La mano
toca como si nunca antes
la piel se abre,
dedos palpan visceras,
alisan con alguna hermosura
la tristeza de los órganos,
la mano penetra
como una lengua tibia
arregla raspones
inventa un ajuar de palabras
para la carne muda adentro
y sale.
En el bar
nadie se dio cuenta que ella
dejó en el cuerpo de él,
un respiro, una alegría
un poco más de tiempo.
él le dice qué caricia profunda
pero tampoco
Cristina Villanueva
libera@arnet.com.ar
toca como si nunca antes
la piel se abre,
dedos palpan visceras,
alisan con alguna hermosura
la tristeza de los órganos,
la mano penetra
como una lengua tibia
arregla raspones
inventa un ajuar de palabras
para la carne muda adentro
y sale.
En el bar
nadie se dio cuenta que ella
dejó en el cuerpo de él,
un respiro, una alegría
un poco más de tiempo.
él le dice qué caricia profunda
pero tampoco
Cristina Villanueva
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1 comentario:
Que buen poema Cris, muy buen final. Un placer y un abrazo que es el que te mando. Mercedes
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