miércoles, 21 de abril de 2010

Rubén Vedovaldi: Cuatro minicuentos



NÚMERO HUMANO

En el futuro cada número llevará un hombre a sus espaldas

Y ese hombre dirá quién es el número

y la aritmética se volverá pura humanística.



PESCA INSÓLITA

Un hombre arroja su caña de pescar al río y pesca una máscara idéntica a su rostro y se la pone y le queda tan bien que nadie se da cuenta.

Por la noche llega a su casa, cena y se va a dormir y se quita la máscara y la deja sobre la mesita de luz junto a la cama y se duerme boca abajo. Entra su mujer y lo ve dormido y ve la máscara en la mesita de luz y se muere del susto.



LA PREGUNTA Y SU CIENCIA

Un maestro siembra una pregunta en el campo fértil de los alumnos curiosos.

De la pregunta brota una ciencia que extiende ramas y frutos por todas partes.

La gente estira su mano y se sirve lo que quiere.

Viene un gran inversor y compra todo el campo de los alumnos curiosos

y pone alambrado en todo el campo y pone precio en moneda fuerte a la ciencia y a todos sus frutos.

No conforme con eso, ofrece comprarle al maestro todas las preguntas que de aquí en más se le ocurran,

Desde ese día al maestro ya nunca más se le ocurrió ninguna pregunta.



SACERDOTE DESMEMORIADO

Un perro memorioso se gana la vida como apuntador en las misas que da un sacerdote desmemoriado.

Un domingo se le cruza al perro en pleno sermón una perrita que tenía alzados a todos los perros de la parroquia.

El perro no se puede contener y le susurra:

-Putita, vení que te muerdo las tetitas y te sacudo un polvo de la san puta dentro del confesionario..

El sacerdote, confiado en su apuntador, oye y repite sin pensar el piropo del perro.

Esa fue la última misa.

El obispo lo expulsó de la diócesis y las feligresas no sabe si lo echaron por libidinoso o por pelotudo.



Rubén Vedovaldi

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