domingo, 13 de septiembre de 2009

Vicente Zito Lema: La Pasión del Piquetero



LA PASIÓN DEL PIQUETERO
(¡Hay que matar a los pobres!)


In memoriam de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
Humildemente.





Este es el tiempo en que

me tocó escribir:

Un tiempo de espanto.

No elegido ni deseado.

Me costó entender que la

poesía no se busca,

ella nos encuentra.

¿Cómo fuimos capaces

de semejante tiempo,

donde los cuerpos se devoraban en vida

y las almas se devoraban

en muerte?

Amante de la palabra bella,

tuve que elegir

entre el silencio

y la más soez de las blasfemias. Me queda el consuelo de la espera.

Saber, o soñar, que en el final del día

jamás una agonía fue eterna...





(Oratorio para solista y coro escrito a partir del cuarto movimiento –final– de mi obra Sombras nada más, con la inclusión de Canto por los caídos en el inicio y acaso también como epílogo alternativo de una pasión tristísima (Spinoza), o en mi lengua: una extenuada agonía en la dialéctica de la esperanza...



(En el comienzo un Coro de Sombras, casi en penumbras, anunciado la tragedia...)



CORO DE SOMBRAS: Esta tierra de albas rosas se pudrió,

no por la lluvia;

Ya nada crecerá de buena eternidad,

Cielos baldíos,

¡Que la desgracia sea!

Esta materia sin sentido / lejos del sueño.

Sin otra lágrima que el grito, sin más

voz que el silencio....

¡Que la soledad sea!

Estos cuerpos apenas / fuera del alma.

Sombras abandonadas a la piedad de un Dios...

Sangrando, asfixiadas, como estrellas,

más que ciegas, frías...

¡Que el mayor dolor sea!




(Se silencia el Coro de Sombras, se acrecienta la oscuridad, se escucha la voz de una mujer que canta, dulce y dolorosa.)

(Ahora hay una luz fuerte y dura. Aparece el Verdugo. Un hombre grande y cruel. A veces solemne, también patético)





1.VERDUGO: Son tiempos difíciles para este verdugo (Ríe) Medio imbécil. O poco sabio; que más temprano que tarde tendrá que poner los puntos sobre las ies.

Es mi obsesión, lo admito: los puntos sobre las ies.

Un modesto pero necesario remate para que la gigantesca estructura de la historia no se desmorone, como esos hermosísimos castillos de arena, incapaces de soportar la primera ola.

Y yo, apenas un vulgar verdugo, puesto en la acción por el destino. Aquí me planto, frente a las olas.

…Nada mejor que los muertos para detener las olas. Ellos son los puntos sobre las ies… (Se muestra ausente) Aunque alguna lágrima borronee las palabras…

…Decía que estos tiempos son difíciles…No se distinguen bien las líneas del futuro…Sobran las manos ásperas…

La guerra es eterna entre la luz y las tinieblas…Se necesitan enemigos claros sobre la arena, que encarnen sus pasiones… sin treguas, hasta el fin…

Si se alteran estas reglas, la guerra se aleja de la tragedia…

Se vuelve un aberrante caos indigno de la historia…



2. VERDUGO: No se puede escarmentar a la multitud. Es más eficaz matar de a uno, para espantar el rebaño…

Pero en estos tiempos de pobres y pobres… una tromba de estiércol… que lloran con sus crías a cuestas y gritan monótonos y soeces por las calles, que mezclan el hambre con redenciones y Apocalipsis que

ni siquiera entienden, es tan confuso el discurso del bien como difícil encontrar la cabeza de la hidra que el buen verdugo debe segar.

Se complica la tarea. Lo mío es ejecutar, y ahora también me toca señalar una cabeza entre miles…

¡Aturde esta marea de pobres…! ¡Convierten en mortales asuntos que fueron sagrados! ¡Su naturaleza es tan vil como ayer la de los esclavos!



3. VERDUGO: ¡Siento que me con funden los juegos del poder! Las órdenes desde su boca también se contradicen. Pretenden servir a dos patrones, quedar bien con Dios y el Diablo, ser piadosos sin bajar la cruz…Debo afinar el oído y agrandar el entendimiento… Más que castigos hay sugerencias… Nadie pone realmente su cara…Habrá que redoblar la paciencia. Ya llegaran otra vez los tiempos claros. Donde alguien diga, simplemente: “yo he venido aquí a meter espada”.



