoca la memoria
y asfixiados se sienten los recuerdos.
Hay días que solo una palabra
le devuelve el aliento a nuestro cuerpo.
16 de Mayo de 2008
Alas que sólo una palabra
Dicha a tiempo y con hondura
Proporcionan…”
Alberto José Pérez
Hay días que el claustro de la noche
se transforma en el verdugo de los verbos,
los ojos se difuman con la lagrima
y en sordinos se convierten nuestros sueños.
Hay días que el alba duele tanto
que deseamos mudar la piel y ser vampiros,
dormir largamente hasta el ocaso
con las ansías encrespadas en el pecho.
Hay días que se anuda la garganta,
que el aire estrangula los anhelos,
que la brisa sofoca la memoria
y asfixiados se sienten los recuerdos.
Hay días que solo una palabra
le devuelve el aliento a nuestro cuerpo.
16 de Mayo de 2008
La que pregunta
Hoy borré de mi hoja la sonrisa
y comencé a preguntar como Cortázar,
“dónde se van juntando las golondrinas muertas”,
“los almanaques de otro tiempo”, los recortes de las uñas”,
“las pelusas y las pestañas que se caen”.
Dónde guardas los besos que se roban
y las miradas que se hicieron en silencio y atrevidas.
En qué lugar del cuerpo recopilas las urgencias
y qué valor le das a las horas que rogamos no concluyan.
Hoy escribí en la bruma mil preguntas
y soplé con fuerza
para que lleguen hasta ti todas mis incógnitas.
Si nuestros pensamientos son como las ondas de radio
tú me escuchas en las calles y percibes mi energía.
Cómo se llama el viento que se lleva los suspiros
y la luna ¿es la misma cada ocaso?
o es otra la que nos acompaña cada noche.
Por qué el recuerdo debe ser parte del pasado
y no el hilo conductor que le borde flores a este día.
Dime
que no debo pedirle mis deseos a una estrella
y que anhelas lo que yo cuando leas estas líneas.
18 de Mayo de 2008
Gabriela Abeal
mgabi7@hotmail.com
1 comentario:
Querida Gabriela, ambos poemas son muy bellos. Pero el primero, pleno de nostalgias , me ha conmovido el corazón. Un abrazo,
Silvia Loustau
Publicar un comentario