La vieja LEY DE RADIODIFUSIÓN de la peor dictadura fue abolida y los Tribunales ya se expidieron, pero en la práctica seguiremos padeciendo las nefastas deformaciones de la opinión pública generada por tanta concentración massmediática.
Me fui tempranito a comprar mercadería para el kiosco y delante de mí, otra kiosquera le comentaba a las empleadas vendedoras mayoristas lo bien que se veían los mineros tras el exitoso SHOW MEDIÁTICO DEL RESCATE vendido al mundo, con más reitin que EL GRAN HERMANO, como propaganda PIÑERA ES PUEBLO.
Esa mujer vió lo que todos vimos pero interpretó lo que la manipulación mediática quiso. Otra vez corrieron el eje, no quieren hablar de la brutal historia de la explotación de los mineros, desde la edad de hierro pero llevada al colmo desde la revolución industrial y la ambición ciega a la que no le importa matar mineros en derrumbe de minas con tal de hacer más riqueza.
La perversión de los operadores dio vuelta completamente el tema. No fue un profundo trauma en treinta y tres mineros que por varios días creyeron que iban a morir, sino el triunfo de la tecnología de la NASA y PIÑERA ES SEGURIDAD.
La mujer que vió como yo el rescate, sale concluyendo que si hubiera pasado esa desgracia en este país, los mineros no se salvan. Acá nos han aplastado a todos por debajo de la línea de INSEGURIDAD.
No era ese el tema. O en todo caso, sí, el tema de los mineros es la inseguridad laboral-industrial. No el triunfo de la tecnología y de la política neoliberal de Piñera sino que en Chile, como en todas partes, un tipo que había sido jugador de la selección nacional de futbol termina picando piedras como un preso en el fondo de la mina hasta que muere embrutecido de años de explotación o muere aplastado o como pasó excepcionalmente acá, se salva de casualidad porque logran comunicarse y hacer un agujero desde el nivel del suelo hasta la galería a setecientos metros bajo tierra en la cordillera, donde en cualquier momento un sismo pudo arruinar ese operativo, y logran rescatarnos y nos olvidamos del profundo trauma en la vida de esos esclavos que psicológicamente no sabemos cómo pueden reaccionar de aquí al resto de sus vidas.
Los mineros sabían que esa mina era peligrosa, ya habían tenido accidentes antes, hasta muertos hubo, pero sólo decide cerrarla el gobierno después de esto, y de cara a su imagen en televisión para el mundo.
Pero mientras le muestran al mundo cómo rescatan a estos, otros mineros mueren en otras minas, la explotación de obreros en las minas no cambia, el trabajo en negro en Chile y Argentina no cambia. Las grandes empresas seguirán haciendo lo que quieren con sus obreros y con el medio ambiente, siempre con suficiente dinero y poder para comprar jueces, legisladores, gobiernos y periodismo. FUE UNA FIESTA, FUE EL GRAN TRIUNFO, chi chi chi le le le.
Esos mismos explotados antes cantaban: "Los señores de la mina / compraron una balanza/ para pesar el dinero /que en toditas las cobranzas / le roban al pobre obrero."
Ahora agitan la banderita y me hace acordar a los que cantaban alegremente o le le o la la, hasta que Aldo Rico se pintó la cara y salió con tanques a la calle y Alfonsín tuvo que renunciar antes de tiempo y chau justicia y verdad, se vino la dictadura de Menem-Cavallo por nueve años y hubo veinte años de impunidad para los genocidas del Proceso. Y los derechos humanos perdidos en los setenta de golpe, todavía hay que recuperarlos uno a uno, con mucho sacrificio.
Me alegro de que no murieran aplastados. Pero el periodismo del mundo que fue a Copiapó, ¿se interesa por las huelgas de hambre de presos mapuches? ¿Y la contaminación del acuífero Guaraní por glifosato?¿Y las aguas argentinas envenenadas con cianuro por minería a cielo abierto?
Si hubiera periodismo docente y decente, hubieran esclarecido a la opinión pública mundial que hay explotación brutal, que no hay trabajo digno o seguro con salario digno, que no hay futuro para las familias de millones de mineros en toda latinoamérica y que en Argentina, la mitad de los que tienen trabajo están todavía en negro, mineros, campesinos, pescadores, cartoneros, botelleros, cirujas de la quema, prostitutas, etc, explotados y en negro. Ni la CGT los reconoce, y no hay cápsula de la NASA que los saque a flote, al contrario.
El show Piñera con casco ya pasó, ahora volvemos a la realidad, pico y pala por salario de hambre o desempleo.