4. VERDUGO: El poder nunca está solo. El buen verdugo tiene que saberlo, o poner su cuello en remojo…Detrás del poder hay cuerpos que lo sostienen, a veces se muestran…Aunque gozan más el anonimato, la oscuridad. ¡Desde allí cuidan lo suyo! ¡El orden privado! ¡Su sagrada propiedad!

Son manos que arriman la pluma al que firma la orden…Ayudan a sostener la horca…Son voces… Son voces… Las escucho…



(Se escuchará desde la oscuridad al CORO de BUFONES, que irrumpe luego en escena. Su apariencia es obscena.)

CORO: ¡Los pobres son un castigo de Dios! ¡No puede ser que todo lo ensucien!

Esta gente…nacieron de la suciedad, engendrados no por un limpio amor sino por un sucio instinto, entre jadeos, bufidos y sudores que son de animal y no de cuerpo humano. Viven -un decir- por gracia divina, en el medio de la más atroz inmundicia, ¡un chiquero!, y todo lo que tocan lo degradan y envilecen, lo convierten en mugre y basura, cartón y trapo…

Son niños sucios, son hombres y mujeres sucios, son viejos sucios y son muertos sucios…

La piel dejó paso al cuero y la carne ya no se distingue del barro.

¡De la peor manera nacieron y a la peor tierra volverán!



5. VERDUGO: Yo conozco a los mansos que se sirven del poder… ¡buenas personas!

Yo entiendo sus sonrisas y ese leve fruncimiento de los labios aprendido en siglos de complicidad…

Yo escucho sus desprecios y sus quejas…

CORO: ¡No puede ser semejante fealdad! ¡Ofende!

Esta gente… feos de toda fealdad, hasta ser impúdicos… Insultan a la naturaleza. ¡Ah, estos pobres! ¡Dime con quien andas y te diré a quien te pareces…!

VERDUGO: (Aumenta su tono despreciativo)…Pechos destruidos por chicos siempre hambrientos; bocas sin dientes que ríen sin vergüenza mostrando hasta la garganta; los granos los visitan como Pancho por su casa y el que no tiene una llaga se ganó una cicatriz…

CORO: La belleza jamás los rondo, ni siquiera en sueños.

¡Pagan con su fealdad la culpa de estar vivos…!



6. VERDUGO: También escucho lo que dice Dios, por la lengua de sus dignísimos pastores, y los reverencio, porque el miedo no es zonzo y en cuestiones de la Parca, menos. ¡Hasta el poder se baja los pantalones!

¿No se deleitan cuando el buen pastor desde lo alto del púlpito lanza su do de pecho?.

CORO: ¡No pueden ser tan viciosos! ¡La tierra sucumbirá alcanzada por el fuego de una estrella negra!

¡La pereza! ¡Ahí esta la madre del borrego!... ¡Como esperar un recto juicio de quien se aleja del yugo del trabajo! ¡Son pobres, pecadores y vagos! ¡No distinguen el bien del mal bajo su ley del menor esfuerzo!

Hacen de la cama el templo de sus fechorías. Besan la botella de alcohol como si fuera el rostro del Señor… ¡Y es Satanás!

Fornican a la manera de las bestias. Todos contra todos. Por atrás y por delante. Sin distinguir el padre del abuelo y la madre de la hermana. ¡Hasta se sirven del perro y de las gallinas!

¡Hasta comen los pajaritos del cielo y se atragantan con gatos como si fueran liebres!

Cualquier cosa les viene bien, mientras sea abundante y ruin y tenga el gusto de la limosna.

¡Mendigos! ¡Mendigos! ¡Nacieron para la mentira, el llorisqueo y la tramoya!

¡Pasan del llanto al grito como si la vida fuera una esponja!

¡No guardan una gota del vaso! ¡Entregan el alma por un plato de lentejas!

¡Nacieron del pecado y en el fuego eterno se quemaran! ¡Aleluya!



7.VERDUGO: Esa es la gente que abunda hoy en día, … más que pobres… basura… Esa es su esencia: detritus, detritus...

Parecen inofensivos… como los bichos de la suciedad… que apenas despiertan asco…Pero son peligrosos…su veneno es que se reproducen y se reproducen, con frío o con calor… igual que las cucarachas... como la mala hierba… Es bueno que no se olvide…La mala hierba puede provocar un incendio…y extenderse…y extenderse…

CORO: ¡Hay que usar la guadaña! ¡Segar! ¡Sin asco! (Risas) ¡Hay que segar esos cuerpos deformes! ¡O son puro hueso, o son pura panza!

