Garzón recibe en París un premio por su papel en favor de los valores democráticos.- La Presidenta argentina asegura que la suspensión del juez español es "una regresión en la justicia universal"
Por Antonio Jiménez Barca París, 17/05/2010
En el auditorio abarrotado de la prestigiosa Escuelas de Ciencias Políticas de París, la famosa Sciences Po, el juez Baltasar Garzón, antes de recibir un premio por la defensa de la democracia, empuñó el micrófono y habló por primera vez en público desde que fue apartado de la Audiencia Nacional: "Las heridas que no se limpian se vuelven abrir". Y prosiguió: "Todas las leyes que apoyan la impunidad caen". Y agregó: "A veces la justicia universal se topa con dificultades para no investigar crímenes que no prescriben, dificultades en forma de olvido, perdón o amnistía". Y agregó: "Es compatible la memoria, la justicia y el resarcimiento a las víctimas".
El juez llegó a las ocho de la noche al auditorio, que aplaudió al recibirle, muchos puestos en pie. Venía a París a recibir el premio de la asociación de estudiantes "Joven República" por su "defensa de la democracia en situaciones hostiles". El acto, planteado en principio como un coloquio sobre la justicia universal, acabó derivando en un homenaje entero al juez español. A su derecha se sentó el ex primer ministro francés Dominique de Villepin, recientemente juzgado -y absuelto- por el caso Clearstream y a su izquierda el mundialmente conocido pintor Miquel Barceló.
El joven estudiante de ciencias políticas y representante de la asociación que le otorgaba el premio subió al estrado y señaló que no le han dado la mención a un hombre "sino a un combate". Luego recordó los logros de Garzón "luchando contra el narcotráfico, el terrorismo, el terrorismo de Estado, ETA y el Gal, contra el propio partido con el que fue a las urnas y luego, contra la hipocresía referente a la memoria histórica". Y añadió: "Usted, señor, es un símbolo de la democracia en España, en Europa y en el mundo". Y concluyó, ya en español, con los versos de Antonio Machado, de "caminante no hay camino...". Pero el chico agregó una frase: "Esto no ha terminado, señor. Esto no ha hecho nada más que comenzar".
Después, Garzón subió a la tribuna y cerró el acto con un discurso breve en el que agradeció el homenaje y volvió a defender la labor de la justicia universal frente la impunidad, "que es la otra cara de la corrupción". Recordó su persecución a Pinochet y cómo los dictadores "se saben impunes durante su mandato pero no en los tiempos que vienen después". Aseguró que hay lugares del mundo donde la justicia universal se ha impuesto pero que hay otros "en los que el pasado sigue siendo una cripta cerrada que impide el resarcimiento de las víctimas". Sonriente, aventuró: "Siempre que existe un juez independiente en cualquier lugar de la tierra hay razones para la esperanza". Y agregó: "En el futuro, quizá no haga falta unos Juegos Olímpicos para denunciar la falta de derechos humanos en China, no exista Guantánamo y Europa tenga el sentido integrador que todos le pedimos". Después, aseguró: "A veces, el esfuerzo de unos pocos cambia el curso de los acontecimientos del mundo".
Y añadió: "Soy juez, un hombre de derecho y para el derecho, como dijo Cicerón, "un esclavo de la ley", pero no de la ley local, sino de la ley universal". Un aplauso cerrado dio por terminado el acto.
Fuente: ELPAÍS.com, España
Por Antonio Jiménez Barca París, 17/05/2010
En el auditorio abarrotado de la prestigiosa Escuelas de Ciencias Políticas de París, la famosa Sciences Po, el juez Baltasar Garzón, antes de recibir un premio por la defensa de la democracia, empuñó el micrófono y habló por primera vez en público desde que fue apartado de la Audiencia Nacional: "Las heridas que no se limpian se vuelven abrir". Y prosiguió: "Todas las leyes que apoyan la impunidad caen". Y agregó: "A veces la justicia universal se topa con dificultades para no investigar crímenes que no prescriben, dificultades en forma de olvido, perdón o amnistía". Y agregó: "Es compatible la memoria, la justicia y el resarcimiento a las víctimas".
El juez llegó a las ocho de la noche al auditorio, que aplaudió al recibirle, muchos puestos en pie. Venía a París a recibir el premio de la asociación de estudiantes "Joven República" por su "defensa de la democracia en situaciones hostiles". El acto, planteado en principio como un coloquio sobre la justicia universal, acabó derivando en un homenaje entero al juez español. A su derecha se sentó el ex primer ministro francés Dominique de Villepin, recientemente juzgado -y absuelto- por el caso Clearstream y a su izquierda el mundialmente conocido pintor Miquel Barceló.
El joven estudiante de ciencias políticas y representante de la asociación que le otorgaba el premio subió al estrado y señaló que no le han dado la mención a un hombre "sino a un combate". Luego recordó los logros de Garzón "luchando contra el narcotráfico, el terrorismo, el terrorismo de Estado, ETA y el Gal, contra el propio partido con el que fue a las urnas y luego, contra la hipocresía referente a la memoria histórica". Y añadió: "Usted, señor, es un símbolo de la democracia en España, en Europa y en el mundo". Y concluyó, ya en español, con los versos de Antonio Machado, de "caminante no hay camino...". Pero el chico agregó una frase: "Esto no ha terminado, señor. Esto no ha hecho nada más que comenzar".
Después, Garzón subió a la tribuna y cerró el acto con un discurso breve en el que agradeció el homenaje y volvió a defender la labor de la justicia universal frente la impunidad, "que es la otra cara de la corrupción". Recordó su persecución a Pinochet y cómo los dictadores "se saben impunes durante su mandato pero no en los tiempos que vienen después". Aseguró que hay lugares del mundo donde la justicia universal se ha impuesto pero que hay otros "en los que el pasado sigue siendo una cripta cerrada que impide el resarcimiento de las víctimas". Sonriente, aventuró: "Siempre que existe un juez independiente en cualquier lugar de la tierra hay razones para la esperanza". Y agregó: "En el futuro, quizá no haga falta unos Juegos Olímpicos para denunciar la falta de derechos humanos en China, no exista Guantánamo y Europa tenga el sentido integrador que todos le pedimos". Después, aseguró: "A veces, el esfuerzo de unos pocos cambia el curso de los acontecimientos del mundo".
Y añadió: "Soy juez, un hombre de derecho y para el derecho, como dijo Cicerón, "un esclavo de la ley", pero no de la ley local, sino de la ley universal". Un aplauso cerrado dio por terminado el acto.
Fuente: ELPAÍS.com, España
1 comentario:
Baltasar Garzón duele. Es una herida abierta ahí, adonde llevamos lo mejor de nosotros mismos, la ética, la Memoria, el consuelo, el amparo de saber que él estaba en algún lugar del mundo y por eso el mundo podría ser distinto. Luminoso. Esperanzado.
Baltasar Garzón nos duele a todos.
Gracias por la Revista Aníbal.
Abrazo.
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