Rubén Vedovaldi
Para leer algunos textos breves de Rubén Vedovaldi:
http://jorgedipre.blogspot.com/2010/09/ruben-vedovaldi-algunos-inclasificables.html
Me fui tempranito a comprar mercadería para el kiosco y delante de mí, otra kiosquera le comentaba a las empleadas vendedoras mayoristas lo bien que se veían los mineros tras el exitoso SHOW MEDIÁTICO DEL RESCATE vendido al mundo, con más reitin que EL GRAN HERMANO, como propaganda PIÑERA ES PUEBLO.
Esa mujer vió lo que todos vimos pero interpretó lo que la manipulación mediática quiso. Otra vez corrieron el eje, no quieren hablar de la brutal historia de la explotación de los mineros, desde la edad de hierro pero llevada al colmo desde la revolución industrial y la ambición ciega a la que no le importa matar mineros en derrumbe de minas con tal de hacer más riqueza.
La perversión de los operadores dio vuelta completamente el tema. No fue un profundo trauma en treinta y tres mineros que por varios días creyeron que iban a morir, sino el triunfo de la tecnología de la NASA y PIÑERA ES SEGURIDAD.
La mujer que vió como yo el rescate, sale concluyendo que si hubiera pasado esa desgracia en este país, los mineros no se salvan. Acá nos han aplastado a todos por debajo de la línea de INSEGURIDAD.
No era ese el tema. O en todo caso, sí, el tema de los mineros es la inseguridad laboral-industrial. No el triunfo de la tecnología y de la política neoliberal de Piñera sino que en Chile, como en todas partes, un tipo que había sido jugador de la selección nacional de futbol termina picando piedras como un preso en el fondo de la mina hasta que muere embrutecido de años de explotación o muere aplastado o como pasó excepcionalmente acá, se salva de casualidad porque logran comunicarse y hacer un agujero desde el nivel del suelo hasta la galería a setecientos metros bajo tierra en la cordillera, donde en cualquier momento un sismo pudo arruinar ese operativo, y logran rescatarnos y nos olvidamos del profundo trauma en la vida de esos esclavos que psicológicamente no sabemos cómo pueden reaccionar de aquí al resto de sus vidas.
Los mineros sabían que esa mina era peligrosa, ya habían tenido accidentes antes, hasta muertos hubo, pero sólo decide cerrarla el gobierno después de esto, y de cara a su imagen en televisión para el mundo.
Pero mientras le muestran al mundo cómo rescatan a estos, otros mineros mueren en otras minas, la explotación de obreros en las minas no cambia, el trabajo en negro en Chile y Argentina no cambia. Las grandes empresas seguirán haciendo lo que quieren con sus obreros y con el medio ambiente, siempre con suficiente dinero y poder para comprar jueces, legisladores, gobiernos y periodismo. FUE UNA FIESTA, FUE EL GRAN TRIUNFO, chi chi chi le le le.
Esos mismos explotados antes cantaban: "Los señores de la mina / compraron una balanza/ para pesar el dinero /que en toditas las cobranzas / le roban al pobre obrero."
Ahora agitan la banderita y me hace acordar a los que cantaban alegremente o le le o la la, hasta que Aldo Rico se pintó la cara y salió con tanques a la calle y Alfonsín tuvo que renunciar antes de tiempo y chau justicia y verdad, se vino la dictadura de Menem-Cavallo por nueve años y hubo veinte años de impunidad para los genocidas del Proceso. Y los derechos humanos perdidos en los setenta de golpe, todavía hay que recuperarlos uno a uno, con mucho sacrificio.
Me alegro de que no murieran aplastados. Pero el periodismo del mundo que fue a Copiapó, ¿se interesa por las huelgas de hambre de presos mapuches? ¿Y la contaminación del acuífero Guaraní por glifosato?¿Y las aguas argentinas envenenadas con cianuro por minería a cielo abierto?
Si hubiera periodismo docente y decente, hubieran esclarecido a la opinión pública mundial que hay explotación brutal, que no hay trabajo digno o seguro con salario digno, que no hay futuro para las familias de millones de mineros en toda latinoamérica y que en Argentina, la mitad de los que tienen trabajo están todavía en negro, mineros, campesinos, pescadores, cartoneros, botelleros, cirujas de la quema, prostitutas, etc, explotados y en negro. Ni la CGT los reconoce, y no hay cápsula de la NASA que los saque a flote, al contrario.
El show Piñera con casco ya pasó, ahora volvemos a la realidad, pico y pala por salario de hambre o desempleo.
Rubén Vedovaldi
Para leer algunos textos breves de Rubén Vedovaldi:
http://jorgedipre.blogspot.com/2010/09/ruben-vedovaldi-algunos-inclasificables.html
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