VERDUGO:…¿No esta allí, acaso, el peso de la historia? (Ríe) ¡Segar, sin asco!



8.VERDUGO.: Esto es lo que siente mi corazón, y lo confieso…

Pronto he de matar, soy un verdugo…

Lo dije: Mi destino es mi oficio, más que elegido…aceptado…

Sin embargo, tengo hoy quejas: me vuelvo más amargo…ya no se trata de matar a un enemigo… alguien que también será parte de la historia… cuenta saldada…con nombre en una calle y busto en la plaza…

Se trata ahora de matar al voleo… como si fueran chimangos…a algún desgraciado… un pobre entre otros pobres que pronto será olvido…Así se quita categoría al verdugo…

Me quejo…

CORO: (Entre risotadas) ¡Que la carne para el verdugo sea elegida!

¡Venga marcada!... Made in Argentina.... For export... ¡Y que la carne sea sin lengua! ¡A ver si todavía se queja!



9.VERDUGO. Aquí estoy, recibiendo ordenes… (Ríe) Cumpliendo con el primero de mis deberes sagrados… ¡La debida obediencia!

(Ríe) …¡Qué sería de un mundo donde la lluvia le discute a las nubes!

CORO: ¡Hay que escarmentar a esos desgraciados! ¡Si hoy cortan el puente es una declaración de guerra! ¡La vaca ya no da leche! ¡Que no jodan más ! ¡El puente es más sagrado que la pija de Cristo!

(Risas. Groseras, alocadas) ¡Ni mendigos ni matones! ¡Ni comida ni ayuda!

¡Palos! ¡Ya se fueron de la raya! ¡Palos y a la bolsa!

VERDUGO: Así se dijo: ¡Palos y a la bolsa!

CORO: ¡Romperles bien el culo! ¡Meterles la pija a fondo! ¡Hasta que

caguen sangre! ¡Y si la verga no alcanza hundirles un palo! ¡Y si el palo es poco, bala, bala! ¡Que sea con sangre! ¡Tiene que ser con sangre! ¡Tienen que cagar sangre!

VERDUGO: Así se dijo. Sin medias tintas. Lo entendí al vuelo, de tan claro.

CORO: ¡Y que no se gaste pólvora en chimangos!

VERDUGO: También se dijo. ...Debía ser un perro de presa. Oler culo por culo...

O sea: que la pija en el culo no era para cualquiera. Se trataba de un culo bien preciso.

Hay que encontrarlo, me dije.

CORO: ¡Que la porongueada deje ganancias! ¡Hay que reventar un ojete sano! ¡Los demás ortos rotos son la yapa!

VERDUGO: Así se dijo

Hubo palmadas en la espalda. Hubo risas y hasta un pedorreo. En el papel sobre la mesa no se hablaba de culos, ni de porongas. Tampoco de balas de plomo. “Restaurar el orden”, esa es la palabra…que un buen verdugo entiende… (Con ironía) Hay que distinguir en cada cosa la esencia de la apariencia... (Riendo) ¡El olor del ruido en cada pedo!...



10.VERDUGO: Un hombre de mi oficio no debe perder la calma, ni guiarse por presagios… Sin embargo, esta mañana…me levanté con el pie torcido, como dice mi abuela (rie)… No me gustaron los pájaros en mi ventana… El agua para el mate hervía. Me quemé la lengua… Para colmo, mi arma reglamentaria se trababa…

Y después, el encuentro con la chusma…Insistían con cortar el puente. más agresivos que nunca. Con palos. Con capuchas. Con más insultos. Con más demandas; envalentonados, ya daban ordenes…

Como si sus cicatrices de pobres fueran una corona…

Sentí que llegaba el día. El escarmiento. La ola. Los puntos sobre las ies.

CORO: ¡Olas! ¡Olas! El momento anterior a la tromba. Cuando las fuerzas se concentran…

¡Para que todo estalle! ¡Olas! ¡Olas!

VERDUGO: Hay que cerrar el circulo de la nada. Ponerle un grito al silencio que aturde...

¡La víctima tendrá que pagar!...

CORO: (Risas) ¿O acaso se imaginan que la muerte se alimenta de suspiros?

