Cine y libros desde la academia
La Universidad de Buenos Aires adquirió el edificio donde funcionó el Cosmos y mantendrá el perfil tradicional de la sala. Además construirá aulas para programas de extensión y un puesto de venta de libros de la editorial universitaria.
Por Julián Bruschtein
Antes de mitad de año, en fecha a confirmar, la Universidad de Buenos Aires (UBA) reabrirá el cine Cosmos. Las autoridades académicas confirmaron que se conservará el perfil tradicional de la sala, con prioridad para las producciones independientes y por fuera del circuito comercial. El edificio que fue adquirido por la UBA cuenta con tres mil metros cuadrados y se encuentra al lado del Centro Cultural Rojas. Además de la sala cinematográfica, allí la universidad abrirá un local de su editorial Eudeba y construirá aulas para programas de extensión abiertos a la comunidad.
“El proyecto es que vuelva a ser el cine Cosmos como se lo conoció”, contó a Página/12 el rector Ruben Hallu. El edificio donde funcionó el histórico cine de la avenida Corrientes al 2000 fue comprado en un precio cercano a los 9 millones de pesos por la UBA en los últimos días de diciembre pasado y el dueño, además, cedió su archivo cinematográfico. “La idea es que sea un espacio para el cine independiente, por fuera de los circuitos comerciales, donde se puedan realizar programaciones y festivales de cine, además de exhibir las producciones propias de la universidad”, agregó el rector.
Si bien estaba previsto que la sala se pusiera en funcionamiento a comienzos de abril, el proceso de asunción de autoridades en el rectorado demoró la puesta en marcha del proyecto. Ahora los planes pasaron para antes de mitad de año. Para entonces se deberá definir también quién estará a cargo de la programación y bajo qué área de la universidad.
El cine Cosmos tiene una rica historia vinculada con la ciudad de Buenos Aires y su auge como capital cultural. En 1966 comenzó a usar el nombre por el que se hizo conocido por proyectar películas provenientes del bloque soviético, que no eran exhibidas en las salas comerciales, y para intentar romper el cerco del cine norteamericano. Ciclos de cine checoslovaco y de la URSS y, en particular, una retrospectiva del director sueco Ingmar Bergman fueron los hitos que popularizaron la sala y se mantuvieron como resistencia cultural durante la dictadura. En 1987 cerró sus puertas por primera vez y debajo se instaló la discoteca Halley. El cine regresó en 1990, reformado y con dos salas chicas, una para videoproyección y otra para copias de 35 milímetros. Atravesado por las penurias de la distribución cinematográfica independiente, fue puesto en venta a principios del 2009 y, finalmente, vendido a la UBA.
“Además del valor cultural del cine, el edificio resuelve una necesidad de espacio físico que tiene la universidad. Por un lado, se ahorra alquileres y se suma a su favor que está al lado del Centro Cultural Rojas, que cada año recibe mayor número de personas”, contó Carlos Más Vélez, secretario general de la universidad.
La compra del edificio –que cuenta con 3300 metros cuadrados– aliviará en parte las dificultades edilicias de la casa de estudios, ya que además de construir aulas para el Rojas –se proyectan 18– se trasladarán algunas dependencias administrativas y se instalará una sede de Eudeba, la editorial de la UBA. El propósito es “acercar las publicaciones a la calle Corrientes”, aunque continuará funcionando la sede que tiene la editorial frente a la plaza del Congreso.
La planta baja del nuevo edificio tiene una superficie de mil metros cuadrados –actualmente hay un supermercado con contrato hasta el 2013–, un entrepiso de 600 metros, donde se encuentran las salas de cine y una confitería, y cuatro pisos de 300 metros cuadrados cada uno, con catorce departamentos en total.
Julián Bruschtein
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/
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