Sería extraordinario que las próximas elecciones las ganara el grupo Clarín. Cuenta en sus filas con políticos igualmente extraordinarios que lo siguen encantados de su voluntario sometimiento mediático. La suerte del país y de la sociedad quedaría entonces a cargo de medios de comunicación honrosos, responsables y verosímiles. Y quienes fueran elegidos para ejercer el Poder Ejecutivo –cualquiera sea, de los candidatos progresistas y latinoamericanistas que últimamente salen convertidos de las tiendas de disfraces- tendrían como modelo el comportamiento de Cobos. Pura coherencia y lealtad. Y energía decisiva sin vacilaciones. Si las elecciones las ganara el grupo Clarín la sociedad se sentiría aliviada. Basta de persecuciones y de prepotencias, de bombachas y medias sucias que no pueden aportar ADN; de escarbar en los escabrosos orígenes de Papel Prensa; basta de la Anses, vuelta al saqueo legitimado y al fin, reivindicación del Tedeum autoritario del 25 de mayo a cargo de sus dueños estables de cinturón púrpura. El premio Nobel de la paz sería propiciado no para esas Abuelas obsesivas cazadoras y profanadoras de niños bien criados argentinamente a los que perturban con sus familias del pasado, sino para los más auténticos pacifistas: los de la mesa de Enlace, la policía Metropolitana y la de Bariloche; y la farándula rica, que pide la mano dura y los derechos humanos para los countries y no para las villas. Sin olvidar a los laicos y pastores que rechazan la unión civil de homosexuales y perdonan a sus múltiples colegas pecadores. Si ganara el Grupo Clarín las elecciones se declararía empate entre genocidas y desaparecidos. Y el periodismo estelar se sentiría tranquilo y no sufriría obscenos desnudamientos que lo dejan con el culo a la intemperie. Y no se expondría, como hoy, al bochorno de los observadores que los descubren en sus mentiras y conspiraciones. Y los políticos opositores que ahora solamente tienen el 80 por ciento de los medios para expresarse, tendrían también la televisión pública y radio nacional y ocuparían y dominarían graciosamente el ciento por ciento. Todo. Eso sí sería la libertad de prensa democrática privada. Si el grupo Clarín ganara las elecciones las ganarían los ganadores. No esos deprimidos perdedores que andan siempre pidiendo limosnas al Estado. Todo ese surtido de coaliciones y partidos que hoy se fuerzan por teñirse el pelo de color socialista y progresista para no hacerle el caldo gordo al oficialismo, volverían enseguida a su color natural, el que mejor ideológicamente les sienta. En fin, el futuro es de la sociedad según esta se oriente. Porque si desea recobrarse del síndrome del peronismo kirchnerista, debería votar al grupo Clarín y a sus asociados. Los de ese Grupo aún tienen mucho para quitar y mucho para quedarse y confían en que son eficaces en el embaucamiento. Han embaucado tanto todo este tiempo que acabaron por creerse que embaucar es decir la verdad. En tanto la Cajita Feliz de la Anses regresaría opulenta pero infeliz a sus anteriores propietarios. También regresaría de su exilio tour la viajera Ernestina de Noble. Y muchos que están asomando sus codicias ansiosas detrás de las corporaciones, volverían a sentirse en su naturaleza. Si el grupo Clarín- y todo cuanto eso significa- ganara las próximas elecciones, se haría cierta esa idea de que la historia cuando no avanza, retrocede.
Orlando Barone
Carta abierta leída por Orlando Barone el 2 de Julio de 2010 en Radio del Plata.
http://orlandobarone.blogspot.com/
Orlando Barone
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