¡Vayan, hablen con Dios!

¡Él puede dar cuenta del filo de esos dientes!

¡Hay una caverna de hiel en su garganta!

VERDUGO: “¡Dios se chupa su propia pija!”...” (Burlón) También se dijo... (Con cierta melancolía) ...Acaso por eso no tiene piedad... y yo soy un verdugo...



11 (Se escuchan gritos, hay una música de estruendos y sirenas policiales…)

VERDUGO: Tuve que gritar. Debía imponerme…

CORO: ¡Se me están hinchando las bolas! ... ¡Van a explotar por el aire!

VERDUGO: No me gusta que me toquen…menos, que me empujen…

¡Alguien me escupió en el hombro! ¡Carajo!

CORO: ¡Atrás, atrás, no empujen, carajo! ¡El que escupe se va a tragar la guasca, carajo!

VERDUGO: …No permito que me miren a los ojos… (se pone y se saca gafas negras) Se trata de respeto…

…Y me están mirando

CORO: ¡Bajen la mirada, soretes! ¡Bajen la mirada!

VERDUGO: (Le grita a la sombra de Darío Santillán, una sombra tan silenciosa como imponente, que ya nunca dejará al Verdugo...) ¡Bajá los ojos!

¡Baja los ojos ¡Cabrón! ¡O querés que te meta los ojos en la concha de una rata! ¡Pedo de cáncer!...

(Evocando, con cierta melancolía) El ortón siguió mirándome a los ojos, como si yo no le importara…

Se sonreía, sereno, como si estuviera en una fiesta…

CORO: (Persiguiendo la sombra de Darío Santillán) ¡De qué mierda te sonreís, pija fría!

¡Entendés ahora, cajeta pelada!

VERDUGO: (Explicativo, como si contara un cuento para niños)…

Y la escoria de hambrientos, cientos y cientos, en jauría, escapados de sus cuevas...

Seguían ahí, frente a nosotros, las fuerzas de la ley, como si fueran los dueños del Puente Pueyredón, sin retroceder un metro, con sus capuchas y sus palos…

Ya no mendigaban, desafiaban…

CORO:(como niños, parodiando) ¡Oh! ¡Oh! ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? ¿Alguien se perdió? ¡Oh rastro divino de Dios! ¿Qué pasó?

VERDUGO: ¡La lengua en el culo pelado de un mono, eso pasó!

CORO: ¡Y Dios se la tragó! (Ríe) ¡Eso pasó! ¡Eso pasó!



12. (Se escuchan gritos, hay una música de estruendos y sirenas policiales).

VERDUGO: (Le grita a la sombra de Darío Santillán) ¡No te sonrías, no mirés a los ojos, no empujés!

(Explica)…Siguió ahí, sereno, desarmado, como si no me temiera…

(Le grita a la sombra, cada vez más terrible) ¡Mira que estoy calzado, pezón de drogón! ¡Ya vas a caer!

¡De rodillas se la vas a chupar a mi abuelo…!

¡Te voy a enterrar un fierro en el culo, me voy a garchar a tu conchudísima madre y al bufarra de tu hermano!

CORO: ¡Vas a saber quien es el poronga, melenita de oro!

¡Vas a lamerme los sobacos!

¡Vas a besarme las bolas bien sudadas!

¡Vas a llorar por el ojete!

¡Vas a sangrar hasta el alma! ¡Sí, el alma! (Risas) ¡Vas a tener el alma blanca como la guasca de un perro!

VERDUGO: (Gritando, con extrema voz de mando)…¡Baaasssta!

CORO: (Con música de clarín) ¡Basta! ¡Basta!

VERDUGO: ¡Basta de piquetes, ni uno más !

¡Basta de cortar la ruta! ¡Basta de cortar el puente! ¡Basta de cortar la calle!

¡Aquí nadie corta más nada!

CORO: (Con música de clarín) ¡La muerte se llama basta! (Risas) ¡Vamos, muerte, o Dios, o vacío, o como mierda te llamen, oscuridad; abrí tu concha para que entren los pijudos! (Risas) ¡Mirá que los pobres tienen el choto grande! (risas) ¡No cualquiera se monta una cabra!



