domingo, 28 de enero de 2007

Un mini de Cristina Villanueva

Todo empezó como un juego. Una llamada equivocada, el azar, el error y las largas conversaciones. Las sutilezas de los tonos trepando por dentro, dejando el olor de extrañas enredaderas .Las palabras que parten de la ficción hasta que crean realidad. Las palabras, deshaciendo la sombra de la noche. Creando con la prepotencia del. nombrar. Se habían confabulado en darse pocos datos concretos, en ir descubriéndose sin los números de fácil definición, tantos años, tantos hijos y así. Esas cosas comunes que luego aparecerían a través de rodeos Los dos amparados en lo esencial, sin el escondite de las minucias, libres para inventar un infinito donde se iluminaban .Hasta que llegado el momento de conocerse casi todo era sabido de esa manera indirecta. Las edades similares saltaron por las vivencias del dolor y el amor del mundo y el país que compartieron en la piel .Hasta se vislumbraron en el cuerpo contado, en los viajes, los sabores que abren geografías. El le había dicho tantas veces que era la mujer de su vida,que por ella haría hasta lo inimaginable. Llegó el momento de la cita, postergado quizas buscando un estallido del deseo. Te paso a buscar ,le dijo él, dame la dirección. Eso es Palermo ¿no?, hasta allá no voy, soy de Boedo. Y terminó todo por incompatibilidad barrial.

Cristina Villanueva
pluma@velocom.com.ar

1 comentario:

La Máquina de Escribir dijo...

No hace falta que te diga qué me pareció... los resultados están a la vista! Cariños.
Aníbal Jorge Sciorra