domingo, 25 de julio de 2010

Joan Mateu: El agujero



Cuando era pequeño y aprovechando que la habitación de mi primita estaba al lado de la mía, abrí un agujero en la pared para poder observarla mientras se desnudaba. Durante más de un año la miré entre la vergüenza de ser descubierto y la curiosidad inevitable.

Después ella se marchó y yo quedé solo. La encontré a faltar. No supe nunca si era por perder una compañera de juegos o por lo que había perdido en mi condición de espía secreto. Algunas veces miraba por el agujero con la vana esperanza de encontrarla en la habitación contigua.

La prima regresó al cabo de muchos años y a pesar de ser ya mayor, lo primero que me vino a la mente fue que podría volver a verla a través de aquel agujero de la pared. No pude quitarme de la mente éste pensamiento en toda la tarde. En la cena tuve que hacer esfuerzos por concentrarme en la conversación y dejar de imaginarme espiándola a través de la pared y constatando la evolución del cuerpo de mi primita durante aquellos años. Por lo que se podía deducir, la naturaleza la había dotado con generosidad.

Estuve sentado en la cama con los ojos fijos en la pared, luchado contra una especie de vergüenza que sabía que no podía ni quería vencer. Me levanté y me acerque cautelosamente, sin hacer ruido, y quedé parado delante del agujero. Vencí fácilmente mis últimas aprensiones y acerqué el ojo al agujero, despacio, encajando la mirada en el punto exacto. La sorpresa fue mayúscula porque en lugar de ver el cuerpo de mi prima desvistiéndose me encontré únicamente con su ojo que me observaba.

Joan Mateu
http://joan@cimat.es

1 comentario:

Virginia Edit Perrone. dijo...

Joan, El Escritor de las enormes Paradojas. Una Pluma que desnuda tantos secretos universales humanos. Pluma impúdica, certera, categórica.
Y siempre quedamos sonriendo y bordeando esos abismos.

Te debo lecturas por otros ámbitos más instantáneos. Sé que sabés soportar mis demoras.

Te abrazo y festejo que La Maquinola te traiga.

Virginia.