Y te podría volver a encontrar y hacer juntos un nuevo nido junto al tronco de un árbol, tener un lecho de hierba y alimentarnos de besos y palabras de amor y rosas en los ojos mirando el bosque, nuestro lugar-hogar. Es tan solo un sueño y es bueno soñar a veces lindos sueños, pero ese nido que quisimos formar fue destruído mucho antes de los tiempos de las guerras, nuestra guerra. Y sé que ambos solo queríamos amor pero no supimos darnos el tiempo. Las balas llegaron pronto a nuestras bocas. Los besos se transformaron en granadas y las flores en balas, rotas; roto ha sido todo y todavía no comprendo el por qué. Es rara esta sensación ya pasado un tiempo y sé que nuestro sueño quedó colgando de la rama más alta del árbol, del árbol aquél en donde no pudimos formar nuestro verdadero nido.
Viviana F. Pelle (05/05/07)
rossopelle@ciudad.com.ar
martes, 12 de junio de 2007
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