13. VERDUGO: (Otra vez descubre la sombra de Darío Santillán, y le grita)

¡Así que estabas ahí! ¡Así que te quedaste! ¡Así que vas de aquí para allá como Pancho por su casa, organizando a los mendigos…! ¡Arrimando a sus cuerpos el alma! ¡Como si esas bestias, esa jauría de pobres y de negros fueran humanos! (Con asco) ¡Los últimos humanos!

(Ríe, alocadamente ) ¡Andá, gargajo de Jesucristo, andá a limpiarle la chucha a la Virgen María !

¡O querés nacer con sangre! ¡O querés oler como los ángeles!

CORO: ¡Ya van a tener sangre! (Risas) ¡Roja y caliente! ¡Recién ordeñada!

VERDUGO: ¡El que busca encuentra! ¡Y vaya si buscaron!

CORO:… ¡Basta de cortar la ruta ¡Basta de cortar el puente! ¡Basta de cortar la calle!

VERDUGO Y CORO: ¡Aquí nadie corta más nada! ¡Aquí sólo se corta el hilo de la vida! (Risas)



14. VERDUGO: (Otra vez le grita a la sombra de Darío Santillán)

¡De nuevo vos, pedo de concha!

¡Cartón lleno para vos, pendejo! ¡Bingo! ¡Bingo!

¡Andá contando las horas!

¡Limpiate bien el tujes que la Parca te espera para hacerte el hoyo!

¡Soretón! ¡Sacáte el taparrabo!

¡Tiene una pala bien dura!

(Ríe, alocadamente) ¡Te rajás, turrito! ¡Te rajás, eh…!

… ¡Corran! ¡Corran! ¡Los pobres nacieron para escapar! ¡Igual que las ratas!

CORO: (Entre risas) ¡Corran! ¡Corran! ¡Hay que matar a los pobres! (Tirando piedras contra las sombras en una pared) ¡Matarlos a pedradas! ¡Antes que los cuerpos encuentren un alma! (Ahora golpean con palos a las sombras en la pared). Sí, molerlos a palos! (Risas) ¡Antes que los pobres descubran que la conciencia de la vida es la materia del alma!...



15. VERDUGO: Parecía una cacería de patos… Saltaban, se arrastraban,

Volaban de miedo… Uno caía, aquí, otro más allá… (Patea con violencia cuerpos por el suelo)

Sucios como siempre, ahora también con sangre… Me limpié las manos en un árbol... (Se limpia, se mira las manos). ¡Qué pedo de ángel se mandó mi abuela, me clavé una espina...!

(Pensativo) Tendré que cuidarme mejor las manos... (Ríe) Son mi herramienta de trabajo... (Ríe alocadamente) ¿Se imaginan a un verdugo manco...?

(Se escuchan gritos, hay música de estruendos y sirenas policiales)

CORO: ¡Tiren! ¡Tiren! ¡Al cuerpo! ¡Al cuerpo! ¡Metan bala! ¡Hay que meter balas!...(Risas, alocadas) ¡Tres coladores negros por un peso! ¡Tres coladores por un peso!... (Crecen las risas y los gritos, hay música de estruendos y sirenas policiales)

VERDUGO: Yo no quise participar. Apenas un par de tiros… algún grito de mando… alguna rascadita de orto... una que otra tocatelli de tetas.... (Con ironía) Un verdugo sin tentaciones no sería humano... (Ríe)

(Con súbito enojo) ¡Yo estaba para otra cosa! ¡Lo mío no era cazar patos…!

Tenía que cumplir la orden. El escarmiento. No se puede escarmentar a todos…Buscaba un cabecilla. Lo fuera o no, ya lo tenía marcado.

O mejor: él mismo se había puesto la cruz sobre la espalda… Se los cuento: lo veníamos siguiendo... un informe aquí, una delación allá... y las fotos, claro... (Ríe) ¡Hasta llevaba barba el gran sorete!

CORO: (Persiguen la sombra de Darío Santillán) ¡Así que organizaste un barrio de mierda entre la mierda!

¡Así que levantaste una olla popular y la comida era poca y vos ni siquiera comías…!

¡Así que diste tu ropa al más desnudo y te cagabas de frío!

¡Así que entregaste tu cama y dormías en el suelo entre piedras y latas!

¡Así que escuchabas al que sufría y le explicabas por qué sufría!

¡Y puteabas al resignado y era amor tu puteada!

¡Y tenías veinte años y ya eras viejo en el dolor porque venías del primer dolor, grandísimo hijo de mil putas, parido por una yegua, que una mierda caliente como vos ni madre puta tuvo, ni padre cornudo a la gran yegua se la montó!

