UN OTOÑO
Primero era el Otoño,
el dulce Otoño y sus silencios oscuros,
sus hojas caídas
sobre el patio.
Después los árboles
limpios,
con muñones lejanos
clavando el cielo taciturno.
Los pájaros fueron
nada más que sucios claros
ennegreciendo el aire.
Alguna que otra flor ascendía
dando olor a la tarde.
Yo remontaba mi parco
barrilete por el cielo.
EL MAÍZ QUE NO SEMBRAMOS
El maíz que no sembramos
fermenta dentro nuestro
y su aborrecido alcohol
insiste
deplorando de cielos.
El maíz que no sembramos
germina sin verdecer
en su hojita leve y solitaria;
aduce otra indolencia
olvida otros perdones
y nos aquieta
pudriéndonos de a poco.
LA POESÍA
Todo incauto supone
que la poesía
es papel en blanco
y una máquina eléctrica.
Todo ingenuo
supone
que la llama hace el fósforo.
La poesía brilla
debajo del barro.
Jorge Isaías
De su libro UN VERSO RECORDADO
Ediciones LA CACHIMBA Rosario
Diciembre de 1988
jisaias46@yahoo.com.ar
Enviado por Rubén Vedovaldi
Primero era el Otoño,
el dulce Otoño y sus silencios oscuros,
sus hojas caídas
sobre el patio.
Después los árboles
limpios,
con muñones lejanos
clavando el cielo taciturno.
Los pájaros fueron
nada más que sucios claros
ennegreciendo el aire.
Alguna que otra flor ascendía
dando olor a la tarde.
Yo remontaba mi parco
barrilete por el cielo.
EL MAÍZ QUE NO SEMBRAMOS
El maíz que no sembramos
fermenta dentro nuestro
y su aborrecido alcohol
insiste
deplorando de cielos.
El maíz que no sembramos
germina sin verdecer
en su hojita leve y solitaria;
aduce otra indolencia
olvida otros perdones
y nos aquieta
pudriéndonos de a poco.
LA POESÍA
Todo incauto supone
que la poesía
es papel en blanco
y una máquina eléctrica.
Todo ingenuo
supone
que la llama hace el fósforo.
La poesía brilla
debajo del barro.
Jorge Isaías
De su libro UN VERSO RECORDADO
Ediciones LA CACHIMBA Rosario
Diciembre de 1988
jisaias46@yahoo.com.ar
Enviado por Rubén Vedovaldi
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