lunes, 31 de marzo de 2008
Mónica Russomanno: Propiedad
Hay una expresión bastante usual que suele empujarme hacia el lado cómico. Generalmente, lo que veo y escucho, cuando eso que veo o escucho no me causa tristeza, y, a veces, a pesar de causarme tristeza, me inclina sin embargo a la sonrisa de por adentro que surge frente a lo absurdo.
La expresión es “yo tengo un muchacho que hace jardinería”, “yo tengo una señora que prepara pasteles a pedido”, cosas por el estilo. Cuando alguien enuncia una frase de este tipo, inmediatamente me da por mirar por sobre su hombro o esperar ansiosamente a ver si el muchacho o la señora son extraídos mágica y fantásticamente de un bolsillo o una cartera.
Claro, están diciendo que los conocen, que viven cerca o que mantienen algún trato con esas personas mencionadas. Esa afirmación categórica y decidida, el decir “yo tengo”, implica un grado de apropiación sorprendente y que mueve a imaginar escenas de prestidigitación.
Pero, y aquí vuelvo a encontrar lo absurdo agazapado en los lenguajes, no me siento en falta cuando digo “tengo una amiga”. Y, claro, no está la amiga atada con una cuerdita al respaldo de la silla, ni tiene el tamaño adecuado como para llevarla en un bolso. No vive en mi casa, no pago su alimento ni he obtenido certificado de propiedad sobre su persona. Es decir que, en definitiva y de acuerdo a lo enunciado, no la tengo.
No tengo a mis amigos, mis amigos no me tienen a mí. Hemos dibujado entre nosotros, simplemente, unos tenues hilos de humo que cruzan ciudades y a veces mares o continentes, y que con extrema debilidad logran atar sentimientos e historias con dedos fantasmales.
Son tenues, débiles, fluctuantes hilos que a veces nos impiden caer en precipicios o nos traen justo esa palabra que faltaba en la oración.
Pero, claro, a mis amigos no los llevo en el bolsillo. No los tengo. A veces los sostengo, a veces me sostienen. Sin tenernos en absoluto.
Mónica Russomanno
russomannomonica@hotmail.com
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1 comentario:
Excelente analisis, irónico, pero que muestra cierta manera del uso del idioma de una clase social.
Silvia Loustau
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