viernes, 18 de junio de 2010

Cristina Villanueva: Escritos en el Jardín



Madres

Ellas escriben en el cuaderno de la Plaza.Eran tiempos tan feroces que daba miedo todo, hasta mirarlas.Ellas escriben solas con pasos como círculos implacables.
Quien quiera leer que lea


Flores

Las flores me miran desde la ventana cuando preparo el café. La lluvia les puso un vestido de gotas. Contentas con la lluvia y con el lugar en que las ubiqué, una regadera azul. Están intercambiando aromas con las otras habitantes del jardín. O quizá cuenten algo. Termino el café y las voy a escuchar.

¿Aleph sonoro? Guardan un íntimo secreto, una historia de sabios pétalos desplegados en harenes. Harenes donde la única tarea es el roce de la flor con el cuerpo, una anticipación del paraíso
Harenes donde vuelcan su jugo sensorial en la garganta de la que cuenta. Harenes donde la flor penetra la boca. Se vuelca, se transforma en palabras, habla, ella se salva.

Anda ahora las calles, sabores de mercado, hace compras, puso la flor cerca del alma, se mezclan en su cabeza los alimentos en la fiesta de Babette imaginada. Adentro de la blusa la flor, se mueve al respirar, sueña la mesa tendida, manteles blancos donde ella reinará, un rosa girando al rojo, abierta hacia el cielo, creciendo.

Sale del comedor, de la cocina, de los almohadones en el piso del harén, bordados relieves .La flor se mezcla con los libros, los cafés, las discusiones, el diseño de otro posible mundo.

La flor manifiesta, a veces sangre.

Se acerca al río.El río no tiene sirenas ni endriagos
alguién viene de arrojar su flor, se abrazan llorando, el llanto es hondo, tan hondo como el rio, como el dolor, como los cuerpos que quedaron allí separados del nombre.
Cada lucha contiene la fuerza de la vida que no termina de ser abatida con la muerte.

Esas obreras quemadas en la fábrica, hermanas de ayer...pidiendo pan y rosas.

Flores en la cabeza , por dentro, animando la belleza de pensar lo nuevo, lo que casi no se puede.

Flores en el cuerpo, caricia, perfumes, flores como manos, como lápices para escribir con los tallos.

Para bien venir a los niños cuando llegan al mundo, para acompañar a los que se van, para honrar a los buscadores de justicia.

Flores, un lenguaje...


Caos

Caos- infancia--mar- exilio, arman el regazo
La belleza intrusiva de las naranjas penetra
Por el vacío de la ventana abierta se alza la memoria
Sin ausencia no hay poesía


El jardín de las delicias

A veces, en la hora del descanso de los zapatitos;
los fragmentos deconstruidos del día,
más polvo de cuerno de rinoceronte blanco,
reescenifican las puertas del cuerpo
y al jardín.


Utopía

Una haciendose mujer, no naciendo. Cabeza erizada de preguntas, polleras indómitas, los pechos siguiendo las lecturas como dedos,. Una siempre buscando su propia lengua en la ajena. Internándose en el amor a primera lectura, en esa isla de utopìa, donde íbamos a encontrarnos
en una fiesta y fue no. ¿En algún lugar del cuerpo, del tiempo, del espacio ha sido si? Un sí que todo lo que siguió no puedo destruir. Aunque nadie lo
sepa, aunque una tampoco lo sepa.
Aquí se quedan la entrañable trascendencia de tantas queridas presencias, reales y de cuento. Prendidas hacia adentro, cuerpo adentro, ardiendo, deseando. Isla que no está en ningún lugar y mueve la sangre con fuerza.de lujuria

Cristina Villanueva
libera@arnet.com.ar

4 comentarios:

Gabriela Bruch dijo...

Contundencia y poesía en estos textos de Cristina

letra de tango dijo...

Cristina, siempre y por siempre, con toda la fuerza sin dejar afuera un solo gramo de belleza.

Anónimo dijo...

Gracias gaviota gabriela.

¿ letra de tango no me contás quién sos ?


Cris

Virginia Edit Perrone. dijo...

Hay un viento que vuela tejados. Es esta Pluma Libera que arrasa,
alma y pensamiento sintiendo el pulso de ese Jardín extraño de virtudes, de generosidades.
Tan Palabra desnudada.

Cris, siempre.

Besotes.
Virginia.