¡Habrá que cerrarte la boca, cabrón de los cabrones!



VERDUGO: (Explicativo)... Y el turrito, muy suelto de cuerpo decía:

“La esperanza es una arma

cuando se pone el cuerpo,

y el alma va, y encuentra ese cuerpo

al que besa y redime en su deseo...”

CORO ¡Basta de almas y de cuerpos! ¡El aire apesta como el ojete de una vieja, y la tierra tiene más gusanos que la concha de una virgen muerta!

VERDUGO: (Riendo) ... Se acerca la hora... La soga ya está en el cuello... (Siniestro) Siento venir el sudor de la inocencia...



16. (Se escucha la voz de una mujer que canta, dulce y dolorosa)

VERDUGO: Entré en la estación de tren.

Ahí estaba él. Haciéndose el santo.

(Le habla a la sombra de Darío Santillán) ¡Decidiste quedarte!

¡Le dijiste a los otros que se fueran, los obligaste, y vos firme aquí, desgraciado!

¡Para cuidar al otro turro baleado, al rey de los boludos! ¡Y ni siquiera lo conocías!

(Patea el cuerpo de Maximiliano Kosteki) ¡Se las daba de artista! ¡Debía tener el orto perforado! (Ríe con grosería) ¡Tengo ganas de hacerme la paja sobre la cara de un muerto! ¡A este ni siquiera le cerraron los ojos! (Se masturba) ¡Ay, qué será de mí, un verdugo que se pajea ante un muerto de ojos abiertos...! (Ríe alocado) ¡Vení, alma del muerto, que la última guascada es para vos...!

CORO: (Juegan a la pelota con el cuerpo del muerto, lo patean y patean) ¡Los artistas tienen en el orto una chimenea! ¡En vez de pedos tiran un humo blanco al cielo! (Risas alocadas)

VERDUGO: (Pensativo) ... Los artistas andan por el mundo con la pija blanda... Acaso porque lloran demasiado... (Se irrita y con un palo golpea el cuerpo de Maximiliano Kosteki.) ¡Este ya no se mueve, ni a palos...! (Ríe) ¡Por qué no le das un beso de lengua a Dios y limpiás tu alma en el agua de un río...!

CORO: (Con burla) ....Los poetas bajan al río

para buscar muñecas de porcelana,

y soplan sus labios

y besan sus pechos

hasta arrancarles el corazón...

VERDUGO: (Con desprecio) ¡Qué sabe de la belleza este piquetero putarraco! (Vuelve a golpear con el palo el cuerpo del muerto) ¡El principio de la belleza está en el orden! ¡Y yo, el verdugo, soy la imagen final de la belleza!

(Ríe) Permiso, voy a vomitar. (Vomita. Después se limpia con extremo cuidado) He vomitado los restos de mi alma... (Ríe alocadamente) ¿Alguien conoce un orden de limpieza superior al que yo impongo, día a día, sin luna o con luna llena....?

CORO: (Entre risas) ¡Qué sería del mundo sin limpieza!

VERDUGO: (Burlón, terrible, le habla a la sombra de Darío Santillán) ...!Y vos le limpiaste el rostro al puto culeado que agonizaba como si fueras el buen samaritano, y le agarraste su mano para que no tuviera miedo ante la muerte... ¡Pendejo de concha! ¡Eso termina de cagarte!

...Los pobres pueden mostrar su lacras, mendigar, chupar mondongos o limpiar con la lengua un ojete sucio por dos pesos, pueden doparse con la peor basura hasta que las cucarachas les coman los ojos, pueden llorar, gritar y a veces matar... Hasta ahí. Es el límite...

CORO: (Con burla) ¡La soga alrededor del cuello...!

VERDUGO: ...Pero eso de sufrir por el otro. De hacerse cargo del otro. De sentir que la propia vida está en la vida del otro... ¡O querés ser el Cristo rojo con el nabo cortado, cajetón!

CORO: ¡O querés ser un héroe griego con laurel en la frente, cajetón!

VERDUGO: ¡O un choto guerrillero cagado hasta las patas de tanto comer monos y bananas, cajetón!

CORO: ¡Los pobres solo sirven de comida para chanchos! ¡Entendelo, cajetón!



