domingo, 4 de marzo de 2007

Poesía de Ricardo Mastrizzo


Bajo los ojos

Bajo los ojos

idas al olvido,
transpiran las cuerdas
alambradas de misterio y soledad
en una tabla
de fresno cansado
o del nogal noble de años

La música que avanza,
ardor en mezcla de azahares,
el poema en que vivo,
no cuestiona palabra ni nombre.




***


La puerta que abro
a los ojos del silbo,
a los pies de mi caballo,
al correr noble de mis perros
leales
cuando llego,
hacen del horizonte
una muerte lejos del mundo
que no conozco.
Allá, donde la sabiduría
de quienes quieren contener
mi libertad amada y armada,
para que no cante
digo basta.




***


AMONTONADOS


Allí asustados miran agrupados,
movidos por el bronce,
la pluma,
los huesos.
Olor brillante,
motín del océano,
amontonado.
Ocre pasivo,
suelo
y sueltas de pájaros.
Un gorrión que imita el canto
de su propio latido.
La pintura desluce en los años
y la cobardía firma con rúbrica humana.
Es tiempo de dejar las piedras,
bajarlas de la espalda.
Amotinar y amontonar
recuerdos depurados,
como al diamante de su barro.
La red platea de peces y las gaviotas
esperan allí
un naufragio de sangre.



***


Se ahogó en el río
la luna,
y en una
túnica
del cielo, bajaron a nacer
los peces.




***


El abrazo queda vibrando
entre la calma y la partida.
Es el abrazo
de las palabras,
entre la penumbra y el día,
y quedamos tendidos
hasta la comarca del verso.



Ricardo D. Mastrizzo
ricardomastrizzo@yahoo.com.ar

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