sábado, 25 de agosto de 2007

Cristina Villanueva: Un verano con Cristina

Cuando el otoño
se acerca (lo veo en ese vestido violeta tan suave que atrapa miradas)
era de media estación
La muchacha hacía la cola del Lorraine

Seguro que con un joven pero no lo recuerda

La Fuente siempre a punto de aparecer y quedaban doncellas


No se había muerto nadie ,ni siquiera los abuelos,
Aunque había oído de ella la muerte no le constaba

Ahora no está el cine, no hay doncellas, las estaciones
cambian día a día, el muchacho se acomoda en el olvido

La muerte la ha tocado a la muchacha tanto


Ella prefería el tacto casi terciopelo del vestido aquel o los ojos que se tiraban
por su cuerpo como por un tobogán

Es lo que hay se dice y recuerda tantas religiones inventadas sólo para pensar
que algo quedara después, una almita o una reencarnación o que se yo


Para mi, lo único que explica la muerte es la falta de espacio

Imagínense chocando con Ema cuando baja del carruaje

Elegí mal, ella no era de verdad, pero quien lo dice


Todo eso porque murió el director de la película que está por empezar
Y la muchacha con su enorme cartera colgada y su libro se siente aún. a salvo


Cristina Villanueva
pluma@velocom.com.ar

2 comentarios:

Marta Raquel Zabaleta dijo...

Muy hermso tu poema, Cristina.
Gracias por ser.Y estar alli.

Marta Zabaleta

La Máquina de Escribir dijo...

Aquellos días del Lorraine, del Losuar, del Loire, del Losuar, del Lorca... Corrientes toda nuestra desde Callao hasta Cerrito, La Paz, La Giralda, El Foro, El Vesubio, las librerías, las bateas de las disquerías con los vinilos... ¡cuántos recuerdos! ¡cuánta nostalgia!... todo esto hiciste que reviviera con tu relato, Cris. Gracias por tanto sentimiento.
Aníbal