17. (Se escucha la voz de una mujer que canta, dulce y dolorosa)

VERDUGO: lo agarré de los pelos al poronga piquetero. Le levanté la cabeza. Lo separé del muerto.

Me miraba a lo ojos…Me sonreía…¡El guacho, sufriendo, me sonreía...! ¡ Igual que el otro puto muerto, me sonreía...!

Le disparé.. Con la escopeta. A quemarropa.

…..El puntito sobre la i…fue con sangre…

(Ríe. Después grita) ¡ Sombras! ¡Sombras! ¡Esos son! ¡ Sombras, nada más!

CORO: ¡ Lo hecho, bien hecho está! . ¡ No hay que pedir perdón, porque no hay culpa!

¡…Ya ni sombras van a ser! ¡Olvido! ¡Solo eso: olvido!

(Con extrema crueldad, entre risas) ¡Cuerpos bien culeados, en el olvido!... (Con burla) ¿O prefieren el vacío?... ¡Almas bien pajeadas, en el olvido (Con burla) ¿O eligen el infinito?...

(Como en un delirio) ... ¿Así que el cuerpo es la casa del alma? ¡Con los pobres no hay problemas teológicos! (Entre risotadas) ...!Viven como animales! ¡Ni siquiera tienen casas!...



18.VERDUGO: …Ya lo dije…Soy el imbécil que cuenta la tragedia… No lo olviden: la verdad de la blasfemia es el dolor... Cuando el fuego nos quema la boca, escupir es sagrado... (Burlón, cruel) ...Sombras...

¡ En este país lo que sobran son sombras!

¡ Toda su historia es una tragedia de sombras!

…Nada existiría si la vida y la muerte no durmieran en el mismo lecho…

Una cuestión final: ¿ Quien de las dos muestra su culo al cielo?...

(Oscuridad)



Post Scriptum


Todo pudo quedar así, con la risa brutal del Verdugo en su delirio que acrecienta la oscuridad. Y acaso como postrer consuelo que llegue la voz de esa mujer que canta, dulce y dolorosa...

Pero también podemos quitarle a Tanatos la última palabra. Disputar que la certeza de la finitud sea el principio de la belleza, el orden superior de una pesadilla terrena que jamás termina. Y construir desde nuestras últimas fuerzas una alegoría de la redención. Entonces puede haber otro final. Y escuchar el canto que viene desde las profundas sombras de la vida. Y el exceso de la antigua blasfemia será en el devenir la música.




FINAL CON CORO DE SOMBRAS:



¿Quién convirtió el hambre y la desdicha

en el pan de nuestra mesa?

¡El poder!

¿Quién hará la paz

cuando la Justicia sea?

¡Nuestros muertos!

(Pobrecitos nuestros muertos

que no vieron el fin de la desdicha)

(Que no tuvieron luz,

para las lágrimas oscuras de la agonía)

¡Pobrecitos nuestros muertos!

¿Quién hizo de nuestros muertos

la única razón para la muerte?

¡El odio!

¿Dónde mora el odio?

¡En la casa del poder!

¿Quién guardará la

historia que se silencia?

¡La memoria!

¿Quién le dará sentido

al cuerpo que se destruye por la calle?

¡La conciencia!

¿Quién detendrá

la vida que se arrebata?

¡El deseo!

¿Quién hará del cuerpo

la casa para el alma, siempre?

¡El amor!

¡Que el amor sea la vida

sobre el frío sudor de nuestros muertos!



Vicente Zito Lema
Buenos Aires/Neuquén, noviembre de 2004
remarcar@yahoo.com


Autorización: se autoriza la difusión de este texto por cualquier medio, oral, escrito o visual, en forma libre y gratuita, citando la fuente.
Se autoriza también la puesta en escena de “ LA PASIÓN DEL PIQUETERO ”, en cualquier lugar de nuestro país, Latinoamérica o España, en forma libre y gratuita.
Se solicita simplemente comunicarse con el autor.

1 comentario:

Silvia Loustau dijo...

Precisamente estoy leyendo Conversaciones de Zito Lema con Pichon Riviere acerac del arte hy la locura; un vez que leí La Pasion del Piquetero me quedé pensado en lo hablan de lo siniestro( Freud), lo angustiante,lo doloroso, y cuando el artista logra plasmarlo surge lo maravilloso como manifestación de calma.Felicitaciones por este material Anibal, un abrazo de

Silvia